Su Mamá y yo no sentíamos muy orgullosos de la forma en que se interesaba por ampliar sus conocimientos. Una vez concluida su Preparatoria, presentó su examen para poder estudiar la carrera de Medicina, y fue una gran noticia el saber que había aprobado el examen en más de una escuela, fue un placer escuchar la noticia y solo esperábamos conocer la escuela en que habría de cursar su carrera. Días después de tener esa agradable noticia, nos pidió a su Mamá y a mi, tener una plática respecto de una decisión que cambaría el rumbo de lo que siempre con mucho gusto había deseado. ¡¡¡Quería estudiar enfermería!!! ¿QUÉ QUIERES ESTUDIAR QUEEEE?
He de confesar que la familia (Mi Esposa mi hija y yo) entrábamos en un "shock" por esta decisión tan drástica y repentina "Pero Hija tu siempre dijiste que serías Medico, ahora porqué el cambio", ¿Qué pasa Hilda?, con toda la paciencia y con la seguridad de poder convencer a sus Papas de que era lo que quería porque "Estaría más cerca de los pacientes, los conocería por su nombre, y podría estar cerca de ellos para asistirlos de una forma humana" entre otra serie de argumentos, decidimos apoyarla si eso era lo que ella quería, pero también, porque no decirlo, nos causaban un conflicto grande.
Ahora que han pasado más de tres años, veo no nada más a una muchacha estudiosa e interesada por saber más acerca de todas las cuestiones médicas sino respetuosa de su decisión, comprometida con su Universidad, pero sobre todo interesada por poder ayudar como ser humano a toda persona que por el simple hecho de estar en un Hospital, requiere de un apoyo médico y emocional, situación que me llena de orgullo.
Si bien es cierto que tienen que asear y estar atentas de los pacientes, el desempeño de una enfermera va más allá de esto. Pensé que mi hija no pasaría del primer semestre, pues no estaba acostumbrada a otra cosa que no fuera estudiar, como los trabajos asistenciales que realizan las enfermeras, sin embargo, lo logró, superó esa difícil prueba, y siguió su camino creciendo y formándose cada día.
En este momento, tengo que decir, que la imagen de lo que es una enfermera, ha cambiado para mí. Una enfermera, una muy buena enfermera, es una persona comprometida a prepararse, responsable de sus actos, profesional en su ejercer, con valores, con consideración hacia sus pacientes, pero sobre todo esto, con vocación de servicio, lo cual en la sociedad actual no se considera que sea el principal valor, sin embargo es el valor más importante y necesario para ejercer una profesión, principalmente en el área de la salud.
Hoy por hoy, me siento muy orgullosa de que mi hija haya tomado esa decisión y haya perseverado en su formación. Sé que dentro de la profesión que escogió, le queda un largo camino por recorrer en adquisición de aprendizajes, conocimientos, experiencias, trabajo duro, largos turnos, penas, impresiones, pero también sé que puede con todo eso y más, y que será una de las mejores enfermeras que cualquiera pueda conocer. Eso es lo que está forjándose en ella... UNA GRAN ENFERMERA.
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