Muchas veces se emprende con el único objetivo de generar abundancia, pero pocos encuentran en actos de altruismo la verdadera riqueza humana.
Una tendencia generacional que nos ha marcado desde la niñez es la creencia del éxito basado en la opulencia: un puesto laboral importante, el coche del año, la última tendencia de moda en el clóset… por ello, muchas veces la decisión de elegir carrera profesional se vuelve tan complicada.
Una de las enseñanzas que nos retribuye Marlene Portillo, alumni destacada de la
Licenciatura en Administración y Hospitalidad de la Escuela de Administración de Instituciones, ESDAI, es que “la carrera es importante porque te va abriendo puertas, pero lo valioso es ejercer para ayudar al prójimo”.
Ya lo decía el Rector fundador de nuestra Universidad Panamericana, Carlos Llano:
"Nos debe distinguir la educación en la libertad y en la responsabilidad personales; el desarrollo del espíritu de convivencia; el aprecio por el pluralismo que la libertad lleva consigo; la formación de una profunda mentalidad de servicio, acompañada de una fina sensibilidad social".[i]
Así que, si buscas la plenitud personal y profesional, voltea a ver otras realidades y enfoca tus esfuerzos, conocimientos, talento y experiencia en el bien común.
Para demostrarlo, te compartimos esta historia:
Marlene, a quien nombraremos en este artículo como Embajadora de Buena Voluntad de ESDAI, se ha dedicado a sembrar actos de buena fe que la han conducido al éxito laboral, desde que egresó de nuestra escuela hace 12 años.
Después de vivir experiencias que marcaron el rumbo de su profesión, como haber participado en el área culinaria de la Exposición Internacional de Zaragoza en España y en la coordinación de eventos de la entonces primera dama, Margarita Zavala, Marlene finalmente decidió emprender con la siguiente fórmula:
- Corazón emprendedor para creer que sí se pueden dar las cosas
- Conocimientos que te den las bases
- Iniciativa
- No tener miedo
- Rodearse de personas correctas que quieran verte triunfar
La semilla
Después de volver de Lyon, Francia, donde estudió la Especialidad en Artes Culinarias, gracias al convenio que tiene ESDAI con el Paul Bocuse Institute, Marlene migró a Monterrey, pues ahí viven sus hermanos.
Tenía un objetivo muy claro: crear su propia firma de banquetes y eventos. Empezó desde cero haciendo cenas para amigos de sus hermanos sin cobrar más que la materia prima utilizada para los platillos. Eso le ayudó a hacer networking ya que la recomendación de boca en boca se empezó a dar de forma natural.
“La idea es: no te canses de sembrar. Siembra semillas con gusto para que germine en muchas oportunidades a futuro”.
Hoy Marlene tiene empresa en Ciudad de México y Monterrey con su madre como socia y se especializa en eventos sociales y empresariales.
El fruto
Su plenitud personal y profesional no llegó sino hasta la creación de “Un corazón grande para servir”, Asociación Civil que fundó en 2015 a consecuencia de la merma de comida tras cada evento.
“En una ocasión, decidimos donar pizzas a un albergue para jóvenes en drogadicción. Me dijeron que ellos pueden llegar a matar o golpear por comida porque no saben cuándo será la próxima vez que coman. Un día, uno de los chicos del albergue nos reconoció al llegar e hizo de “viene viene” para que nos pudiéramos estacionar. En eso le gritó a los demás: “¡ahí vienen las que tienen un corazón muy grande!”. Ahí se nos ocurrió a mi mamá y a mi abrir una asociación para poder donar alimento a estos chavos”.
Aun en confinamiento por la pandemia de COVID-19, abrió su segundo comedor para alimentar a cientos de niñas y niños recuperados de desnutrición, y asegura que ningún evento de las marcas más grandes que ha manejado, llena su corazón con tanto gozo como la esperanza de vida que regala en cada comida a la niñez.
Querida Marlene: nunca pares de sembrar actos de buena fe para mejorar tu entorno y hacer de éste un mundo mejor. Gracias por poner en alto el nombre de nuestra universidad con tu excelencia humana.
Fuentes:
[i] Llergo, F. y Nicolás, M. (Coords.) (2018). La filosofía educativa de la Universidad Panamericana. Exigencia académica, excelencia humana. México: Universidad Panamericana, p. 42.
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