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Escrito por Dra. María Victoria Carreras Cruz
en noviembre 10, 2021

El hombre siempre ha querido ser capaz de predecir el futuro o, al menos, estar lo mejor informado posible para tomar decisiones de manera acertada.

Desde el principio de los tiempos, el ser humano quiso guardar la información de la mejor manera posible. En la etapa paleolítica, la empieza a preservar mediante dibujos en las paredes de las cuevas, por ejemplo, las imágenes que aún se conservan en las cuevas de Lascaux en Francia y de Altamira en España representan una cacería y el posterior reparto de la presa, dejando así, el precedente de un acontecimiento particular. De esta forma, se empezaba a llevar también el control de la población y el reparto de la riqueza.

Que hago con tantos datos UPEn la cultura Mesopotámica, observamos el uso de las tablillas de arcilla con la escritura cuneiforme en un intento por guardar información importante de incursiones militares, padrones e incluso de leyes. Más tarde, en Egipto aparece el papiro, material mucho más preservable y transportable que las tablillas y en el que se podía fijar la información pintando jeroglíficos. Allí se reflejaba el registro de propiedad, producción, catastros, cuentas, instrucciones de momificación, recomendaciones para pasar de la mejor manera al mundo de los muertos y listas de reyes. Tan conservables eran los papiros que muchos de ellos han llegado hasta nosotros, haciéndonos partícipes de esa gran cultura.

No obstante, los griegos y los romanos querían salvaguardar aún más su información y optaron por la escritura en piedra y muchos de los datos esculpidos eran públicos. Ellos guardaban Actas del Consejo de Gobernación, listas de ciudadanos, documentación patrimonial y tratados con otras ciudades. Un excelente ejemplo de esto es el Tabularium romano, piedra que muestra el Acta Central de Roma, en la cual se guardaban leyes de territorio, administración económica y control del servicio militar. Además, en cada casa se tenía un Tablinum, también tallado en piedra y situado al lado del altar de los dioses familiares, donde se guardaba el archivo familiar.

Los chinos, siempre tan prácticos y pensando en la transportabilidad de la información, desde el siglo II crearon el papel y empezaron a usar la tinta para escribir sobre él. Allí transcribían, entre múltiples informaciones, el registro de las dinastías de emperadores con etapas de auge y declive.

Con el avance de la humanidad, los visigodos pensaron que la información debía ser editable y crearon el Thesaurus, una pizarra donde se escribía información del rey, códigos, tratados internacionales y privilegios feudales. Ellos crearon dos herramientas archivísticas: los Registros y los Cartularios. Más adelante, en la Europa del siglo XVI, aparece el concepto de Archivos de Estado que concentra todos los fondos documentales dispersos. Maximiliano I de Habsburgo tuvo la brillante idea de centralizarlos en la ciudad de Innsbruck, algo que no satisfizo a muchos y que no necesariamente cumplimentaron.

Entonces, llega trepidante la Revolución Francesa al grito de Liberté, egalité y fraternité”, y, con ella, un cambio en la documentación. El 25 de junio de 1794 se nacionalizan los archivos franceses, se crea el Archivo Nacional y se reconoce el derecho a la consulta de los documentos públicos, aunque Fouché, el genio tenebroso de esa época, mantuviera oculta y en su poder mucha información recopilada de cada persona importante; esto le concedió la garantía de llegar con vida a la avanzada edad de 60 años (para esos tiempos) y ser el único que, entre todos los funcionarios de esa convulsa etapa, pudiera morir tranquilamente en su cama, ya que había descubierto el gran poder de la información para su beneficio.

Poco tiempo después, Napoleón pretendió concentrar en París los archivos de los diversos países europeos, aunque no tuvo mucho éxito en su empresa. Sigue avanzando el siglo XIX y se empiezan a depositar en los archivos soportes distintos al papel, como la fotografía o la microforma. Ya se visualizan este tipo de documentos como fuente de poder al ejercer conceptos de derechos del Estado sobre las información pública, estructuración de sus fondos y la concepción del archivo físico como territorio infranqueable. También aparece la conciencia de la documentación como fuente de información para el ejercicio del poder interno y externo y nacen dos elementos de descripción de la información que subsisten hasta nuestros días, que son la Analítica (consideración de los documentos desde el punto de vista paleográfico, diplomático e histórico) y la Sintética (descripción de la mayor cantidad posible de documentación). 

En ese momento llega el inicio del siglo XX y con él la creación de redes de cooperación y de sistemas de archivos. La Segunda Guerra Mundial marca el despegue de la archivística por la necesidad de investigar y difundir el conocimiento y la expansión de la democracia como modelo de organización social. También surge la computación, removiendo al mundo desde sus cimientos con toda la modificación del registro de información que conlleva.

La fotografía y el cine se convierten en medios que coadyuvan a preservar la información. Llegan las tarjetas perforadas, las cintas de papel, las cintas magnéticas, los discos duros, los disquetes externos, los zip y las llamadas memorias USBs (tan fáciles de extraviar). Pero al hombre no le basta, necesita estar más conectado y surge el internet y con él, ya en nuestro siglo, los dispositivos inteligentes interconectados. Tampoco le alcanza el espacio de memoria de un disco duro, interno o externo, por más grande que sea, ni muchos servidores y se conecta a la nube para guardar su información y tenerla accesible en todo momento y lugar.

¿La nube?, ¿qué es eso?, ¿significa que solamente puedo guardar datos en un día nublado? El cómputo en la nube interconecta las unidades productivas, creando redes de producción digital, permitiendo nuevas funcionalidades y actualizaciones, almacenando grandes bancos de datos y posibilitando el acceso más rápido al software requerido con la mayor seguridad posible.

Hasta mediados del siglo pasado, el hombre se encontraba con el problema de contar con muy poca información para tomar decisiones concretas y tenía que basarse mucho más en el “feeling” que en elementos objetivos. Pero, a partir de ese momento, aparecen las computadoras y la información comienza a tomar una relevancia nunca antes alcanzada de manera que, en la actualidad, se cuenta con tal cantidad de datos acerca de cualquier fenómeno que ni sabemos qué hacer con ellos, cómo manejarlos, cuidarlos, actualizarlos y utilizarlos como un pilar para la toma de decisiones. Ningún ser humano es capaz de manipular tal cantidad de información, procesarla y obtener conclusiones de ella. En estos momentos aparecen conceptos como Big Data y Ciencia de Datos.

Big data UPYa no son necesarios rituales mágicos, adivinos, ni tiradas del tarot para predecir eventos futuros. Ahora la Ciencia de Datos nos permite operar con grandes bancos de datos preservados con herramientas de Big Data. Además, los datos no solamente se obtienen capturándolos, para eso existen herramientas que van de la mano con la Inteligencia Artificial, como el reconocimiento de señales, la minería de datos, las redes sociales, el internet de las cosas, los chatbots y el reconocimiento del lenguaje natural.

Pero hemos utilizado muchos términos sin explicarlos de manera suficiente, ¿a qué se refieren en realidad? Veamos los más importantes.

Big data

El Big Data, también llamado Macrodatos, Datos Masivos o Datos a Gran Escala son conjuntos de informaciones tan grandes y complejos que precisan de aplicaciones computacionales no tradicionales de procesamiento de datos para tratarlos adecuadamente. Incluyen el conjunto de tecnologías y herramientas capaz de capturar y almacenar grandes cantidades de información y su objetivo es ordenar y preservar el dato para poder analizarlo posteriormente. Ellos son la fuente de que se alimentan los procesos posteriores. No se puede hacer un buen análisis de datos sin los datos mismos y estos deben ser en una cantidad enorme. De toda esa información se derivan conocimientos importantes y procesables. Esta explosión de datos y dispositivos conectados, debe verse como una oportunidad para las empresas, nunca como una amenaza. De todos es sabido que, a más datos, mayor probabilidad de rendimiento empresarial. Las organizaciones que invierten en la recopilación y el análisis de datos evitarán su desaparición en la era digital. Pero, con esto solo no basta, el siguiente paso es cómo utilizar estos conocimientos para crear nuevos productos y mejorar las experiencias de los clientes.

Ciencia de Datos

Es aquí cuando aparece la Ciencia de Datos como herramienta salvadora. Recordemos que la información es un factor de producción de cualquier proceso económico actual. Pero en estado bruto, esta carece a priori de valor, solamente a través de su tratamiento, procesamiento y análisis científico se convierte en conocimiento. Los datos brutos por sí solos no generan información; son los análisis derivados de estos los que crean valor. Está llegando un cambio cultural que se centra en el Análisis de Datos. Gracias a la interpretación que proporciona, las empresas pueden tener una idea de cómo piensan sus clientes, qué quieren y cómo ve el mercado a su marca. Solamente las empresas que consideren la importancia crítica de la Analítica de Datos obtendrán el mayor beneficio de su información, ahora y en el futuro.

En resumen, la Ciencia de Datos es un conjunto de técnicas para procesar el dato, es el análisis predictivo de ellos mediante algoritmos de Inteligencia Artificial y engloba métodos computacionales, matemáticos y estadísticos. Esta ciencia es la encargada de extraer metadatos de los datos.

Metadato

¿Y qué es entonces un metadato? Simplemente información que define y describe conjuntos de datos. Pero, si son tantas referencias ¿cómo se comprende la información obtenida? Y peor, ¿cómo logro que se entienda por los no especialistas? Es fácil, con las herramientas de Visualización de Datos, que muchos conocen como Narrativa de los Datos, “Visual Analytics” o “Narrative Science”. Todo esto no es más que la integración de la visualización y las interfaces visuales interactivas para el razonamiento y la observación. Incluso los sistemas de Inteligencia Artificial pueden generar texto o voz a partir de información o gráficos, subtitulándolos automáticamente.

Todavía existen dos niveles superiores de todo esto que son la Inteligencia de Negocios y la Economía de Datos.

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Inteligencia de Negocios

La Inteligencia de Negocios es el conjunto de técnicas de gestión empresarial que permiten a una organización tomar decisiones de negocio con base en datos que han sido tratados por distintas herramientas de la Ciencia de Datos para convertirlos en información. El “Bussiness Intelligent” se centra en los procesos de análisis de los metadatos para convertirlos en información utilizable y tomar las decisiones de negocio oportunas.

Economía de datos, Riqueza 4.0 y Oro Gris

Finalmente mencionaremos la Economía de Datos, la Riqueza 4.0, el Oro Gris, que es un concepto mucho más global compuesto por un conjunto de iniciativas, actividades y/o proyectos cuyo modelo de negocio se basa en la exploración y explotación de las estructuras de bases de datos existentes (tradicionales y procedentes de nuevas fuentes) para identificar oportunidades de generación de productos y servicios.

Ahora nos preguntamos ¿Quiénes son los gurús de la actualidad? Esos que logran hacer que todas estas herramientas funcionen. A esta pregunta respondemos que el perfil de las personas que trabajan directamente con cada una de estas tecnologías también es diferente. Generalmente, los que se encargan de hacer que el Big Data y la Ciencia de Datos funcionen son ingenieros especialistas en Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos para lograr las implementaciones, manejo de los datos estadísticos y matemáticos para diseñar los modelos necesarios. Son el departamento de tecnología, mientras que de la Inteligencia de Negocios y la Economía de Datos se encargan los expertos en administración de empresas, economistas y especialistas en marketing. Todos ellos integrados en el departamento de dirección de la empresa. Por último, la Visualización de Datos navega entre dos aguas y cualquiera de los perfiles antes mencionados se puede encargar de ellos.

Imaginémonos un caso hipotético, se tiene mucha información relacionada con una patología específica que está afectando a un número considerable de individuos, son referencias recabadas en muchos centros de salud durante varios años. De cada paciente se tienen datos de su anamnesis (padecimientos previos), demográficos, de su estilo de vida, su sintomatología, el diagnóstico y el momento en que fue realizado. También los estudios que se le realizaron incluyendo resultados de laboratorio, imágenes, etc. Por último, todos los detalles relacionados con su tratamiento y los resultados obtenidos después de varios años. Coincidirán conmigo en que son muchos datos diversos de un paciente, ahora imaginemos cuantos son de muchos pacientes y de muchas instituciones hospitalarias. En resumen, algo inmanejable para una sola persona, incluso para un grupo de ellas. Aparece aquí el papel de los ingenieros especialistas en Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos para brindar todas las herramientas que permitan preservar, actualizar, mantener y cuidar esta cantidad de datos. A alguien se le ocurre una idea, y qué tal si la aparición de esta patología en particular está relacionada con algún elemento del estilo de vida de los pacientes o de su lugar de residencia, etc., no hay otra manera, busquemos a los matemáticos para que nos hagan un modelo utilizando herramientas de Ciencias de Datos que nos permita representar estos procesos y que nos ayude a desentrañar cuáles son las relaciones entre tantos miles de millones de datos.

Vuelven a la carga los ingenieros de software para implementar el modelo y hacerlo funcionar utilizando herramientas de Inteligencia Artificial para generar los metadatos como resultados de este proceso. Estos metadatos pueden sacar a la luz relaciones asombrosas, para un ser humano, no tendrían relación alguna. Ahora bien, cómo se puede obtener verdadera riqueza (recordemos que riqueza no solamente es dinero, también es salud y bienestar) de todo este trabajo, allí entran a jugar su papel los expertos en administración para capitalizar todo ese nuevo conocimiento, llevarlo a la práctica y hacer que una empresa, una zona, un país o todo el planeta se vean beneficiados con él. Deben ser capaces de convencer a los tomadores de decisiones y utilizan la Narrativa de Datos para transmitirle, en muy pocos minutos de su tan preciado tiempo, la relevancia del hallazgo científico y su aplicabilidad en el entorno económico. El tomador de decisiones adquiere conciencia del problema, lo comprende y ve viable su solución. En ese momento hemos ganado todos.

Un mundo interesante este ¿no? ¿Te interesaría formar parte de él?

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