A diferencia de lo que muchas personas creen, el fracaso de los líderes no se debe a otra cosa que el descuido de pequeños detalles muy normales en nuestra vida cotidiana. Fuera de ser algo lejano o poco común entre las personas, el fracaso de los líderes en algunos casos puede parecer absurdo o muy exagerado, sin embargo, es esa pequeña línea lo que define a un lobo de la manada.
Enlistaré los 8 principales detonantes del fracaso en los líderes que considero más importantes:
El primero de ellos es la incapacidad de delegar. Algo que muchas personas no entienden es que el líder tiene la labor más pesada y ardua de todas, el saber delegar y organizarse, pues él es el pegamento de los miembros de los equipos que conforman la empresa. Un líder nunca puede estar demasiado ocupado para realizar una tarea, por lo que, o aprende a delegar o aprende a delegar, no hay de otra.
El segundo detonante, que no sólo engloba a los líderes, sino a cualquier persona es la poca humildad y sentido de servicio a la sociedad. Ningún líder puede permitirse un mal día, siempre debe estar disponible para lo que se ofrezca y con buen humor, puesto que, al ser el centro de inspiración de los equipos, si tiene mala cara o se niega a ayudar, contagiará fácilmente esas malas costumbres.
El tercero de ellos es el mal hábito de siempre esperar gratificación por aquello que saben y no por lo que hacen con lo que saben. El conocimiento no es poder, a diferencia de lo que la gran mayoría de la población cree. El conocimiento es un posible poder.
En cuarto lugar, se encuentra el egoísmo, el cual no es más que la ignorancia de creer que uno es más importante que los demás. El buen líder siempre está convencido de que el equipo es lo primero y lo más importante. Siempre se debe poner en primer lugar a las personas que juntan esfuerzos al igual que reconocer siempre a ellos los logros y no al líder mismo.
El quinto se refiere a la correcta distinción entre poder y autoridad. Poder es coaccionar a las personas para que hagan lo que desees debido a tu posición o fuerza, mientras que la autoridad es hacer que las personas quieran lo que tu quieres de forma honesta y correcta. El liderazgo por poder no es liderazgo, es una dictadura.
El sexto hace referencia a la inseguridad y falta de autoconfianza. Yo lo llamo insistencia por el título. Un buen líder sabe que no hace falta que lo reconozcan públicamente puesto que sus acciones hablan por sí mismas.
El penúltimo detonante es la carencia de accountability. No existe una palabra que exprese su significado en español, por lo que lo está en inglés. Accountability es la virtud del líder por asumir la responsabilidad de su equipo y de las acciones de su equipo, pues es él quien pone el ejemplo y quien, en muchas veces, plantea las metas.
Finalmente, el último detonante es la intemperancia y la victimización. Como dije anteriormente, el líder nunca puede permitirse un mal día y menos debe quejarse de la presión, dificultad del trabajo y fluctuación de horarios. Debe tener la tolerancia y persistencia necesaria para llevar una jornada laboral de 24 horas.
Como buen líder debes reducir tu tasa acertación en estos puntos, pues de lo contrario nunca lograrás lo que te propongas.
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