La política exterior consiste en la búsqueda razonable de un conjunto de objetivos nacionales. “Búsqueda” sugiere acciones, pasos y roles que delinean la actitud o el comportamiento de un Estado en el contexto externo.
En la política exterior se refleja la unión del contexto doméstico de una nación con la comunidad internacional. En tal vínculo político se enfatizan las ambiciones y las metas del Estado; por lo tanto, la política exterior es el medio para un fin suyo.
Los expertos han descrito la política exterior como un patrón de comportamiento que adopta cierto Estado en relación con otros Estados, una idea que también han definido como la estrategia y tácticas empleadas por el Estado en su relación con otros Estados en el sistema internacional.
La política exterior es, así, el plan o programa de acciones de un Estado, que conlleva la suma total de sus objetivos en el sistema internacional.
Dicho de un modo distinto, son las acciones de un Estado respecto del entorno externo y las condiciones, generalmente domésticas, bajo las cuales se formulan tales acciones. En el análisis de la política exterior, la estructura nacional se da por sentada, pues la política exterior comienza donde termina la interior.
De forma más simple, la política exterior podría significar la actitud externa de un Estado. Su objetivo final es maximizar las ventajas para el país.
Toma de decisiones en política exterior
El subtítulo alude al proceso de elaboración de políticas exteriores. Dicho proceso abarca tres etapas: iniciación, formulación e implementación.
La etapa de iniciación ocurre cuando los líderes políticos y los organismos de política exterior encabezados por el departamento de relaciones exteriores o de gobernación general conciben planes de política exterior que se fundamentan en interés nacional, percepciones, prioridades, opciones y capacidades.
Esta etapa también se conoce como de identificación y definición o de gestación. A ella atañe qué pasos estratégicos y prácticos pueden tomarse para satisfacer el interés nacional en la política internacional.
Este momento es seguido por la formulación de políticas. En un sistema democrático, la formulación requiere enviar la propuesta al órgano legislativo para que la debatan, revisen y adopten, después de lo cual regresa al ejecutivo para su aprobación y ratificación.
La tercera etapa es la implementación, en la que el ejecutivo involucra al departamento de relaciones exteriores y el resto de departamentos relevantes que garanticen la ejecución de la política.
El departamento de relaciones exteriores encomienda al servicio exterior -compuesto por diplomáticos políticos y de carrera, así como enviados y demás personal diplomático- para que trabajen en la política o políticas. La etapa de implementación también se conoce como etapa de ejecución.
Factores que influyen en la política exterior
Las políticas exteriores de los Estados tienen como base ciertas situaciones, circunstancias y eventos domésticos y externos, también conocidos como variables.
Los factores domésticos incluyen el carácter del Estado, la geografía, la demografía, el sistema o estructura política, el liderazgo, la economía, la capacidad militar, los valores históricos, el interés nacional, los medios y la opinión pública, los grupos de presión, entre otros.
Las variables externas incluyen las relaciones con otros Estados, la consideración de los vecinos inmediatos, la seguridad nacional, la membresía en organizaciones internacionales, el derecho internacional, las opiniones y acciones de las grandes potencias, etc.
Variables internas
El carácter de un Estado engloba sus características básicas así como los rasgos socioculturales de sus ciudadanos.
Si su naturaleza fuera multicultural, por ejemplo, tendría que actuar de una manera más cauta al relacionarse con otros Estados que compartieran con él valores culturales o nacionales y su política exterior sería más cosmopolita.
Si, por otro lado, compartiera valores étnicos y culturales con vecinos más próximos, su política exterior tendería a centrarse más en objetivos en común con ellos y una buena vecindad.
La geografía se relaciona de forma estrecha con lo anterior. La ubicación de un país explica su comportamiento hacia otros países en su región. En cuanto son los vecinos más cercanos, pueden ser sus mejores aliados o peores enemigos.
Además de la proximidad también existe la posibilidad de la ubicación estratégica. Las fronteras naturales de una isla, por ejemplo, le proporcionan seguridad natural y una aptitud geográfica para el dominio de los mares.
La disponibilidad de recursos naturales es también un factor de geografía. Así, las naciones con abundantes recursos de valor comercial internacional suelen cobrar importancia en la política global y, en última instancia, desarrollar una ambición sustentada por éstos.
La demografía hace referencia a la población de los Estados. La población tiene tanto un valor comercial (mercado) como político. Las poblaciones más grandes son buenos “mercados” para la inversión capitalista internacional, lo que a su vez se traduce en influencia política.
El valor militar de la demografía se visibiliza en que el mero tamaño de la población de un Estado es capaz de intimidar a los más pequeños o posibilita reabastecer con mayor facilidad a su ejército en tiempos de guerra.
El sistema político y el liderazgo son cruciales en la configuración de la política exterior de un Estado. En el panorama de hoy, las democracias han demostrado ser más estables y son más atractivas para las alianzas.
El liderazgo de un Estado formula las políticas y lleva a cabo los asuntos exteriores. Su fuerza o debilidad radica en gran medida en el liderazgo político y la actuación internacional, que incluye la guerra y la paz.
La capacidad militar se refiere a los recursos de guerra a disposición de los Estados. Un ejército hábil, disciplinado y bien armado no sólo asegura firmemente la integridad territorial de un Estado, sino que también tiene la capacidad de proveer seguridad regional e internacional.
Si bien el ejército es relevante para la disuasión u ofensiva estratégica, un Estado depende de su capacidad económica para financiar políticas exteriores sólidas o ambiciosas.
Sin embargo, es pertinente señalar que el interés nacional o el objetivo agregado de un Estado en la política internacional determina cómo el liderazgo podrá emplear la capacidad militar o económica en la conducción de su política exterior.
Los medios de comunicación, la opinión pública y los grupos de presión también influyen en la política exterior, pero juegan un papel menos importante en la mayoría de casos, particularmente en las autocracias y monarquías.
Cada uno de ellos se materializa, respectivamente, en la prensa, el pensamiento y la expectativa de la gente y los grupos profesionales de un Estado. Son bastante significativos en la formulación de la política exterior de los Estados democráticos.
Variables externas
Entre las variables externas son críticas las relaciones con otros Estados, las opiniones y acciones de las grandes potencias, la seguridad nacional y la membresía en organizaciones internacionales.
Las relaciones con otros Estados son fundamentales para el curso de decisiones a tomar y se consideran al formular políticas.
Las opiniones y acciones de las grandes potencias, dentro o fuera del Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo, respecto de armamento nuclear, son razones por las que ciertos Estados en la comunidad internacional no pueden adquirir armas nucleares.
La seguridad nacional es el motivo principal por el que las naciones mantienen ejércitos. Todo Estado, a partir de la experiencia histórica, es consciente del temor de que más países busquen lo que posee. La seguridad nacional es la defensa de la soberanía e integridad territorial del Estado contra agresiones externas.
La pertenencia a organizaciones internacionales limita naturalmente la soberanía estatal o, dicho de otro modo, minimiza los excesos de los Estados en sus relaciones entre sí. Estas organizaciones tienen tratados fundacionales, cartas, convenios, acuerdos, etc., que vinculan a los miembros y guían sus acciones.
El sistema de leyes internacionales regula el comportamiento de los Estados, siempre que sean socios contractuales. Las políticas exteriores a menudo se formulan e implementan dentro de dichos marcos.
Conclusión
La política exterior puede ser tan compleja como interesante. Las dinámicas y planes domésticos de un Estado definen su política exterior más que cualquier otro factor.
Esto se debe a dos razones: la política exterior es en sí misma la proyección de valores, fortalezas (o debilidades) e intereses internos hacia el desarrollo nacional. La política exterior busca entonces fortalecer el contexto interior desde el exterior.
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