Sin lugar a dudas Halo infinite es una de las entregas en el mundo de los videojuegos más esperada para este 2021. Desde el 2001 el universo Halo nos ha traído a más de una generación una variedad de sentimientos que van desde el miedo al encontrarnos por primera vez con una raza alienígena de parásitos (floods), hasta la excitación causada por derrotar a las Scarab del Covenant (artillería pesada del ejército enemigo). El universo Halo se ha consolidado, entrega tras entrega, como la saga de videojuegos más importante en lo que va del siglo.
Halo, la franquicia de videojuegos desarrollada por Bungie y luego propiedad de 343 Industries, nos transporta a una guerra librada entre la humanidad y una alianza de distintas especies alienígenas, llamada Covenant. El Covenant, cegada por una convicción religiosa, intenta exterminar a la humanidad para activar ruinas de una raza antigua que los llevaría a un “gran viaje” y de esta forma, a convertirse en dioses. En el momento en el que la humanidad está perdiendo la batalla contra el Covenant es el momento en el que se nos traslada al traje del mítico Spartan 117 con la esperanza de encarnar el último intento de la humanidad por sobrevivir.
La protección de lo nuestro
Diversos filósofos desde la antigua Grecia hasta los tiempos actuales, han tratado de responder la pregunta por lo propiamente humano: el rol del humano en la naturaleza, los alcances de nuestro cuerpo, el límite de las facultades intelectuales, etc. Sin lugar a dudas, estas preguntas sólo se pueden responder a través de la reflexión y la contextualización. Indiscutiblemente, el universo de Halo nos lleva a las circunstancias adecuadas para pensar lo propiamente humano, además, ¿qué otro escenario nos puede hacer pensar lo humano si no es una batalla contra alienígenas? El Spartan 117 es la cúspide tanto de nuestros más profundos miedos como de las más apreciadas esperanzas: un super-humano que lucha por cuidar a su especie y a su hogar: el planeta tierra. El filósofo y sociólogo alemán Helmuth Plesnner propuso en el siglo XX que lo propiamente humano es la risa y el llanto. Si en el universo de Halo, con la diversidad de especies y formas de inteligencia artificial, reconocemos que el llanto, tal y como lo articuló Plessner, resulta no ser único a la humanidad, entonces ¿qué es lo que une a la humanidad en tanto humanidad? ¿qué es aquello tan fundamentalmente humano que llevará al Spartan 117 a sacrificar su vida por los demás seres humanos? ¿qué defiende, en realidad, la humanidad contra los alienígenas y por qué importa?
El universo de Halo, como muchos otros universos, más allá de llevarnos a increíbles escenarios tan grandes como la imaginación misma, nos presentan recursos para pensar de manera crítica la realidad, nuestro papel en ella, y las preguntas fundamentales sobre el porqué vale la pena vivir en ella.
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