No es raro escuchar en conversaciones sobre mercadotecnia y publicidad frases como “Mi estrategia para este año es Instagram” o “Mi estrategia para esta temporada son las promociones de venta”. Y aunque desde luego estas decisiones no están mal en sí, presentan un problema de planteamiento: no son estrategias de mercado, son tácticas. Es esencial para un mercadólogo entender la distinción, ya que tener claridad al respecto puede hacer una diferencia sustancial en los resultados logrados por una marca o empresa.
Simplificándolo bastante, una estrategia se refiere a la manera general en la que se competirá en un mercado: la ruta a seguir para llegar al destino, que es el objetivo a cumplir. Y las tácticas son las acciones específicas que se utilizarán durante esa ruta. En esta lógica, supongamos que la marca AB ha decidido, como estrategia, competir en su categoría como una opción premium y no apelará a todo tipo de consumidores ni a vender grandes volúmenes, sino a un segmento de mercado específico, que, aunque es relativamente reducido, le puede generar altos márgenes de utilidad. ¿Y cómo lo conseguirá? Pues con herramientas tácticas: y aquí es donde entra en juego, por ejemplo, Instagram, canal mediante el cual la marca comunicará a su público objetivo, mensajes que reflejen, entre otras cosas, su calidad premium.
Por supuesto, la marca AB utilizará otras herramientas tácticas, que tendrán en común actuar de manera sinérgica y coordinada, y esto será posible porque cada una de las acciones estará subordinada a, e informada por el proceso de planeación estratégica.
Sin duda, para el mercadólogo es vital conocer los efectos y mecanismos precisos de las distintas herramientas tácticas, pero es igualmente esencial que las pueda observar con una mirada estratégica que le permita abordarlas de manera integrada. Igual que un jugador de ajedrez tiene que saber perfectamente hacia dónde se puede mover el alfil o la reina, también debe tener en todo momento presente el tablero completo, para entender cómo las acciones de cada pieza son condicionadas y condicionarán a las demás, propias y enemigas. Igual que se juega al ajedrez y no al peón o al rey, las herramientas tácticas se potencian si son entendidas como parte de un sistema.
La Maestría en Mercadotecnia Estratégica, cuyo plan de estudios abarca materias de mercadotecnia internacional y digital, está diseñada reconociendo lo anterior, por lo que brinda al alumno tanto un entendimiento profundo de los recursos tácticos de marketing, como una perspectiva estratégica amplia para gestionarlos con las mayores probabilidades de éxito empresarial.
Contenido relacionado: 10 razones para estudiar mercadotecnia estratégica
Conoce más en el siguiente enlace:
Este artículo fue escrito por Luis Gabriel Méndez Mondragón, profesor de nuestra Maestría en Mercadotecnia Estratégica.
También podría interesarte:
Déjanos saber lo que pensaste acerca de este post
Pon tu comentario abajo.