Una recesión es una caída de gran impacto que se extiende por toda la economía y puede durar varios meses. De una manera más específica, el término se define típicamente como un período en el que el producto interno bruto (PIB) disminuye durante dos trimestres consecutivos.
Existen múltiples indicadores que determinan si nos hallamos en una recesión, entre los que se encuentran las tasas de empleo, el ingreso interno bruto, las ventas al por mayor y al por menor y la producción industrial.
En una recesión, los efectos agravantes se presentan de diferentes maneras: aumentan las solicitudes de desempleo, cambian los patrones de gasto, se ralentizan las ventas y disminuyen las oportunidades económicas.
Así, las recesiones están marcadas no únicamente por la caída del PIB, sino también del ingreso personal real y de las ventas y producción manufacturera y por un aumento en las tasas de desempleo.
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Las recesiones y el ciclo económico
Un ciclo económico sigue las fluctuaciones ascendentes y descendentes de la actividad económica en torno a una tendencia de crecimiento a largo plazo. Debido a que el ciclo se refleja en la amplia gama de movimientos correspondientes en los indicadores económicos, a menudo es un punto focal de la política económica.
Se entiende que los ciclos económicos tienen cuatro fases distintas:
- Expansión: Representa un período de crecimiento económico. Suele caracterizarse por un aumento del empleo y también del gasto y la demanda de los consumidores, lo que conlleva un aumento en la producción y el costo de los bienes y servicios.
- Pico: El punto más alto de un ciclo económico, se traduce en el momento en que una economía ha alcanzado su pico de producción. Puede considerarse el punto de inflexión en la fase de contracción.
- Contracción: Período caracterizado por una disminución de la actividad económica, se da una caída del PIB, un aumento del desempleo y otros indicadores relacionados. Conforme el crecimiento se contrae, la economía entra en recesión.
- Valle: El punto más bajo de un ciclo económico que marca el fondo de la actividad económica. La recesión es un punto de inflexión y le sigue una nueva ola de expansión.
Es importante tener en cuenta que los ciclos económicos no ocurren a intervalos predecibles. En cambio, son de longitud irregular y su severidad se refleja en las variables económicas de una época.
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¿Qué causa una recesión?
En términos generales, la expansión y el crecimiento de una economía se detienen en algún momento. Una disminución significativa de la actividad económica suele ser provocada por una combinación compleja e interconectada de factores, que incluyen:
- Choques económicos. Un evento impredecible que causa trastornos económicos generalizados, como un desastre natural o un ataque terrorista.
- Pérdida de confianza del consumidor. Cuando los consumidores se preocupan por el estado de la economía, reducen sus gastos y conservan todo el dinero que pueden. Debido a que gran parte del PIB depende del gasto del consumidor, toda la economía puede desacelerarse drásticamente.
- Tasas de interés altas. Las altas tasas de interés limitan la compra de casas, automóviles y otras importantes. Las empresas reducen sus planes de gasto y crecimiento dado que el coste de financiación es demasiado elevado. La economía se contrae.
- Deflación. Lo opuesto a la inflación, la deflación implica que los precios de los productos y activos disminuyen en función de una menor demanda.
La gente pospone las compras, a la espera de precios más bajos, lo que provoca un efecto descendente progresivo o una actividad económica lenta y un mayor desempleo.
- Burbujas de activos. En una burbuja de activos, los precios de posesiones como ciertos tipos de acciones o los bienes raíces aumentan de forma rápida porque los compradores creen que seguirán aumentando.
Pero luego estalla la burbuja, la gente pierde lo que tenía en papel y teme invertir más. Como resultado, la gente y las empresas reducen el gasto, dando paso a una recesión.
Debido a la naturaleza impredecible de las recesiones, es difícil calcular cuánto duran las recesiones. Aunque pueden durar hasta tres o cuatro años, en promedio duran un poco menos de uno.
Más allá de que muchos factores influyan en la causa de las recesiones, comprender que son parte de los ciclos normales de la economía puede ser de gran ayuda para sobrellevar las que inexorablemente se avecinan.
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