Acampar es una actividad de formación integral que abarca habilidades que van desde finanzas hasta la supervivencia, todas ellas que se convierten en lecciones de liderazgo. Es una experiencia que a quienes la hemos vivido nos modifica radicalmente la visión de vida y nos dota de herramientas de liderazgo.
Desde los cuatro años y hasta entrados los 20 pude vivir la aventura de vivir una o dos semanas al año en el bosque y entre las más importantes experiencias que viví en ellos fue el ejercicio del liderazgo. Fui Jefe de Escuadra en un grupo escultista llamado Escuadrón Sefton y tuve a mi cargo un grupo de 10 jóvenes cuyo propósito general era ganar las dos competencias centrales del campamento:
- El Campismo, que concentra las habilidades de supervivencia de la escuadra en términos de construcción de los espacios domésticos con troncos,
- y el Campamento en general, que calificaba todas y cada una de las actividades de la actividad a campo traviesa.
De mis dos campamentos como Jefe de Escuadra, en el primero ganamos el Campismo y quedamos en tercer lugar del Campamento, en el segundo ganamos ambas competencias.
Gracias a esa experiencia que he podido llevar a mi vida profesional, quiero compartirles las cinco lecciones que aprendí sobre el liderazgo de grupos gracias al campismo.
Las cinco lecciones de liderazgo que me dejó ser escuadrón
- Para aprender a mandar hay que saber obedecer: triunfar en las competencias de campamento es algo muy difícil que requiere coordinación y trabajo en equipo. La manera en que uno puede entender la Teoría del mando, es bajo el ejercicio del liderazgo.
Durante más de 10 años pertenecí como un peón más de escuadra y participando como uno más del equipo, viví tanto victorias como duras derrotas. La mejor maestra siempre es la experiencia. - El líder se mide en la calidad de su gente: formar un equipo de trabajo exitoso es producto del mejoramiento individual de cada uno de sus miembros. Mi escuadra era la mejor porque durante mucho tiempo nos enfocamos afinar las habilidades de cada uno.
Cuando uno de los miembros de la escuadra nos representaba, se notaba que detrás de su trabajo había meses de formación y entrenamiento. - Se debe descubrir para qué se es bueno y hacerlo cada día mejor: mi escuadra era la mejor, pero no en todo: en los deportes no éramos los más atléticos y lo sabíamos. Pero eso no evitó que lográramos alcanzar la victoria, porque nos sabíamos excelentes en habilidades intelectuales y en ello nos concentramos.
Éramos los líderes en resolver las pistas del rally: saber clave morse; conocimientos de Primeros Auxilios; construir los mejores comedores, cocinas, alacenas, y refugios. Con ello, siendo los mejores, suplíamos los puntos que perdimos en los torneos de futbol y otras diciplinas. - Todo lo que hacíamos no era trabajo, era diversión: hicimos de nuestras actividades algo apasionante. Nos obsesionamos por salir victoriosos. Cada práctica o competencia era para nosotros un divertido momento que disfrutábamos porque queríamos ganar y porque nos gustaba lo que hacíamos.
Incluso en los momentos difíciles y en las derrotas hicimos del panorama una oportunidad de levantarnos y lograr la revancha con las demás escuadras. - Cuando se siente presión por todos lados es cuando se es líder de verdad: Críticas, traiciones, competencias desleales, engaños, decepciones; todo es parte de la vida diaria del líder pues se ocupa un lugar, una responsabilidad, codiciada y competitiva.
Todos alrededor buscarán cómo superarnos; y eso nos mantiene atentos y nos enseña a negociar. La vida es negociar y se deben buscar esos campos de batalla para vivirlos como líderes desde muy jóvenes.
"El campamento es con mucho la mejor escuela para dar a los muchachos las cualidades de carácter"
– Baden Powell, líder fundador del movimiento Scout.
Ser líder es mucho más cosas. Pero puedo casi asegurarle que cuando entre sus compañeros de trabajo se encuentra a la que fue Scout, al que fue Camping boy, o al que fue Jefe de Escuadra, notará en esa persona ese colmillo de líder y esa legítima ambición por alcanzar más victorias gracias a las lecciones de liderazgo que campar nos dejó. Ser un campista lo hace a uno un potencial y competente aspirante de liderazgo.
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