Desde que somos niños soñamos con trabajos increíbles, grandes y que cambian vidas, desde convertirnos en doctores hasta astronautas. La famosa frase “cuando sea grande quiero ser …” quizás no determine el camino que tomarán nuestras vidas, o quizás si. Algunas personas, como es el caso de mi padre, quien es médico, desde la infancia ya sabían a que querían dedicarse el resto de sus vidas, sin embargo, mi historia fue completamente distinta. Pasé por diferentes opciones de carrera, pensé en estudiar literatura y letras, filosofía e incluso sociología, hasta toparme con la licenciatura que me cautivó y enamoró; Pedagogía UP. Entonces, ¿qué es la pedagogía para una alumna de segundo semestre?
Como nos pasó a muchos de los que estamos inmersos en el increíble y apasionante mundo de la educación, decidir estudiar la licenciatura de pedagogía nos hizo enfrentarnos a retos que quizás nunca hubiéramos imaginado. Comentarios como, “¿y de qué vas a vivir?”, “¿de verdad quieres ser maestra?”, “deberías de dedicarte a algo más apasionante”, “¿para qué pedagogía?” “¿para ser miss de kínder?”, y otros tantos comentarios pragmáticos que giran entorno a la profesión pedagógica.
Al escuchar esto me sucedió lo que a varios de mis compañeros; empecé a cuestionarme si realmente era una carrera que valía la pena estudiar, si verdaderamente me abriría un campo laboral en el futuro y si ser pedagogo me daba la oportunidad de trabajar más allá del aula. Después de mucho pensar, estudiar y preguntar me di cuenta de que sí, sí quería ser pedagoga. Estaba, y lo sigo estando, dispuesta a cambiar el entorno que me rodea a través de las bases de este, aceptando los retos y dificultades de esta licenciatura.
Socialmente no se le ha entregado a la pedagogía el valor que merece, pues pocas veces se voltea a ver la educación como uno de los fenómenos más vitales de la sociedad. Nos toca a nosotros, los pedagogos, difundir ese valor intrínseco de nuestra profesión, pues me atrevo a decir que la pedagogía es igual de importante que el derecho. ¿Qué pasaría si cambiamos la perspectiva que gira entono al mundo de la pedagogía? ¿Qué trabajo es más importante y honorable que influir y guiar a quienes son el futuro de nuestro país? ¿El guiar, orientar, enseñar y acompañar a las personas no es una profesión digna de ser admirada? ¿No es igual de importante salvar vidas que educar a los niños, jóvenes y adultos? ¿No es vital el trabajo de los pedagogos para construir la sociedad? ¿No es esencial la educación para el ser humano?
Hoy entiendo que no hay trabajo más apasionante que servir a las personas, que el quehacer pedagógico es de las cosas con mayor influencia y responsabilidad social. Esto ya que, al final del camino, muchos de los seres humanos hemos pasado alguna vez por un salón de clases, ¿o no?
Al entrar a la licenciatura, aún haciéndolo en modalidad virtual, caí en cuenta de todo lo que es la pedagogía, sus alcances y características. Finalmente, dentro del aula le vi un sentido lo que siempre escuché de mis maestros: “donde hay una persona hay un pedagogo”. En la carrera entendí que la persona es lo que le da sentido a esta profesión.
Considero que la pedagogía es para y por el ser humano, el pedagogo es el experto en una de las cosas más trascendentales que diferencian al ser humano de otras especies: la capacidad de educarse. Aquellos que estudiamos la educación vemos que detrás de cada persona hay todo un proceso de cultivo y dedicación que la han llevado hasta donde está parada hoy en día. El pedagogo está preparado para acompañar al individuo en todas las esferas de su vida, pues nos preparan para ver al ser humano de manera integral.
La Escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana, además de ser de las mejores a nivel nacional, es una casa de estudios que promueve, defiende e inculca el valor del ser humano. Esto es quizás de lo más importante que he aprendido durante mis estudios universitarios. A los alumnos se nos menciona con frecuencia el valor y dignidad que hay dentro de cada persona, se nos invita a luchar por los derechos educativos de los estudiantes en nuestro país y nos impulsan a prepararnos día a día para poder alcanzar el proceso pedagógico a todos los alumnos de manera personal y real. La Escuela de Pedagogía es el vivo ejemplo de lo que es esta licenciatura, pues se preocupa por darle a todos los estudiantes una educación humana, sin dejar a un lado la excelencia académica. En la Universidad Panamericana no solo se enseña pedagogía, se vive.
Durante mi paso por la licenciatura me he dado cuenta de que sí, si vale la pena dedicar mi vida a la educación, pues es la educación la que cambiará el mundo. Me doy cuenta que pedagogía tiene el mismo valor e importancia que otras licenciaturas y que el pedagogo además de ser el experto en educación, es un elemento esencial dentro de la sociedad. Hoy entiendo que los maestros, pedagogos y educadores fungen un papel vital en el mundo actual. Son ellos quienes tienen en sus manos el futuro de los países y civilizaciones, pues todos los demás profesionistas han empezado su camino dentro de un salón. Sí, si vale la pena estudiar todo lo que gira entorno a la persona y todo lo que esta es, pues solo de esa manera cambiaremos la realidad en la que estamos parados. Y sí, estudiar esta licenciatura conlleva retos, pero no habrá nada más gratificante que entregar tus horas, días y tu vida a una de las bases más fundamentales de la sociedad; la educación.
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