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Pensarnos cuatro años tras la pandemia

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11-oct-2024 11:48:03

Pensarnos a 4 años del inicio de la pandemia...

 

 Dr. Eduardo Villela Aranda

 

Eduardo Villela Aranda DSC09958Cada día que nos acercábamos al último día de la pandemia daba señales de esta nueva realidad que nos preparaba justo para este momento. El 2020 parece que pudo haber sido en otra vida. Ojo, lo rápido que llegamos aquí es uno de los mayores logros de la medicina; aun así desde un principio muchos sabíamos que llegaríamos aquí, que habría una vacuna, que todo iba a mejorar, solo era cosa de esperar.

Y si llegó el día, si mejoró la vida. Ya estamos aquí y de nuevo es lógico evaluar todo lo que aprendimos de la pandemia para forjar esta nueva realidad y moldear este nuevo mundo en el que nos encontramos. De redefinirlo.

¿Qué ideas tienes? ¿Qué aprendiste? ¿Qué guardamos? ¿Qué desechamos? ¿Qué mejoramos?
¿Qué sigue? ¿Cómo redefinimos el futuro? Y me puse a pensar.
Todas estas ideas son muy válidas, pero las estamos haciendo hacia afuera de nosotros mismos. Estamos tratando de redefinir este nuevo mundo en el que estamos de pie sin preguntarnos:
¿Realmente estoy de pie? ¿Me estoy apoyando de alguien? ¿Me estoy cayendo? ¿Estoy completamente abatido, en el piso bajo los escombros tratando de jalar aire mientras todos los demás aparentemente están corriendo a esta nueva realidad escapando de lo que nos pasó?

La pandemia del covid 19 tuvo un efecto en todas las personas del mundo globalizado. Las mismas emociones de miedo, ansiedad, depresión, incertidumbre, apatía, enojo, confusión y demás experimentadas de manera única en cada ser humano. No podemos empezar a redefinir el futuro sin antes voltear hacia dentro y redescubrirnos a nosotros mismos.

Imaginemos que un ciclista, de esos que van sin casco metiéndose entre los coches, de los que hay en todos lados menos en la ciudad de México, entonces este ciclista tiene un día un accidente. La bicicleta pérdida total y el ciclista con fracturas expuestas en miembros inferiores, neumotórax a tensión, TCE grave con hemorragia epidural, Glasgow de 9, hemorragias internas y hasta ahí me acuerdo de trauma. Pasa directo a quirófano, cirujano general, neurocirujano, ortopedista, todo el equipo. Sobrevive y pasa directo a UCI. Si llego yo al día siguiente y le digo “pues se perdió la bici pero ya mañana es el maratón de la ciudad de México, párate vamos a entrenar” no va a existir una sola persona que no me saque a patadas de esa habitación.

Y si al paciente post operado se le recomienda que inicie la deambulación cuanto antes, pero no en la UCI, no con fracturas múltiples, y deambulación de tres pasos y a descansar. Sería una enorme crueldad, negligencia y crimen contra esta persona. Ni Grey’s Anatomy se atrevió a tanto.
El cuerpo del ciclista está tan anestesiado que ni siquiera sabe que le duele, en este momento nadie puede predecir hasta que nivel va a recuperar su funcionalidad, si volverá a caminar, si necesitará de apoyo por el resto de su vida, si podrá volver a su trabajo, de momento está aislado y su familia no sabe que tan mal está.

Necesita tiempo, necesita ayuda, necesita espacio. Necesita entender su nueva realidad.
¿Entonces por qué le pediría lo mismo a los demás o a mí mismo después de esto que nos pasó?

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