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Los retos de ser una figura de autoridad para los adolescentes

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5-feb-2025 9:41:41

Los retos de ser una figura de autoridad para los adolescentes

M. en I. José Antonio Montiel Ramírez

Captura de Pantalla 2025-02-05 a la(s) 9.35.37El reto de mantener una relación sana con los adolescentes hoy en día y al mismo tiempo ser una figura de autoridad se vuelve cada día más complejo. El adolescente ya tiene suficientes problemas con los cambios físicos y mentales de esta etapa, comienzan a despertar nuevas inquietudes y definitivamente, ese estereotipo que mamá y papá han trazado en ellos ya no encaja con las nuevas ideas que se formulan, la comunicación comienza a flaquear y se torna ríspida, como si se tratara de una batalla que se debe ganar todo el tiempo y en cualquier lugar. Entonces, ¿cómo podemos mantener una relación estable con un adolescente y al mismo tiempo no dejar de ser una figura de autoridad?

 

El principal problema en la actualidad es que los adolescentes ya no respetan a las figuras de autoridad, Paula Arenas, Académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, afirma que “en las sociedades actuales los padres de familia carecen de una estructura emocional fortalecida para orientar y dar afecto a sus hijos, principalmente a los adolescentes, lo que se refleja en jóvenes con marcada ausencia de respeto hacia las figuras de autoridad”. Los padres de familia están sufriendo la etapa de adolescencia de sus hijos, pero no se dan cuenta que ellos forman parte de la ecuación y hasta que punto llegan a ser responsables de esa falta de autoridad, que tan permisivos han sido para evitar conflictos, berrinches o simplemente por querer darles “lo mejor” a sus hijos. En varias ocasiones, he notado que los padres han perdido completamente el control y buscan a través de sus profesores o coordinadores que tomen el rol de la figura de autoridad, como padres de familia debemos entender que somos los personajes principales para poner límites a nuestros hijos, pero también debemos mostrar cariño y comprensión a estos jóvenes que buscan emerger de su crisálida y que llega a ser natural esa rebeldía, lo que no debemos permitir es que exista una falta de respeto a sus padres, maestros o compañeros.

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Por otro lado, también existe el opuesto a ser un padre permisivo, debemos tener cuidado en caer en figuras de autoritarismo que no escuchan a los adolescentes he imponen reglas que rayan en el absurdo, peor aún cuando esto llega a los golpes o insultos, lo cual lleva a un desgaste de la relación y perdida de la comunicación y afecto. Los padres debemos generar empatía e interés por los jóvenes, creando un ambiente sano con un beneficio mutuo, sin perder de vista que siguen existiendo límites para los jóvenes que no deben ser rebasados.

 

En el ámbito escolar, los adolescentes y los profesores tienen también dificultades. En estos días, vemos más jóvenes que quieren rebasar las normas escolares y buscan explicaciones de porque no pueden actuar o vestir de cierta forma, o reclaman situaciones como cuando se les pide que bajen los pies de la mesa, se sienten bien o dejen de hablar de forma grosera, aunado a esto en ciertos casos son los mismos padres quienes intentan proteger o justificar los actos de sus hijos, restando autoridad a los profesores. En este sentido es fundamental que exista sinergia entre padres y maestros, que la comunicación sea estrecha y que todas las partes estén involucradas en la educación de los jóvenes.

 

Nosotros como padres y profesores debemos cimentar las bases para que los adolescentes entiendan que no estamos buscando perjudicarlos, y también debemos entender que ellos necesitan de nuestro apoyo y cariño, Paula Arenas, comenta que “vemos jóvenes en crisis, no sólo por la etapa de desarrollo que viven, sino por la convivencia con figuras de autoridad desgastadas, inciertas, confusas y ambivalentes; adultos que carecen de firmeza y oscilan entre posturas autoritarias o demasiado permisivas”.

Mantener una imagen de autoridad ante un adolescente es una labor desafiante, pero es fundamental para el desarrollo de los jóvenes, ya que esto les puede marcar la pauta para una vida saludable, feliz y exitosa en diferentes ámbitos. La clave se encuentra en la comunicación, la empatía y el cariño que tengamos con ellos, además de ser consistentes en nuestras normas, debemos ser firmes sin llegar a ser autoritaristas y en otras ocasiones, sin tener miedo a ese dialogo y si la situación lo permite, tratemos de entender hasta qué punto podemos ser flexibles y dejar que tomen sus decisiones. Colaboremos entre padres y maestros para crear ambientes de respeto y apoyo que permitan que los adolescentes crezcan y prosperen en ambientes donde se sientan escuchados, pero también trabajemos en equipo para que entiendan cuales son las situaciones tolerables y las que no lo son.

 

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Finalmente, creo firmemente que debemos actuar como modelos a seguir, demostremos con nuestro comportamiento y actitud lo que esperamos de nuestros hijos, lo que esperamos de nuestros jóvenes. Si nosotros deseamos que sean responsables, respetuosos, empáticos y cariñosos, debemos mostrarles esas cualidades con nuestras acciones.

 

No olvidemos que somos partes de la ecuación y debemos mantener el dialogo, la empatía y el buen ejemplo. Esto nos ayudará a ser un ejemplo a seguir, que con el tiempo nos dará crédito ante los ojos de nuestros adolescentes y hará que ganemos su respeto y finalmente, nos verán como una figura de autoridad.

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