Cuando veo a mis amigos de Contaduría y me preguntan por XpLab siempre me ven con una cara de: “Este flojo sólo quiere que creamos que hizo algo su último semestre”. Así que ahí les va, para que no les cuenten, yo les contaré por qué soy un agente de cambio para las empresas.
Voy a empezar por tumbar tres mitos al respecto:
- El primero es la idea de que si no vas a XpLab no puedes emprender, o la inversa, no necesitas ir a XpLab para emprender. Yo era de los segundos, los primeros lo dicen con sarcasmo y eso los hace parte de los segundos.
Puedes ponerte a tejer pulseras, hacer una página en Instagram, ponerle precio y listo; o importarlas, lo que te sea mejor. Lo que tal vez te cueste más es conseguir mentoría, espectro (visión) y un modelo de negocios bien pensado.
No estoy en contra de los que tienen productos y los venden, pero cómo les caería de bien saber que en vez de tejer o importar pueden emplear gente en Xochimilco y así generar empleo, además de saber qué alternativas de canales existen, las tendencias de las pulseras y la posibilidad de exportación. ¿Cómo testear el mercado en Estado Unidos?, ¿qué pasos siguen desde donde estoy parado?
Y creo que hay algo tan importante como ser emprendedor y eso tiene que ver con el segundo mito:
- “Me meto a XpLab porque… sólo voy a ser emprendedor”. Pues no.
Hay otro concepto que se lleva muy bien con el emprendedurismo y es ser agente de cambio. Dentro de lo mucho que aprendí hay algo que no me saco de la cabeza: ¿Cómo puedo impactar a la mayor cantidad de personas? Y la respuesta siempre es: siendo agente de cambio.
Puedo ser agente de cambio en mi casa, en la escuela, en mi trabajo, con mis amigos, etc. Y, ¿de qué va todo esto de ser agente de cambio? Pues no es una filosofía de vida, sino más bien yo lo veo como una “profesión” en la cual te dedicas todos los días a buscar oportunidades para hacer un mundo mejor.
Ser agente de cambio te impulsa a que pienses distinto a los demás, que te salgas de tu burbuja, que un día estés en Cuautitlán Izcalli y otro en Xochimilco buscando posibles clientes para tu proyecto.
Ahora, la familia XpLab y la “nueva normalidad”. Tercer mito:
- “No me imagino lo que es estar encerrado con las mismas personas todos los días de la semana en horarios alienígenas”. Pues, es de las experiencias más divertidas del programa, pero también de las más complicadas.
Primero, lo del horario: yo llegaba a las 9:00 a.m. y me iba 8:00 p.m., sábados medio día y domingos de descanso. Créanme, ahora que lo pienso, me hubiera encantado dedicarle más tiempo que eso. Pero también tenemos familia y labores, lo cual te supone el reto de balancear y terminar todo a tiempo, sin horas muertas, pero sí con sus debidos descansos.
Lo segundo, son muchas personas, muy escandalosas y desordenadas, pero no van a creer lo cómodo que se siente estar con ellos. Son como familia para mí, absolutamente todos, hasta con los que no me llevé. Y cada uno es un verdadero genio y un modelo a seguir.
XpLab para mí fue de las mejores experiencias en la universidad y se lo recomiendo a todos, aunque sé que no todos lo aguantarían. No tanto por los horarios, sino por lo que implica tenerse que abrir, escuchar, analizar y ejecutar. Y sobre todo, por las ganas de cambiar el mundo.
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