En este momento estarás pensando… ¿en verdad quiero ser enfermera? ¿me gustaría más medicina? La verdad es que nunca podrás contestar eso sin antes haberlo intentado. La enfermería es la ciencia del cuidado, es una vocación llena de amor por el otro y de darle cuidados basados en sustentación científica, es acompañar al paciente en los momentos más vulnerables de su vida.
Mi nombre es Verónica y soy estudiante de enfermería de la Universidad Panamericana. A continuación contaré una pequeña anécdota que me hizo enamorarme de esta carrera. Porque como tú, yo no estaba segura de esta decisión.
En mis prácticas clínicas de segundo semestre, acudimos al Hospital General de México, ahí tuve la oportunidad de rotar en el área de urología. La enfermera a mi cargo era una gran maestra, con ganas de enseñarme todo lo que ella sabía, de ella y de mi universidad aprendí que un paciente no es una enfermedad, no es un diagnóstico; es un ser humano. Una tarde de mis prácticas, conocí al señor M, este era un paciente de edad avanzada con un mal pronóstico en cuanto a su enfermedad, él me decía que no tenía a nadie en esta vida, me confesaba que su dolor era insoportable y que no sabía qué hacer.
A mi escaza preparación en el ámbito de la enfermería, no sabía qué decirle para que se sintiera mejor, sin embargo, sabía que tenía algo a mi favor; el conocimiento. Aunque creía que no solo iba a bastar calmar su dolor físico, este dolor iba más allá. El dolor del señor M venía desde más adentro, así que decidí acudir a su cama todos los días del servicio a platicar un rato con él, cada día una nueva historia, pero lo mejor es que cada día que pasaba a su lado el sonreía y aliviaba un poco ese dolor.
En conclusión, una enfermera es una amiga, una aliada, alguien en la que encontrarás alivio y consuelo. Ser enfermera va más allá de los conocimientos científicos, esto es una vocación.
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