Te propongo que te preguntes lo siguiente: ¿Subirías a un autobús en el que no conocieras el rumbo al que se dirige? ¿O uno en el que el chofer no supiera conducir? Seguramente tu respuesta sería no. Si trasladas estas preguntas al ámbito público, en donde te preguntarás lo mismo sustituyendo la palabra "autobús" por la palabra "gobierno" y la palabra "chofer" por "gobernante", te darás cuenta de que tu respuesta es también un contundente NO.
Sin lugar a duda, el descontento ciudadano, la apatía, la falta de credibilidad y liderazgo en las instituciones públicas han ocasionado que alejemos nuestro interés de los asuntos que nos deben interesar a todos. Estoy seguro que tanto a ti como a mí nos preocupan temas como la seguridad pública, la educación, la política internacional o la atención médica y desde luego nos preocupa el alumbrado público o que funcione de manera adecuada cualquier servicio que nos brinda el Estado.
No podemos subirnos al autobús sin rumbo ni dirección, pues el futuro de todos está en sus manos. Es imperante que todos nos interesemos en los asuntos públicos y nos formemos como mejores ciudadanos. Si además de ello descubres tu vocación de ser un agente de cambio positivo, entonces fórmate de manera adecuada para asumir la responsabilidad de tomar las riendas y conducir el futuro de todos.
Hoy más que nunca necesitamos gobernantes bien formados, necesitamos repensar la democracia contemporánea extrayendo lo mejor de la filosofía y ciencia política actual, potenciando el combate a la corrupción real en todos sus ámbitos y entendiendo que nuestro país está inserto en un mundo más interdependiente, donde las relaciones internacionales son fundamentales.
Es claro que interesarse por los asuntos públicos no sólo implica beneficiarnos de ellos, implica asumir un rol ciudadano que busca el bien común y que fomenta las mejores relaciones de la comunidad política. Ser un espectador de lo público provoca y fomenta el uso arbitrario del poder, la imposición, la pobreza y la desigualdad. Cada ciudadano que se aleja de lo público abre la puerta para que gobiernos populistas, arbitrarios o autoritarios aparezcan en la escena política pretendiendo avasallar a una ciudadanía que pierde fuerza para pelear.
Es por ello que hoy te invita a una breve reflexión sobre tu participación ciudadana. ¿Qué tan dispuesto estás a asumir un rol protagónico en la conducción de nuestro país? ¿Qué tan dispuesto estás a descubrir tu liderazgo como agente de cambio positivo en tu país? Si lo descubres, es momento de formarte adecuadamente, pues te recuerdo que un gobernante debe estar preparado para serlo. De lo contrario, serás el chofer del autobús que no sabe manejar y menos sabe a dónde ir.
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