Lo sabemos: no deberías estar terminando y mucho menos empezando un trabajo en el último momento. Como menciono aquí, dejar tiempo de sobra para hacer revisiones finales es crucial para garantizar que tu entrega sea de calidad. Se lo repito a mis alumnos cuando asigno un nuevo ensayo: esto no es algo que deban o puedan hacer en un día. Sin embargo, la vida no es perfecta y uno, desde luego, tampoco es perfecto. Por más que construyas hábitos de disciplina académica y procures empezar y terminar tus proyectos con tiempo de sobra, la realidad es que es probable que en algún punto de tu carrera te encuentres frente a una fecha de entrega inminente con un trabajo a medias o sin empezar. Aquí hay algunos consejos para cuando esto suceda.
1. Organízate
El primer paso es no desesperar. Esto ya lo sabes: entre más te angusties por la imposibilidad de la tarea a la que te enfrentas, menos capaz serás de llevarla a cabo. Cuando el tiempo es muy estrecho, un horario de trabajo generalmente resulta lo más efectivo para evitar la desesperación (¡tienes un plan!) y ser lo más productivo posible.
Toma asiento, respira profundamente y comienza por anotar los componentes individuales del proyecto por terminar. ¿Qué tienes ya hecho? ¿Qué falta por hacer? ¿Cuánto te tomará terminar cada componente? Este es un buen momento para revisar los estándares de calificación de tu profesor: así podrás priorizar elementos particularmente importantes para el trabajo.
Una vez que hayas considerado esto, calcula el tiempo que tienes en total: ¿24 horas?¿16? ¿8? ¿4? De acuerdo a la necesidad del momento elabora un pequeño horario: dedica un porcentaje de tu tiempo a planeación, la mayoría de tu tiempo a redacción y por último, tiempo para revisión y edición final. La meta es que hagas todo lo que deberías hacer normalmente para desarrollar un ensayo de calidad, pero en tiempo comprimido. Coloca este horario en un lugar visible mientras trabajas, puedes ir tachando las tareas que vayas completando: te desanimarás menos si sientes que vas progresando de acuerdo al plan.
2. Encuentra el lugar adecuado
En general, encontrar el lugar adecuado para estudiar es importante, pero nunca más cuando enfrentas una larga jornada de trabajo y requieres periodos de concentración ininterrumpida. Este no es el momento en el que te puedes dar el lujo de distracciones y procrastinación. En lo personal, encuentro que trabajar en un lugar rodeada de otras personas trabajando me ayuda mantener la concentración. Por lo mismo, tiendo a preferir trabajar en la biblioteca. Si tienes otras preferencias o la biblioteca no es una opción, lo más importante es encontrar un lugar cómodo en el cual sabes que estarás libre de distracciones. ¡Aléjate de tu cama! Si tu crisis actual requiere una noche en vigilia (y, por más poco recomendable, a todos nos ha pasado) es fundamental alejarse de cualquier superficie que invite a tirar la toalla y tomar una siestita “solo de cinco minutos”.
3. Diseña tu trabajo
El límite de tiempo disponible reducirá tu tiempo de planeación considerablemente. Pero eso no quiere decir que debas abandonar completamente este paso crucial. A pesar de las prisas, si empiezas a vomitar palabras frenéticamente en un documento vacío sin tener clara tu dirección, tesis o el orden de tus argumentos, tardarás más tiempo (y te angustiarás más). Así que deja el tiempo necesario para tomar una hoja en blanco y trazar un esquema básico de lo que vas a hacer. ¿Cuál será tu argumento principal? ¿Cómo lo desarrollarás? ¿En qué fuentes particulares te vas a apoyar? etc.
4. Revisa
Tómate al menos media hora (incluso más si tu tiempo lo permite) para volver a leer lo que escribiste. Escribir mucho, bajo presión e ininterrumpidamente generalmente resulta en más errores de dedo y redacción confusa que de costumbre. Corrige mientras lees y has todas las ediciones necesarias. Tómate ese tiempo también para asegurarte que no haya errores en tus referencias y que tu trabajo tenga el formato adecuado.
5. Entrega
Tu horario de trabajo debe de concluir al menos una hora antes de la hora de entrega (dos si la entrega es presencial). Como les digo a mis alumnos, entre más cerca de la hora de entrega, más probable es que haya errores técnicos. A veces los sistemas (y Moodle en particular) se abruman por el gran número de usuarios que acceden al mismo tiempo e intentan cargar documentos. Haz todo lo posible por evitar este tipo de problemas. Si la entrega es presencial deja suficiente tiempo para pelarte con la impresora (siempre dejan de funcionar en los momentos menos propicios) y para llegar con calma al punto de entrega.
¡Ánimo y buena suerte!
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