Lo nuevo, nuevo, no hay mucho. Por ejemplo, la responsabilidad social es algo que TODAS las empresas deberían estar teniendo, pero se la pasan analizando los desechos de detergente, si avisarle mucho al usuario. Por esto, es que hoy en día el consumidor tiene grandes expectativas depositadas en las marcas. Entre ellas se incluyen un servicio de confianza, un propósito de marca que esté alineado con sus valores, y experiencias que les permitan actuar como co-creadores, en lugar de meros receptores de la visión de otra persona.
Luego, le llamamos digital a todo, hasta el relojito caro de tu muñeca. En el entorno actual, esas expectativas se han incrementado. Las empresas que tienen éxito - en particular cuando se enfrentan a la interrupción mundial de los negocios, los modos de trabajo y la prestación de servicios - son aquellas que actúan con un propósito claro y definido. Y pueden ser o no dirigidas por el talentoso sobrino del dueño, un auténtico sobrinity-manager, el cual subirá a su Instagram sus trofeos como CMO de la empresa.
Los clientes están interactuando con las marcas más que nunca, desde una opinión de producto hasta la co-creación de contenidos. Las empresas deben pensar en los clientes de forma estratégica, como embajadores de marca y colaboradores para mejorar su tasa de interacción. Por eso el Fashion Marketing se vuelve cada vez más cercano al cliente, léase, fast fashion magazine reader.
A medida que el mundo se vuelve más tecnológico y digital, la gente se limita a enviar un correo electrónico, un mensaje por redes sociales o a enviar un regalo por internet. Sin embargo, al profundizar en las necesidades de los clientes, los empleados y el resto de stakeholders, las empresas pueden crear herramientas, servicios y dispositivos que mejoren la vida de las personas. De esta forma, Maradona no tuvo un marketing manager tan talentoso como Messi o Ronaldo, pero aun así, murió dirigiendo un gran equipo de futbol.
Construir una relación de confianza lleva años, pero puede destruirse en solo unos segundos. La confianza se construye sobre la promesa de una marca y la entrega de su producto o servicio. Incluso en los tiempos más turbulentos, cuando la entrega cumple con las expectativas, las marcas construyen su confianza. Cuando la brecha entre la promesa y la entrega se dilata, la confianza se rompe y la reputación se resiente.
A medida que la pandemia ha cambiado la forma de trabajar, las organizaciones se han centrado en hacer de su activo más valioso, su talento, una fuerza estratégica. Tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) liberan a los profesionales del marketing de la ejecución más táctica, dejándoles margen para innovar y generar ideas creativas.
De modo que ahora sí, a estudiar los pequeñuelos, que no hay nada gratis bajo el marketing, más que escuchar a los expertos, asistir al aula, a deshoras, y poner atención a la tendencia.
Nos vemos- “en tu reloj de pulso”- pero nos vemos.
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