DECISIONES. Tomar decisiones es parte de nuestro día a día. ¿Qué ropa me voy poner hoy? ¿Qué voy a desayunar? ¿Me cambiaré de carril mientras manejo? ¿Y si hoy no voy a hacer ejercicio? ¿cuál tarea haré primero?
Cada acción que llevamos a cabo es consecuencia de una decisión. Y muchas de esas decisiones no las tomamos de manera consciente o muy pensada, sino que suelen ser guiadas por lo primero que veo o lo primero que pasa por mi mente o incluso por el proceso de automatización, como el orden en el que te lavas los dientes o la rutina cuando te bañas.
Pero la elección de una carrera es una decisión que no puedo tomar a la ligera. Ni porque fue lo primero que vi en el closet como el suéter que traigo puesto hoy, ni porque es lo que a mi papá le gusta, así como al equipo de fútbol americano al que le voy. A diferencia de esto, la carrera que elija va a marcar mi vida y es una decisión tomada no solo para mi presente sino para mi futuro. Por lo que tengo que poner en la balanza una serie de factores importantes.
Dentro de los aspectos que más suelen influenciar esta decisión tenemos que considerar factores internos y externos. Primero que nada y de suma importancia están los internos. Estos se dividen en nuestras habilidades, intereses, personalidad y valores. Por lo cuál es sumamente importante que tu primer paso sea CONOCERTE.
También hay factores externos que hay que considerar en esta decisión como lo son el mercado laboral, el sueldo que podrías ganar en tu profesión o tu familia, desde su aprobación hasta si estudiarías en tu ciudad o en otro lugar. Para esto, el segundo paso sería INFORMARTE. Investiga sobre la oferta de carreras, los planes de estudio, las distintas universidades, posibles empleos.
Y luego viene LA DEICISIÓN. Mi principal consejo sería preguntarte ¿dónde está tu corazón? Esto puede sonar muy cursi y probablemente haya personas que te digan que lo que importa es utilizar tu cabeza en esa elección. Es probable que algunos hayamos escuchado la típica frase de “Te vas a morir de hambre” o “¿y en donde vas a trabajar?”. El hecho de elegir una carrera basados en el dinero que podamos ganar, independientemente de que te no te guste esa profesión es, como decía antes, una decisión más. Y esta decisión tiene que ver con prioridades.
Por lo que mi segunda pregunta sería ¿cuáles son tus prioridades? ¿Qué gana dentro de esa jerarquía? ¿Pesan más esos factores internos o los externos? Toda acción tiene una consecuencia y sea cual sea la decisión que tomemos lo que hay que tener muy presente es que me toca vivir y aceptar esas consecuencias por lo que también ayuda tener muy claro lo que viene con mi decisión para poder hacer una elección bien pensada.
Y aún cuando nos encontramos con dificultades o con factores que se contraponen, no olvides que cuando ponemos todo nuestro corazón en algo que nos encanta, esa dedicación suele ser un excelente motor para alcanzar lo que sea que te propongas. Eso si, es importante que esta sea una decisión tomada 100% por ti. La persona que va a estudiar y trabajar de esto eres tu, por lo que la decisión debe estar en tus manos. Por último, recuerda que puedes acudir con un psicopedagogo para tener un seguimiento profesional de orientación vocacional.
Elegir un buen outfit puede traernos satisfacción instantánea, pero elegir la carrera adecuada para mi, es invaluable.
María Fernanda Padilla Sánchez
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