Cultura sustentable, más que reciclaje y “paperless”: Estas son las acciones que puede tomar tu empresa

Se tiene la idea de que las actividades de sustentabilidad son caras, pero muchas no lo son y pueden ejecutarse con un buen plan.

“Tenemos cinco botes distintos para separar los desperdicios y el papel para imprimir es de reúso si es necesario imprimir, de hecho, muchos de los procesos son digitales para evitarlo. Pero no veo en dónde más se vive la cultura sustentable, creo que debe haber más porque vi el distintivo de ESR[1] a la entrada en una vitrina, pero, no encuentro otras señales de esa supuesta cultura.” (Santiago, alumno universitario de la Universidad Panamericana que trabaja para una consultora internacional)

La forma en la que hablan tus empleados, la manera en la que manejas los conflictos entre colaboradores, los valores que les promueves y soportan cada una de tus decisiones como empresa y las políticas que son conocidas por tus colaboradores para resolver, llevar a cabo o promover ciertos comportamientos y actividades, son ejemplos de elementos de tu cultura corporativa.

Algunas empresas incluso tienen porras, himnos, slogans o frases que incentivan a que su gente se ponga la camiseta, se vuelva aliado y fan de la marca y ayude a que ésta tenga un impacto positivo en su mercado.

Algunas otras incluso tienen un lenguaje interno especial, en el que ciertas palabras definen comportamientos, actividades o valores internos que solo los que trabajan ahí entienden claramente. Es un código disponible solo para los que pertenecen a ese grupo élite al que no todos tienen acceso y que lo hace un poco místico y aspiracional.

Pertenencia a un equipo sustentable: un imperante generacional

Pertenecer a un grupo que no está disponible para todos es algo que nos gusta, nos trae y nos hace sentir especiales, sobre todo cuando va acorde con nuestros propios valores, objetivos o comportamientos. Ya lo decía Abraham Maslow en su pirámide de las necesidades[1], en el tercer nivel dentro de las necesidades de afiliación, está la pertenencia, la vinculación, ser parte de algo más grande que nos entusiasma y motiva.

Pero además, en la actualidad, las nuevas generaciones de colaboradores disponibles en el mercado laboral, que en su mayoría son millenials o centenials[2], son personas más preocupadas por conceptos de sostenibilidad como: huella de carbono, reciclaje, cuidado del medio ambiente y uso adecuado de los recursos como agua, energía y transporte.

Este nuevo ingrediente exige de las empresas una respuesta clara e inmediata, pero auténtica, y no solo se trata de promover actividades aisladas que quieran dar la idea de querer contribuir a alguno de estos conceptos. Deben ser acciones concretas, medibles y bien planeadas que unidas representen un programa integral de sostenibildad con verdadero impacto en el ecosistema de la empresa.

Cultura corporativa sustentable en pro de la sostenibilidad

Ahora los colaboradores buscan trabajar en una empresa que se preocupe por ser un buen ciudadano corporativo, que les inspire y les dé herramientas y espacios que le permitan aprender a cuidar el mundo en el que vivimos y la forma en la que contribuimos a que se aprovechen mejor los recursos que cada vez se vuelven más escasos y aún son inalcanzables para más tercera parte de la población mundial como el agua potable por ejemplo[3].

Esta cultura corporativa evolucionada hacia lo sustentable, tiene varias capas y puede irse desarrollando poco a poco, sobre todo en un país como México, en el que, según el INEGI, de las más de 5 millones de empresas[4], 81% son PYMes[5] y solo 1% de ellas[6] piensan en sustentabilidad.

Iniciativas ASG

Estas capas deben contemplar acciones específicas en cada uno de los tres elementos esenciales de la responsabilidad social corporativa que son: Ambientales, Sociales y Gubernamentales, conocidas como iniciativas ASG.

En la capa ambiental que representa la A del modelo, las iniciativas deben ir orientadas hacia el uso de eficiente de los recursos, deben idearse formas de compensar el impacto que las operaciones de la empresa tienen en su entorno ambiental, como son: su huella de carbono, economía circular, reforestaciones, reciclaje y eficiencia en el uso de combustibles, energía, agua, digitalización, entre otras más.

En la capa social, la S, están todos tus stakeholders o grupos de interés y uno de los más importantes es tu gente. Aquí los equipos de voluntarios como los que tiene ESTAFETA de México[7], pueden ser un buen ejemplo. La empresa cuenta con más de mil colaboradores que participan en colectas para apoyar diversas causas de asociaciones civiles, lograr donaciones, promover talleres de educación vial, educación de adultos mayores, apoyo a emprendimiento de mujeres vulnerables, entre muchas más.

Y en la última capa de gobierno, la G del modelo, las iniciativas deben ir orientadas a establecer políticas claras sobre inclusión de minorías como personas discapacitadas, vivir los valores de la empresa, educar sobre cómo aprovechar mejor los recursos que se asignan a cada área, generar programas de apoyo emocional, nutricional y psicológico para “lograr tener colaboradores motivados, productivos y comprometidos” como dijo la Jefa de Responsabilidad Social de ESTAFETA[8], Viridiana Bahena, en una sesión con universitarios de la Universidad Panamericana en el verano. Pero todo esto sin perder de vista que el principal objetivo de la empresa es ser rentable, transparente y cumplir con sus obligaciones legales, sin dejar de mantenerse a flote con utilidades que le permitan seguir operando y creciendo.

Se tiene la idea de que las actividades de sustentabilidad son caras, pero es evidente que muchas de ellas no lo son y pueden ejecutarse con el apoyo de un buen plan y la colaboración de nuestros colaboradores y, las que sí lo sean, se podrán hacer gracias a la mejora en las ventas, ya que varios estudios comprueban que 6 de cada 10 consumidores [9]prefieren comprar marcas sustentables, especialmente millenials[10].

Conforme se vayan logrando vivir y sustentar resultados en cada una de estas capas, tu empresa podrá acercarse al Centro Mexicano para La Filantropía (CEMEFI)[11] para buscar el distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR)[12] el cual tiene convocatoria anual y con el que puedes anclar tus avances y crecimiento en sustentabilidad.

Una alumna universitaria que colabora con una empresa de consumo me decía: “no es solo por el dinero, me levanto porque además colaboro en una empresa que contribuye a que este mundo no muera, eso me da sentido de pertenencia y pongo mi granito de arena para que esta situación cambie”, y eso es lo que queremos que cada uno de tus colaboradores diga al levantarse cada mañana, ¿no lo crees?

*Liza Monroy es Secretaria de Vinculación de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana Campus Mixcoac

[1] https://unade.edu.mx/para-que-sirve-la-piramide-de-maslow/

[2] https://www.elfinanciero.com.mx/el-preguntario/2021/07/06/dime-en-que-ano-naciste-y-te-dire-a-que-generacion-perteneces

[3] https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/1-de-cada-3-personas-en-el-mundo-no-tiene-acceso-a-agua-potable

[4] https://inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2020/OtrTemEcon/ECOVID-IE_DEMOGNEG.pdf

[5] https://imefi.tv/noticias/asi-vamos-mexico-en-cifras/

[6] https://www.expoknews.com/inicia-cultura-sustentable-en-las-pymes/

[7] https://www.estafeta.com/Conocenos/Responsabilidad-Social

[8] https://www.estafeta.com/Conocenos/Responsabilidad-Social

[9] https://www.milenio.com/negocios/los-clientes-las-prefieren-responsables

[10] https://www.elfinanciero.com.mx/el-preguntario/2021/07/06/dime-en-que-ano-naciste-y-te-dire-a-que-generacion-perteneces

[11] https://www.cemefi.org/