Es hora de hacer un frente común y tomar decisiones orientadas a resolver éste y todos los problemas de una agenda multilateral global.
De acuerdo con el reporte World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional de julio 2021, se espera que la economía mundial crezca un 6% en 2021 y 4.9% en 2022, después de haber caído 3.2% en 2020.
Se estima que, tras la caída experimentada en 2020, todas las regiones económicas tengan crecimiento en 2021:
- Estados Unidos crecimiento del 7.0%
- China crecimiento del 8.1%
- Zona Euro crecimiento del 4.6%
- Oriente Medio y Asia Central crecimiento del 4.0%
- Asia emergente y en desarrollo, crecimiento del 7.5%
- América Latina y el Caribe crecimiento del 7.0%
- África subsahariana crecimiento del 3.4%
- México crecimiento del 6.3%.
Uno de los factores más importantes para considerar crecimiento económico es que los países alcancen un índice de vacunación alto, que permita lidiar con el virus que causa el COVID – 19. La mayoría de los países estima que la inflación volverá a los índices que tenían antes de la pandemia.
El mismo reporte establece como prioritaria una acción multilateral para reducir las diferencias y fortalecer las perspectivas mundiales. La propuesta que hace el FMI es invertir cincuenta mil millones de dólares en el mundo para lograr índices de vacunación que permitan un escenario de recuperación y es avalada por la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial de Comercio y el Banco Mundial.
También propone, como mecanismo de recuperación económica, una asignación de derechos especiales de giro por seiscientos cincuenta mil millones de dólares para aumentar los activos de reserva de todas las economías, para ayudarlas a recuperarse económicamente.
Desde mi óptica, el mundo debería adoptar un estado de alerta general y establecer acciones multilaterales concertadas como las que propone el FMI o las que sean consensadas para lidiar con la crisis sanitaria y la crisis financiera consecuencia de la misma. Deben desaparecer las intenciones nacionalistas, que lo único que han provocado es que se extienda la enfermedad y la devastación económica.
Los países deberían adoptar políticas fiscales que permitan a los empresarios sostener su actividad y no prescindir de empleos para sustentarse. También deberían adoptar políticas monetarias que permitan regular los precios para que no suban en escalada y dar respaldos monetarios extraordinarios en los sectores más vulnerables.
El concepto de sostenibilidad: asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones, debe estar más presente que nunca en todos los rincones del mundo. Es hora de establecer acciones multilaterales que cuiden la sostenibilidad evitando que catástrofes como la que se ha experimentado con esta pandemia mundial sigan provocándose.
Las diferencias deben ser evaluadas a nivel global, para respetar las políticas y los mandatos de cada país, siempre y cuando no afecten al mundo mismo. También para establecer mecanismos claros de apoyo con condiciones claramente establecidas para actuar en favor de la salud y de las economías. Aquellas economías que consideren participar en las acciones multilaterales recibirían los apoyos propuestos, la idea es trabajar en equipo en contra de este problema mundial que nos afecta a todos.
Las propuestas del FMI están en la mesa y deberían ser seriamente evaluadas por todos y cada uno de los países. Es hora de hacer un frente común y tomar decisiones orientadas a resolver éste y todos los problemas de una agenda multilateral global. Es una situación ideal claro, pero posible.
*Rigoberto Borrego es director de la Lic. en Administración y Finanzas de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana
Consulta el artículo original aquí publicado en Alto Nivel el 21 de septiembre de 2021
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