Napoleon Hill define al equipo maestro como: “la coordinación de conocimiento y esfuerzo en un espíritu de armonía entre dos o más personas para la consecución de un propósito definido”. Ahora bien, quisiera hacer algunos hincapiés en la definición.
En primer lugar se menciona que es “la coordinación”, por lo que nosotros podemos deducir que requiere de gran liderazgo para poder unificar las brillantes mentes así como su voluntad y deseos ambiciosos para lograr el objetivo.
En segundo lugar, dice que debe ser “en un espíritu de armonía”, lo que nos reitera sobre el liderazgo que se debe poseer, más concretamente en el carisma y manejo de situaciones: dos habilidades que forzosamente debe dominar todo líder.
Finalmente, “para la consecución de un propósito definido”, se deben aglomerar las ideas para perseguir un, y solo un objetivo, de otra manera nuestro deseo de acumular grandes riquezas se convertiría en un laberinto sin salida.
¿Encuentras algún patrón en común en toda la definición?
Es correcto, el liderazgo. Y te hablo de esto porque gran parte de las personas han subestimado la adquisición de esta habilidad y competencia extraordinaria. Muchos aún no entienden el poder y potencial que puede llegar a tener un gran liderazgo dentro de un equipo. Básicamente es el secreto del equipo maestro. Un equipo no es un equipo sin un líder que motive, guíe y unifique los intereses y cualidades de este. Incluso, me atrevo a decir que es aún más importante que el mismo conocimiento.
Ahora bien, una vez definido a analizado el equipo maestro, quisiera mostrarte cuatro pasos para formar la alianza maestra:
- Estudiar a profundidad la meta que se quiere alcanzar hasta dominarla completamente, para que así, puedas determinar con exactitud los perfiles, conocimientos y cualidades que necesitarás para alcanzar el objetivo.
Realiza este paso lo más meticuloso que puedas, puesto que si no defines a tus personajes ideales, tu meta no se va a cumplir y creerás que esta fórmula está mal.
- Define qué ventajas o beneficios podrás ofrecer a los miembros de tu equipo, ya que ninguna persona trabaja gratuitamente. Todos, absolutamente todos hacen algo por algún beneficios o remuneración que obtendrán al tenerlo, ya sea tangible o intangible, externa o interna. Absolutamente todos.
- Dar seguimiento estricto a la meta que se desea obtener con reuniones consuetudinarias (de preferencia dos veces por semana) cortas, para repasar el plan y la meta, motivarse y dar aportaciones de alto valor.
- El último paso consiste en llevar a cabo reuniones armoniosas o sociales entre ellos, para atender a la parte emocional y afectiva entre ellos, así como estrechar relaciones y despejarse un poco del trabajo. Te aseguro que con este paso siempre mantendrás el nivel de estrés bajo y la tención grupal en su punto medio.
Es importante que domines la definición de equipo maestro, pero sobre todo, que lleves a cabo estos cuatro pasos para que de verdad puedas construir tus sueños.
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