La gran mayoría de las personas tienen como una de sus metas de vida acumular grandes riquezas, no sólo para ellos, sino para toda su familia y generaciones subsecuentes. Sin embargo, pocas personas son las que lo logran. Para ser más precisos, sólo el 1% del mundo ha logrado descifrar el camino para generar libertad financiera transgeneracional. ¿Sabes porqué es tan bajo el porcentaje? Déjame te explico.
Pocos son los que conocen los tres secretos para acumular riqueza y aún menos, son los que los llevan a cabo. Te estoy hablando de la planificación, construcción de un equipo maestro y la persistencia. Y es que, aunque parezcan sencillos o, aparentemente fáciles de comprender, requieren de gran voluntad y dedicación para en verdad encaminarlos hacia la estabilidad financiera.
El primer secreto que quiero compartir contigo es la planificación. Todo individuo que quiera lograr grandes metas (no sólo financieras), requiere de una gran planificación y meditación de lo que quiere alcanzar. Es necesario plantearse tres metas distintas: a corto plazo, mediano plazo y a largo plazo, teniendo en mente que, si bien puede cambiar la estrategia, las metas nunca deben, ya que, de otra manera, te estarías desviando muy seguido por lo que nunca llegarás al final del túnel.
Además, se tiene que definir y visualizar lo más claro posible la meta. Entre más clara sea, más preciso y detallado será el plan. En este plan deberás considerar distintos factores, entre los cuales se encuentran: tiempo que se deberá invertir, recursos que necesitarás para llevar a cabo la operación, conocimientos que se requerirán, sacrificios dispuestos a hacer para alcanzar el sueño, pero lo más importante (aunque mucha gente no lo logra entender), el equipo maestro que necesitarás para no sólo alcanzar la meta, sino sobrepasarla exponencialmente.
Aquí es donde entra el segundo ingrediente secreto y quizá el más complicado e importante de todos: el equipo maestro. Napoleón Hill dijo alguna vez: “ningún individuo tiene suficiente experiencia, educación, capacidad innata y conocimiento para asegurar la acumulación de una gran fortuna sin la cooperación de otras personas”.
Ninguna persona que haya acumulado grandes riquezas, llámese Bill Gates, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Carlos Slim, lo han hecho de manera solitaria; siempre detrás de una gran fortuna hay un extraordinario equipo. Sería inútil querer recorrer solo este camino, ya que se tardaría mucho tiempo porque necesitarías tener muchos conocimientos de muchas ramas.
Por el contrario, con una construcción sólida de una alianza maestra, mediante la división altamente especializada del trabajo y un correcto liderazgo, te tomaría mucho menos tiempo. Si cada uno hace una tarea distinta en la que se es experto, es como si a un coche le pusieras más motores: avanzaría mucho más rápido.
El último secreto de este arte es la persistencia. Esta es como un pegamento, es decir, une los otros dos y hace que funcionen conjuntamente. Ningún plan ni equipo maestro pueden aspirar a mucho si no es con persistencia y constancia en lo que se realiza. Roma no se hizo en un día. Se necesita enfoque y seguimiento extremadamente estricto si de verdad quieres algún día ser parte del 1% del mundo. ¿Ahora te suena un poco más la semana laboral de 126 horas?
Resumiendo todo en dos ideas. La primera de ellas: tienes que definir tu meta lo más claro posible, compartirla con un equipo maestro y darle seguimiento estricto para lograr tus metas. En segundo lugar: ningún logro trascendente se logra de manera individual.
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