Hablar de educación musical es sin duda referirse a una de las ramas de la actividad musical de mayor responsabilidad en lo que se refiere a su impacto en la conformación de un tejido social con sólidos valores éticos. El educador musical es el profesional encargado de ofrecer a los niños y jóvenes sus primeras experiencias musicales estructuradas, que pueden ir desde actividades con un enfoque lúdico con miras a sensibilizarlos al fenómeno sonoro, clases de lectura y teoría musicales, o bien iniciarlos en una práctica musical más formal, como tocar un instrumento musical o cantar en un coro. En buena medida, de la entrega del educador musical a su trabajo y del amor por la música que éste transmita a sus alumnos dependerá el interés y amor que éstos desarrollen hacia esta manifestación artística. Y todos los que hemos tenido la fortuna de estar en contacto con la actividad musical desde nuestra infancia o juventud guiados por un gran profesor hemos experimentado la manera en cómo nos transforma y enriquece: recuerdos imborrables cargados de emociones positivas, orgullo por nuestros logros, vínculos perdurables con nuestros compañeros de aventuras musicales... no dudaría ni un momento en afirmar que, si crecemos con experiencias musicales asertivas, la música nos enriquecerá para siempre. Además, la práctica musical nos enseña hábitos y valores de gran importancia en nuestra vida, como la disciplina y la importancia del trabajo en equipo como condiciones imprescindibles para alcanzar nuestras metas. El papel del educador musical en la sociedad no es entonces encaminar necesariamente a sus alumnos hacia el estudio profesional de la música, sino contribuir de manera significativa a su formación humana a través del desarrollo de sus emociones y de su sentido de comunidad.
Por todas estas razones, el educador musical debe ser un profesional altamente preparado, que no solamente haya recibido una formación rigurosa como músico práctico, sino que conozca a profundidad las diversas metodologías de enseñanza de la música vigentes en la actualidad, ser muy creativo en la aplicación y adaptación de éstas en contextos diversos, tener conocimientos de psicología y, sobre todo, ser un gran motivador. Además, los tiempos actuales exigen a cualquier docente, y los educadores musicales no son la excepción, una convivencia cotidiana con la tecnología como herramienta educativa, como medio de comunicación y como cohesionador social.
Si estás interesado en estudiar educación musical en México, la Licenciatura en Música e Innovación de la Universidad Panamericana te ofrece un programa de vanguardia, que se ve reflejado tanto en el plan curricular como en la filosofía educativa con la que se vive el día a día en sus aulas de clases, como en los proyectos artísticos y académicos que la institución propicia. Recibirás en primer lugar una formación rigurosa como músico, lo que te permitirá comprender a profundidad el lenguaje musical, ser miembro de la orquesta sinfónica, de diversos grupos de cámara y participar en conciertos y ambiciosos proyectos de producción musical, como óperas o musicales. Cursarás asignaturas específicas de la especialidad, en las que prepararás para el ejercicio de la práctica docente, así como otras que difícilmente encontrarás en otro programa educativo y que son fundamentales para el ejercicio de esta actividad profesional, como arreglo musical y tecnologías educativas, y asignaturas que te preparan para enfrentar los retos tecnológicos y laborales que se presentan en la actualidad. Todo esto en un esquema educativo basado en proyectos, lo que te permite moldear tu formación de acuerdo con tus intereses, y en un ambiente académico que ha eliminado las fronteras entre géneros musicales, creando un entorno altamente creativo.
Germán Romero es Coordinador de Lenguaje Musical en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana
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