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Escrito por Ricardo Delgado Cantú
en agosto 07, 2020

Gran parte de las personas nunca llegan a su estado de plenitud o autorrealización porque no ven el concepto de felicidad con los ojos correctos. No te voy a dar una definición de felicidad exacta, ya que todos tenemos una distinta, pero sí te voy a decir que la felicidad nunca se va a alcanzar estando sólo sin impactar a los demás.

A diferencia de lo que muchas personas creen, felicidad no es poder quedarte viendo películas todo el día, eso se llama tranquilidad y alegría; no es pasear a tu perro, eso se llama alegría y satisfacción; la felicidad, o al menos yo lo veo así, es lograr vivir en comunión con los que te rodean para lograr un impacto positivo en los demás y en ti mismo mientras converges lo que te apasiona con lo que haces día a día.

Déjame te desgloso esta definición de felicidad en varias partes para que me entiendas un poco mejor.

En primer lugar, “vivir en comunión con los que te rodean”, ya que, los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, es decir, no estamos hechos para vivir en la soledad, al menos no de manera permanente. No te estoy diciendo que necesitamos nada más al de a tu lado, sino que entre todos podemos ayudarnos para amplificar nuestro impacto o huella en la sociedad.

En segundo lugar, “para lograr un impacto positivo en los demás y en ti mismo”. Esto lo digo porque me llamó mucho la atención un texto que leí de Stephen Covey, en el que este autor nos habla de tres grados de plenitud llamado Continnum de Crecimiento. Este esquema consta de las siguientes etapas: dependencia, independencia e interdependencia.

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Ahora bien, la meta es que todos nosotros lleguemos a la interdependencia, ya que la dependencia, por un lado, o también llamada nivel 1, es muy básica puesto que el otro tiene la culpa de las decisiones que tomamos, evadimos responsabilidad y no se puede ser feliz siendo dependiente; la independencia, el segundo nivel, no es ni buena ni mala, porque es intermedia, no eres dependiente, pero tampoco interdependiente, ahí te vales por ti, y solo por ti mismo; finalmente la interdependencia es cuando logras correlacionarte con los demás para lograr un fin todavía mayor al que pudiste haber logrado por ti solo, es decir, compartes tu felicidad con los demás y eres parte de la felicidad no solo tuya, sino de todos los que te rodean, te conviertes en un significant other (pero eso ya es tema de otra ocasión).

Finalmente, “mientras converges lo que te apasiona con lo que haces día a día”. Este quizá sea el punto más difícil de lograr entender y aplicarlo, sobre todo, puesto que gran parte de la población mundial se dedica a algo completamente ajeno a sus gustos y preferencias, dando por hecho que nadie puede hacer dinero de lo que les apasiona. Bueno, déjame decirte que, todo lo contrario. Y es aquí donde me gustaría destacar una de las esencias de la felicidad, porque la verdadera felicidad, plenitud o como le quieras llamar, se encuentra en la consecución de metas ambiciosas y el logro de estas. Recuerda, los seres humanos estamos hechos para el progreso y mejoramiento continuo.

Entonces de ahora en adelante, te invito a ver la felicidad desde la faceta correcta. Vela como algo del día a día y no como un fin en sí mismo. Vela como el éxito. Ojo, pero no te limites únicamente a lo monetario, sino a todo lo demás: éxito personal, éxito laboral, espiritual o el que se te venga a la mente.

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