Para muchas empresas, el miedo a ser desplazadas prácticamente de la noche a la mañana se vislumbra como una nube oscura en el horizonte: incluso aunque una empresa obtenga ganancias récord, sus líderes temen que esta amenaza sobrevenga. La mayoría de ejecutivos se preocupan por la disrupción. Existen nuevos tipos de competidores y nuevas tecnologías por entender.
Para defenderse de la competencia que utiliza tecnología para ofrecer bienes y servicios de una mejor manera, más barata y más rápida, las organizaciones deben hallarse en constante evolución. Y ello significa estar abierto a ideas nuevas e innovadoras.
La buena noticia es que la mayor fuente de esas ideas ya se encuentra dentro de las organizaciones. Los empleados reconocen constantemente los problemas de cómo se hacen los negocios y generan ideas para mejorar. La mala noticia es que, con demasiada frecuencia, estos mismos empleados no hablan, ya sea por temor a desafiar el status quo o porque creen que es inútil incluso intentarlo.
No importa cuán abierto te muestres como gerente, la investigación indica que muchas personas son más propensas a guardar silencio que a cuestionar iniciativas o sugerir nuevas ideas en el trabajo. Cuando las empresas están implementando nueva tecnología en el lugar de trabajo, por ejemplo, aproximadamente la mitad de los trabajadores informan que tienen poco o nada que decir.
Muchos investigadores y empresarios han llegado a distinguir los elementos cruciales que se requieren para que las ideas de todos los trabajadores sean escuchadas.
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Seguridad profesional y psicológica
La seguridad psicológica ha recibido una atención significativa durante los últimos años. Esto es, la confianza de que el ambiente es seguro para tomar riesgos interpersonales. En un medio así las personas se sienten capaces de hablar cuando es necesario: aportan ideas, preguntas o inquietudes relevantes, sin ser clausuradas arbitrariamente.
Demasiados empleados han apreciado que las personas que no desafían el status quo son exaltadas y, por lo tanto, suben de rango hasta posiciones de poder. Del mismo modo, los empleados que desafían el liderazgo en cuanto al manejo de la organización a menudo se ven rechazados para promociones o llegan a quedarse sin trabajo.
Las empresas que desean evolucionar deben asegurarse de que nadie pague el precio de sacrificar su seguridad por hablar. De hecho, los empleados deben ser elogiados por hacerlo, ya sea que se adopten sus ideas o no. Y cuando se promueve a los empleados, sus contribuciones deben anunciarse el momento en que tal persona haya hablado y creado un cambio sustancial.
Oportunidades estructuradas para presentar ideas
No es suficiente contar con una política “de puertas abiertas" en que los empleados puedan solicitar discutir ideas con sus gerentes. Para evolucionar, las empresas deben aportar oportunidades estructuradas y oficiales para que los trabajadores puedan presentar ideas.
Las sesiones de escucha, en las que un grupo de ejecutivos establece momentos estructurados para escuchar ideas disruptivas, pueden ser muy útiles. Los empleados pueden “inscribirse”, presentar sus ideas y responder preguntas. Algunas empresas incluso sostienen competencias, en las que las mejores ideas disruptivas son recompensadas con presupuestos para tratar de hacerlas realidad.
Las sesiones de lluvia de ideas también pueden ser útiles, siempre que el moderador haga un buen trabajo ayudando a los empleados introvertidos o tímidos a sentirse cómodos participando.
Generar un proceso
En tu empresa, ¿qué sucede después de que alguien presenta una idea? ¿De qué consta el proceso? Quizás la idea vaya directamente a un comité de innovación, que lo discute en una reunión y da un seguimiento de las preguntas. O tal vez los gerentes discuten una idea con un empleado y la convierten en algo que debería considerarse para ser implementada.
Las empresas deben crear diagramas de flujo que muestren la trayectoria de una idea innovadora en la organización. Esto ayudará a establecer los pasos a seguir y evitará que se olviden las ideas. Cada paso debe tener un marco de tiempo adjunto, que les dé a las personas involucradas la posibilidad de proporcionar comentarios, dar razones para rechazar una idea o empezar a aplicarla.
En última instancia, la mayoría de las ideas no se convertirán en grandes prácticas disruptivas. Y sí, implementar adecuadamente estos elementos requerirá algo de tiempo y esfuerzo. Pero si tu organización es capaz de aprovechar las ideas innovadoras de los empleados, tendrá la capacidad de evolucionar mucho más rápidamente.
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