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La importancia de la asertividad en la juventud

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17-dic-2020 14:30:33

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La asertividad no implica que seamos agresivos o testarudos. Más bien, cuando somos asertivos expresamos nuestros puntos de vista con claridad y permitimos que nuestras opiniones sean escuchadas, pero respetando las opiniones y las creencias ajenas.

Quienes muestran asertividad son seguros de sí mismos y confían en su juicio, sin ser groseros por ello. Cuando somos jóvenes, nos vemos inmersos en múltiples situaciones en las que nos conviene empezar a aplicarla para aprovecharlas al máximo.

La cualidad opuesta a la asertividad es la pasividad. Estos son ejemplos de comportamiento pasivo: aceptar algo con lo que no concordamos; evitar expresar opiniones veraces; ser incapaces de decir "no"; disculparnos cuando no tenemos culpa. Si bien debemos evitar conflictos, la pasividad no suele ser útil.

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Te compartimos 8 puntos para poner en práctica la asertividad:

1. Condúcete con confianza

Sí, lo anterior es cierto, debemos hacer valer nuestros derechos y desenvolvernos con confianza. Pero también es importante que no nos pongamos en peligro.

A veces, nuestra seguridad es más pertinente que hacernos valer. Si ser asertivos en una situación particular nos pusiera en riesgo, lo mejor sería posponer tal actitud hasta que hubiera pasado el peligro o contáramos con la presencia de una persona de apoyo.

2. Mantén la calma

La asertividad es también un equilibrio entre la firmeza y la cortesía: nos permite comprender la opinión de otras personas sin que necesariamente nos sometamos a ella.

En ocasiones cuando buscamos afirmarnos, podemos ir demasiado lejos de manera innecesaria. Podríamos enojarnos rápidamente y terminar gritando (cosa que rara vez nos servirá para transmitir un mensaje) o, por el contrario, no decir lo que estamos pensando.

Para conseguir el equilibrio adecuado, debemos encontrarnos en un estado tranquilo. Si queremos calmarnos, respirar profundamente unas cuantas veces o contar en silencio hasta 10 antes de hablar puede ayudarnos.

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3. Sé directo y honesto

Es demasiado fácil (y común) asumir que los demás se darán cuenta de nuestra postura o nuestras emociones con base en nuestro lenguaje corporal, nuestras expresiones faciales u otras señales intencionales. No obstante, cuando tengas que ser claro usa una comunicación más directa.

4. Haz declaraciones con “yo”

Al hacer declaraciones como "Me siento ..." y "Me gustaría ...", estarás reconociendo y expresando que lo que piensas es importante y merece ser escuchado.

También te ayudará para que evites culpar a los demás por cómo te sientas, lo que puede poner a otros a la defensiva e inclinarlos a mostrarse parciales hacia ti.

Entonces, por ejemplo, en lugar de decir "Me hiciste sentir ...", intenta decir: "Me siento [emoción] cuando tú [lo que haya hecho otra persona], y preferiría que tú [qué acción preferirías que hiciera la persona]”.

5. Respeta los demás puntos de vista

El desarrollo de la asertividad comienza cuando uno reconoce que sus derechos y opiniones son tan válidos como los de cualquier otra persona.

Como tal, debemos ser corteses con las demás personas y no expresarnos de un modo incomprensivo, sarcástico o condescendiente. Comunicarnos de manera asertiva implica que expresemos claramente nuestro punto de vista y al mismo tiempo tengamos en cuenta las perspectivas ajenas.

Podemos lograr esto al expresarnos con empatía, como por ejemplo, así: "Entiendo que te sientes ... [como hayas entendido que la otra persona se siente ahora mismo]" o "Puedo entender que piensas ... [resumir su opinión]”.

6. Practica

Algunas de las técnicas discutidas podrían parecerte novedosas, por lo que te será útil practicarlas cuando se dé la ocasión. Puedes escribir afirmaciones empáticas y en primera persona. O tratar de hablar con un amigo o frente a un espejo para conseguir el tono correcto: amable, pero firme.

7. Usa la comunicación asertiva sólo cuando lo desees

No es necesario que expreses tu opinión constantemente o busques hacer valer tus puntos de vista en toda situación. Es decir, no tienes que compartir todo lo que se te cruce por la mente.

8. Expresa pensamientos positivos

Además de utilizar técnicas asertivas para decir "no", compartir perspectivas alternativas o señalar aspectos que uno considere errados, la asertividad también puede emplearse para expresar pensamientos y emociones positivas.

Por ejemplo, al mostrar agradecimiento; del mismo modo, al felicitar a los demás, al ofrecer ayuda y al escuchar a otras personas.

Al igual que con otras cualidades que denotan madurez, la asertividad no es una que se adquiera de un momento a otro, o con sólo proponernos manejarla. Tenemos que esforzarnos por cultivarla para poder llegar a dominarla eventualmente.

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