Una aproximación cabal al estudio del derecho requiere de una visión que pueda abarcar diferentes perspectivas con la finalidad de adquirir una comprensión vasta de un objeto de estudio tan complejo y dinámico como lo son las leyes y su aplicación.
A grandes rasgos, las ciencias jurídicas o ciencias del derecho precisamente tienen como propósito conocer en profundidad las características y la naturaleza del derecho sin limitarse a su carácter positivo, esto es, como un ámbito que trasciende la aplicación concreta de las leyes y normas creadas por el Estado en una situación específica.
En efecto, este enfoque cobró un nuevo cariz desde mediados del siglo pasado, en el que, con la aparición del paradigma de los derechos humanos, se redefinió la manera en que se entiende el derecho. Así, de una visión positivista exegética o kelseniana que circunscribía el derecho solamente a la ley, se recuperó una visión que acepta que lo jurídico trasciende a lo legal, y reside en realidades como los principios o los valores.
Esta nueva perspectiva supone retos enormes para lo jurídico, pues complejiza la aplicación del derecho, pero también la enriquece y la abre a la diversidad. Para las ciencias jurídicas o las diversas aproximaciones del derecho se presentan desafíos de distinto carácter. Podemos pensar en temas antropológicos, éticos, históricos, filosóficos, metodológicos, constitucionales, de argumentación, y también hacia el futuro, como el medio ambiente, la inteligencia artificial, la bioética, el transhumanismo, entre otros.
Pero… ¿Qué son las ciencias jurídicas?
En primer término, hay que distinguir entre ciencia del derecho y ciencias del derecho (o jurídicas). Así, en singular y en plural.
En general, el concepto de “ciencia del derecho” se utiliza de manera intercambiable con el concepto de jurisprudencia o filosofía del derecho, que se refiere al estudio teórico de los elementos del derecho y de la dogmática jurídica, por lo que constituye la base del conocimiento sobre la materia. Es decir, por un lado las bases filosóficas y, por el otro, aspectos como los principios generales del derecho.
En contraste, las “ciencias jurídicas” van más allá de tal enfoque fundamental y de dicha dogmática. Así, incluyen todo esfuerzo científico que pretende esclarecer diversos aspectos del derecho y contienen también a las disciplinas adyacentes en cuanto comparten este mismo objeto de estudio.
Es importante decir que las ciencias jurídicas, por su intrínseca diversidad, deben de apoyarse en la interdisciplinariedad, la conjunción entre ramas jurídicas, y una sólida base metodológica que permite conjugar los elementos clave, tanto filosóficos como prácticos de la realidad jurídica. Entre los aspectos metodológicos, el estudio de las ciencias jurídicas también supone aplicar diversos métodos de interpretación, como la inducción, deducción, la histórica-comparativa, la teleológica, sistemática, entre otras.
De esta manera, la aplicación de tales herramientas tiene como propósito comprender las exigencias del método científico, para realizar investigación jurídica de calidad que ahonde en los fundamentos del derecho, pero que también mejore la aplicación del derecho en casos concretos.
Así, la finalidad de las ciencias jurídicas es motivar la reflexión sustancial en torno al derecho aunado a la investigación y el análisis científico con miras a esclarecer cuestiones atemporales.
¿Por qué son importantes las ciencias jurídicas?
El derecho, por un lado, debe comprenderse también a la luz de su relación con otros campos de estudio y múltiples facetas de la actividad humana; y, por el otro, se sitúa hoy ante una serie de fenómenos que inciden e incidirán marcadamente en él y que exigen una aproximación más plural y enriquecida.
Ante todo, es posible apreciar la importancia de las ciencias jurídicas en la visión completa que buscan lograr y en su acercamiento a problemas presentes y futuros que conviene entender con mayor claridad. Estos son otros puntos en los que puede valorársele:
- Contribuir al estudio del derecho a través de una gama más amplia de perspectivas y herramientas.
- Aprovechar metodologías actualizadas para tener una comprensión más vasta y profunda de este.
- Poder abordar eficazmente desafíos jurídicos de relevancia para los cuales aún no hay soluciones definidas.
- Hermanar la investigación en derecho con las ciencias sociales, la filosofía, la historia y la antropología; y con una indagación interdisciplinar en general.
- Proponer nuevas vías para analizar los fundamentos y los problemas que le atañen.
A esto vale la pena añadir que el derecho, en cuanto un área que guarda una relación directa con diversas actividades y asuntos humanos, no solo se inmiscuye en el ejercicio de los juristas, sino también empalma su esfera de trascendencia en el rol de otros profesionistas.
El papel de las universidades ha sido decisivo en fomentar las ciencias jurídicas como un camino innovador para conseguir estas metas y existe un interés creciente en darles prioridad dentro de sus programas académicos.
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Con la ayuda de un claustro docente de primer nivel, su objetivo es formar investigadores y profesionales con una concepción integral del derecho capaces de realizar investigación de altura y preparados para enfrentar todo reto relacionado actual y venidero.
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