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Escrito por Dra. Cecilia Durán Mena
en agosto 18, 2021

La gente se divide en dos: los que son creativos y los que son prácticos. Nos lo dicen como si esa división fuera definitiva y no creo que sea así.

“Para el que solo tiene un martillo, todo lo que encuentra comienza a parecerse a un clavo”.

Abraham Maslow

Hay verdades de Perogrullo que repetimos —y nos repiten— constantemente y que pronunciamos como si se tratara de letras escritas en oro. Verdades que no son tan ciertas. Por ejemplo, que la gente se divide en dos: los que son creativos y los que son prácticos. Nos lo dicen como si esa división fuera definitiva y no creo que sea así. De hecho, sabemos que un enfoque renovado en los seres humanos, la tecnología y la innovación es clave para una transformación exitosa. Entendemos la necesidad de transformar fundamentalmente los negocios para sobrevivir. Me temo que más que divisiones, el tema debe de tomar otro rumbo. Nos invitan a pensar fuera de la caja, a focalizar los retos desde otro punto de vista. Y, yo me pregunto cómo lo vamos a lograr si no es a través de la creatividad.

 

Me temo que el concepto de lo que significa ser creativo está algo desgastado y ha quedado fuera de lugar. Hay dogmas que se nos han arraigado a la mente. Nos han hecho creer que para ser creativos tienen que llegar las musas y cubrirnos con sus polvos mágicos para entrar a ese selecto grupo que se codea con los habitantes del Olimpo. Nos ha dado por creer que ser creativos significa llenar todo de colores, quitarnos los zapatos, caminar en la arena, pintar un cuadro, esculpir en arcilla o escribir un poema. Y, claro que los que no sabemos dibujar ni modelar ni somos poetas, nos desanimamos. También se desaniman los que van caminando descalzos por la playa, rodeados de colores y no se les ilumina la respuesta contundente que resuelve las claves del enigma. ¿Cómo no perder el ánimo? Esas presunciones erróneas nos llevan a la falsa conclusión de que la creatividad no es lo nuestro, que es un privilegio reservado a quienes pueden platicar con los ángeles. Ánimo, hay buenas noticias. Eso son pamplinas puras. Las buenas noticias son:

  1. La mayoría de las personas subestima su capacidad creativa, lo que quiere decir que contamos una creatividad potencial que tenemos en resguardo y está lista para que la hagamos crecer.
  2. La creatividad no es una característica innata, es una habilidad que puede aprenderse. Es como músculo que debe ejercitarse para desarrollarlo, para darle forma y que sea bello y poderoso. Si no la adiestramos, quedará flácida, será débil y no será una herramienta muy útil.
  3. Podemos aprender a tener mente creativa dejando que nuestra imaginación despierte y se ponga en funciones, dándole oportunidad de tirar las barreras que nos impiden ser innovadores. La mente creativa está dispuesta a fantasear, a echarse a volar sabiendo la importancia de desplegar las alas, subir alto y luego aterrizar.
  4. Ser creativo es entender que con los elementos que tenemos a la mano, podemos encontrar soluciones. La creatividad nos lleva a concretar eso de sí la vida te da limones, ponte a hacer limonada. Una persona con mente creativa sabe poner en juego todas las posibilidades que tiene a la mano. Un creativo es resiliente.

La creatividad es un elemento inseparable del liderazgo. El problema de los líderes es que se alejan de los procesos creativos, se instalan en un punto de seguridad y se quedan en el abrigo que les da la zona de confort que crearon.  Incluso, aquellos líderes que en un momento determinado fuero personas creativas, pueden dejar de serlo. Es el caso de aquellos que, como el burro de la fábula, tocó la flauta por casualidad y ya no supo como volver a hacerlo. Son los golpes de suerte, los chispazos de inspiración que funcionaron y que por miedo a echarlos a perder, no dejamos que evolucionen y los condenamos a la obsolescencia. 

Descarga el plan de estudios

Por fortuna, la creatividad no es solo ese chispazo o ese golpe de suerte. El liderazgo tampoco lo es. En ambos casos, son competencias que pueden o no ser un don con el que nace un individuo, pero que debe desarrollarse. Asimismo, se puede ser un líder creativo por decisión, con motivación y método. Tina Seelig, profesora de la Universidad de Stanford compara la creatividad con un proceso que promueve la innovación y el espíritu emprendedor. Una buena idea no basta, hay que saber implementarla, un sueño se queda flotando en el terreno de la fantasía si no existe un plan para convertirlo en una meta a la cual llegar.  Seelig denomina a este proceso como Ciclo de la Invención.

El Ciclo de la Invención de Tina Seelig se basa en los siguientes elementos:
 
  1. La imaginación es visualizar cosas que no existen.
  2. La creatividad es aplicar la imaginación para enfrentar un desafío.
  3. La innovación es aplicar la creatividad para generar soluciones únicas.
  4. El espíritu emprendedor es aplicar la innovación, escalando ideas para hacerlas rentables económicamente. Esto, a su vez, inspirará la imaginación de los demás.

 

La creatividad es un gran activo para empresas de tecnología, los proveedores de software de comunicación, el entretenimiento, las empresas de redes sociales, las que se dedican a la logística y ha sido una oportunidad para sobresalir con su agilidad para cambiar los modelos de negocio y abordar las cambiantes necesidades de los consumidores. Ya se trate de sobrevivir o prosperar, pocas empresas pueden argumentar que la transformación es esencial.

La relación que existe entre el pensamiento creativo y el liderazgo es que la creatividad debe ser una estrategia en la que se imbuya a los involucrados en un proyecto corporativo, empresarial o de emprendimiento. Efectivamente, hay quienes tienen un golpe de suerte, pero si nos ponen a escoger, preferiremos que más que un chispazo, se trate de un elemento constitutivo en nuestro quehacer diario.

 

** Artículo escrito por la Dra. Cecilia Durán Mena, Profesora de Pensamiento Creativo de la Licenciatura de Business Intelligence de la Universidad Panamericana, consultora, formadora y escritora. Como creadora literaria, ha sido distinguida con premios de relato, ensayo y cuentos. Es columnista en Forbes, WSI y Periódico Correo.

Consulta el artículo original aquí publicado en Forbes México, el 17 de agosto de 2021 

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