Es común escuchar la famosa frase de Benjamin Franklin acerca de las dos cosas inevitables en la vida: la muerte y la carga de los impuestos. Lo que Franklin no explicó es que el tributo al gobierno que son los impuestos pueden ser un gran negocio y no solo para los #Contadores.
Pagar impuestos es bueno a todas luces: gracias a ello tenemos aeropuertos, carreteras, policías, servicios médicos, leyes, puentes, presas, etcétera. Es como ir a una reunión y pagar una parte proporcional de la comida y el ambiente: solos nos veríamos limitados, pero juntos hacemos la gran fiesta.
De igual forma, al vivir en sociedad, tenemos que colaborar con todos los ciudadanos para lograr proyectos enormes que nos beneficien a todos. Además, son obligatorios en todos los países del mundo y nos duelen a quienes producimos mes con mes porque nos lo cobran automáticamente de nuestros sueldos y demás ingresos.
¿Qué de bueno tiene ser un experto en impuestos?
Todos pagamos impuestos. No obstante, por muy raro que parezca, el gobierno también quiere ayuda directa de los ciudadanos en diferentes proyectos. Es por eso que, si leyeras todas las leyes fiscales de cualquier país, te encontrarías que la gran mayoría de lo escrito te dice cómo pagar poco de impuestos; incluso nada.
Si el gobierno quiere desarrollar la industria inmobiliaria, da beneficios fiscales a quienes construyen; si le interesa la protección ambiental, da reglas especiales a los que inviertan en ecología para que no paguen impuestos; si el objetivo gubernamental es desarrollar energías sustentables, fomenta inversiones libres de impuestos.
El cuidado radica en conocer todas las leyes y aprovechar los beneficios de una manera óptima y legal. No es lo mismo no pagar impuestos a lograr hacer que los impuestos nos ayuden a generar nuevos negocios. Lo primero es delito, lo segundo es la oportunidad de oro para empresas y gobiernos.
¿Cómo hago de los impuestos un negocio y no una carga?
El verdadero negocio de cualquier negocio son los impuestos. Por más productiva que sea una empresa, el gobierno siempre buscará llevarse una tajada grande de las ganancias mensuales. Si la empresa gana más, paga más impuestos. Si una empresa tiene una inteligente estrategia fiscal, gana más y paga menos impuestos.
Todo empieza con tres principios fiscales:
- Los impuestos te harán rico o te harán pobre.
Siempre tendrás que pagar impuestos, pero no siempre sin beneficios, o incluso devoluciones de dinero a tu bolsillo.
- Invierte donde quiere el gobierno que inviertas y tendrás beneficios fiscales.
Conocer tanto las leyes fiscales como las actualizaciones de cada año, otorgan a los fiscalistas el mapa de dónde quiere el gobierno que inviertas. Conociendo todo, los beneficios son muy altos.
- Conocer las reglas, jugar con ellas y ser plenamente transparente.
Sin duda conociendo el camino a recorrer, los beneficios para un negocio o para una persona pueden incrementarse año con año. El límite es siempre la legalidad y la transparencia. Por no pagar impuestos, hasta Al Capone cayó; jugar con las reglas fiscales hace que las personas se vuelvan legalmente más ricos.
¿Puedo ya hacer negocio con los impuestos?
Sí y no. Como persona física, es decir, persona normal que paga impuestos, lo mejor es jugar con las deducciones personales pidiendo factura de manera ordenada por muchos de los gastos que se tienen en salud, educación, compra de inmuebles y otros. Los puedes consultar en el artículo 151 de la Ley de Impuesto sobre la Renta.
Pero ya para jugar en las grandes ligas y hacer grandes estrategias legales como Donald Trump, es necesario contar con un muy preparado #Contador especializado en fiscal. Incluso hay algo mejor aún: ser un gran #ContadorFiscal que al ahorrarle a personas y empresas enormes impuestos, cobre su parte en esta sociedad en el ahorro de impuestos.
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