La mayoría de los empleados jóvenes y nuevos no suelen ser considerados líderes en el lugar de trabajo. No sólo ocupan un bajo lugar en la jerarquía de la oficina y carecen de experiencia y habilidades, sino que también suelen ser tímidos e inseguros como para asumir un papel de liderazgo.
Pero la actitud correcta, la capacidad de observación y un genuino deseo de aprendizaje, pueden hacer prevalecer a un joven profesional desde el principio. A continuación, algunos consejos que puedes aplicar para convertirte en un líder en el lugar de trabajo.
1. Comienza a prepararte antes de ingresar a la fuerza laboral.
Participa como voluntario en organizaciones o clubes sociales sin fines lucrativos donde puedas desarrollar habilidades de liderazgo. Empieza con grupos, tales como el comité de la escuela. Éstos abundan en oportunidades para liderar, ya sea a nivel de junta, subcomité, proyectos especiales o eventos. Lo cual se puede llevar a cabo mientras todavía cursas la universidad o previo a ingresar a la fuerza laboral. Los estudiantes que cultivan sus habilidades de liderazgo mientras aún están en la universidad o que han trabajado anteriormente en el campo a través de pasantías u otras experiencias, generalmente poseen mayor confianza en su capacidad para manejar situaciones laborales.
2. Consigue experiencia previa.
Debido a que la mayoría de lo que se necesita para ser un buen líder consiste en aprender a través de la experiencia práctica y la observación, no conviene cometer una equivocación leyendo diversos libros o tomando cursos de desarrollo profesional sobre liderazgo organizacional. Existen numerosos recursos gratuitos o de bajo costo que pueden ayudar a obtener las herramientas y habilidades para comenzar a practicar un liderazgo efectivo en el lugar de trabajo.
3. Toma el tiempo necesario para evaluar la cultura de organización.
Escucha y observa cómo el personal trata a los nuevos trabajadores y aprende cuáles son sus expectativas de ti. Si no estás seguro, pregunta. Es apropiado preguntarle al supervisor cuáles son las expectativas sobre tu trabajo. Observa el estilo de tu supervisor, ¿es más casual o formal?, ¿quiere detalles y reportajes diarios?, ¿o está interesado solamente en retroalimentación periódica? Aprende y adáptate.
4. Mantén la mente de un alumno.
Conserva la curiosidad y las ganas de absorber nueva información. Trata de no prejuzgar las situaciones demasiado rápido o no hacer suposiciones prematuras que podrían carecer precisión. Es normal hallarse abrumado al principio. Sólo trabaja lo mejor que puedas y pide ayuda al necesitarla.
5. Identifica las áreas en que puedas proporcionar nuevas ideas o ayuda.
Un trabajador joven podría ser más hábil con las redes sociales que el personal de mayor edad. Si es así, ese sería un recurso para ofrecer sugerencias o ideas. Observa las áreas problemáticas de tu equipo o empresa. En organizaciones o equipos suelen existir "normas" que no han sido desafiadas o donde las personas no han buscado mejores modos de realizar cosas durante mucho tiempo. Usualmente hay aspectos de los que la gente se queja, lo que es una oportunidad para idear nuevas soluciones o propuestas dirigidas hacia alguna forma innovadora de llevar las cosas a cabo.
6. Ofrece tu ayuda.
Como nuevo trabajador, si comienzas con una actitud de "estoy aquí para ayudar", puedes lograr asumir una función de liderazgo más rápida y fluidamente. Busca maneras de servir, incluso si no te piden que lo hagas.
Durante las reuniones existen innumerables oportunidades en donde alguien es requerido para dirigir un proyecto o la sección específica de un proyecto. Da un paso adelante y ofrécete como voluntario para tomarlo. Si es demasiado grande o es algo con lo que tienes poca o ninguna experiencia, puedes ofrecer asociarte con un líder ya establecido para adquirir las habilidades y el conocimiento necesario para liderar un proyecto.
7. Haz tu trabajo y acata las reglas.
Algunos jóvenes profesionales se hallan tan envueltos en todo lo demás que no pueden ejecutar sus tareas básicas requeridas. Si te dan una fecha límite, respétala, trata de entregar el artículo temprano si es posible. No pidas extensiones. Encuentra la manera de hacerlo. Es importante recordar que tus primeras asignaciones de trabajo probablemente no serán las mejores, pero es imperativo que hagas un buen trabajo. Si no realizas bien tareas básicas, nadie te confiará tareas más complejas.
También presta atención a las reglas y políticas de la oficina, tanto escritas como no escritas. Llega temprano y quédate hasta tarde. No seas el último en entrar y el primero en irse.
8. Comunicar y conectar.
Toma el tiempo que necesites para conocer a tus compañeros de trabajo y conocerlos como personas, no sólo como compañeros de trabajo. Lo cual llevará un poco de tiempo, así que no tengas prisa. También debes comunicarte de manera asertiva y transmitir tus resultados para dejar en claro tu propuesta de valor.
9. Establece relaciones con los superiores y encuentra un mentor.
Encuentra un mentor que se considere exitosamente como un líder dentro de la organización y pide oportunidades para seguir a esa persona o trabajar en un proyecto con él para observar de primera mano cómo lo lleva a cabo.
Los grandes líderes no tienen una edad definida. Para un joven puede ser más difícil sobresalir debido a la falta de experiencia, pero eso no es un impedimento. Si sigues estos 9 consejos y le pones empeño a tu trabajo para destacarte, aprender, apoyar y generar valor serás considerado como un líder y poco a poco los resultados se irán mostrando.
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