Imagina que camino a la escuela se te poncha una llanta, que no tienes internet para enviar ese ensayo en el que trabajaste semanas, o que no encuentras las llaves de tu casa y está lloviendo. Todas estas pequeñas dificultades seguramente las has vivido. Al vivirlas tal vez te has desesperado, has gritado, has perdido los estribos, o si fuiste un poco más como Zack Snyder o Batman tuviste paciencia.
Zack Snyder es el director de 300, Watchmen y la Liga de la Justicia, cuya versión del director (el Snyder Cut) salió en marzo. Batman no necesita introducción: es un huérfano multimillonario que por las noches se viste en spandex, pelea con payasos y tiene una fijación con los murciélagos. Tras ver el Snyder Cut puedo decir que Batman es un ejemplo de alguien paciente, tras conocer cómo se desarrolló la producción de la película también puedo decir que Snyder lo es.
Batman y Snyder
En el Snyder Cut (spoilers ahead) Batman tiene que formar un equipo compuesto por superhumanos para salvar la tierra (y eventualmente la salvan, duh, son la Liga de la Justicia). Pero en el proceso tiene que lidiar con un equipo conformado por una mujer griega de 5000 años, un marinero con la mecha corta, y un cyborg con problemas de identidad. Tiene que tener fe en que un alienígena muerto los va a salvar, y todo lo hace siendo el único miembro sin poderes. Esto requiere de paciencia (y muchas otras virtudes).
Durante la producción original de la película, Snyder pasó por situaciones personales muy complicadas, incluyendo la muerte de su hija. Esto llevó a que la producción fuera terminada por Joss Whedon, y la visión del director se viera alterada. Snyder supo sobreponerse a las difíciles circunstancias con las que se enfrentaba, y eventualmente llegó a nosotros su visión de la película. La paciencia de Snyder es lo que nos trajo la película.
Paciencia
A lo que te he dicho seguro podrás decirme: qué bien que Zack Snyder o Batman hayan sido pacientes, pero seguro la paciencia que quieres (eres un filósofo) debe ser complicada e imposible de alcanzar. Nada más lejos de la realidad, Aristóteles da una definición muy sencilla en la Ética Nicomáquea, “la paciencia consiste en resistir” (1150b). Entonces podrías pensar que lo que hay que resistir es lo imposible, pero tampoco es el caso, Aristóteles dice que hay que resistir “lo que la mayoría de los hombres resisten” (1150b).
En ocasiones puede que se te presenten situaciones extraordinarias, tal que requieran más paciencia de tu parte, pero si ejercitas diariamente la paciencia en las cosas pequeñas eventualmente podrás sobreponerte a los obstáculos más grandes.
Tú
Si quieres estudiar filosofía vas a necesitar de la paciencia. Los textos que te van a dejar leer pueden ser muy difíciles, y escribir un ensayo final no es trabajo de un día. Griego y Latín puede que te saquen canas verdes, y lógica puede que te haga recordar tus clases de mate de prepa. A esto súmale lo que viven todos los estudiantes: muchos exámenes. Una vida personal que tal vez se descuide un poco por estudiar, traslados en la Ciudad de México (tan vibrante como caótica), y gente muy extraña que le gusta hablar de “el ser” cuando sale de fiesta. Pero al igual que salvar la tierra de aliens o terminar un proyecto personal, estudiar filosofía vale la pena, y nada que valga la pena se consigue sin algo de paciencia.
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