Cuándo la gente pregunta: “¿Qué quieres estudiar?” Si respondes que no sabes (respuesta perfectamente normal, aquí tienes algo que puede ayudarte) es muy probable que te respondan: “haz lo que te guste”. Eso es, de manera general, un buen consejo. Sin embargo, hay que aclarar la diferencia entre “lo que te gusta” y “en lo que te gustaría trabajar”.
Un muy claro ejemplo: a mí me gusta ver series en Netflix. Si me guío solamente por un criterio de placer, hubiera estudiado Comunicación. Desafortunadamente, aunque me gusta consumir medios, producirlos es otra cosa completamente distinta. Para ser un buen comunicólogo se deben tener conocimientos extensivos de mercadotecnia, psicología del consumidor, analizar factores como tiempo, luz y encuadre para distintas escenas y el largo y arduo trabajo de edición. Es vital que no haya una confusión entre lo que te gusta adquirir y lo que te gusta hacer.
Por otro lado, hay cosas que te pueden interesar, pero a nivel de temperamento y personalidad no son adecuadas para ti. Un ejemplo de esto muy claro sería el estudiar cualquier rama de ciencias de la salud. Se necesita un perfil muy específico de persona para desarrollarse en esta área.
En primer lugar se necesita estómago, en todas las profesiones que tratan con el cuerpo y la mente humana se necesita poder estar todo el día tratando con el aspecto más biológico del ser humano. Con esto me refiero no sólo a la parte obvia de los fluidos corporales y otros elementos físicos, sino también a que el dolor nos priva a todos de nuestras máscaras.
Es claro entonces que para cada carrera se necesita una personalidad específica, el solo interés no es suficiente para tener una carrera exitosa y mucho menos para estar satisfecho con la elección.
Probablemente tengas algún amigo que viene de una familia de abogados, o pedagogos, o mercadólogos. Y que haya decidido que la opción correcta es la que lo mantenga en el negocio familiar. A esto lo llamamos interés familiar y se debe tener en cuenta como un factor a considerar. Pero no es el factor decisivo. No es sano para nadie que los padres tomen decisiones vitales por uno.
Todos estos factores se deben tomar en cuenta para encontrar el interés profesional real y decidirse por una carrera.
Déjanos saber lo que pensaste acerca de este post
Pon tu comentario abajo.