Política y comunicación no pueden hallarse separadas en una democracia. Los políticos y los partidos políticos deben convencer de sus propuestas a los votantes y, a partir de ellas, tratar de convocar a una mayoría suficiente con el objetivo de asumir el poder.
El propósito de la comunicación política, por tanto, es transmitirles contenido a destinatarios específicos: tomadores de decisiones y medios de comunicación, o, bien, votantes.
Pero dado que las noticias ya no constituyen un factor principal de cambio, sino que sólo indican cuán rápido éste se da, debemos preguntarnos qué estrategias de comunicación política siguen siendo efectivas, cuáles son las tendencias actuales o cómo es posible llamar la atención de nuevas audiencias y convencerlas.
Hemos resumido las respuestas a estas cuestiones en las siguientes 5 estrategias:
Las 3 C: consistencia, credibilidad y coherencia
El primer paso para practicar una estrategia eficaz de comunicación en la esfera política requiere de redactar una definición de la narrativa (del proyecto) en la que se le pide a la gente que confíe.
Lo que convence a los votantes no son las medidas políticas individuales, sino la adopción integral de las 3 C: consistencia, credibilidad y coherencia. Estos tres elementos representan en sí mismos la base fundamental de las tácticas restantes.
La importancia de las palabras
A los votantes les interesa asegurar que el personaje a elegir represente intereses muy específicos. Se valen de distintos medios para obtener información y consultar programas electorales, sitios web y redes sociales. Pero, ¿cuál es el origen de los mensajes adecuados que los inclinan a tomar decisiones?
Escuchar a la audiencia en cuestión es una de las principales formas de saber no sólo qué transmitir, sino también cómo hacerlo.
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A manera de ejemplo, con la información de cuanto ha sido escuchado una reforma podría parecerle necesaria a personas que antes hubieran podido describirla como "desmantelamiento social".
Los líderes deben centrarse en los mensajes que subyacen a sus políticas y comunicarlos de una manera comprensible. Recordemos la frase shakesperiana: "la brevedad es el alma del ingenio".
Comunicación dinámica
El pasado nos ha enseñado que los eventos inesperados suelen cambiar la dinámica entera de las campañas electorales o los períodos de gobierno.
En la comunicación política, algunos aspectos cambiantes son, por ejemplo, las malas noticias, las expectativas fallidas y las percepciones de las partes interesadas, los rumores repentinos, pero también la influencia de actores externos. En resumen, innumerables factores pueden alterar el curso normal de los eventos.
Las buenas estrategias de comunicación incluyen reacciones rápidas que posibilitan la modificación de mensajes en momentos decisivos. Además, la sociedad penaliza cada vez más a aquellos líderes que guardan silencio o rechazan los cuestionamientos de periodistas.
Una estrategia para cada canal
El advenimiento de las redes sociales y de los canales digitales en conjunto ha dado lugar a nuevas formas de comunicación, incluso en la política. La diversidad de medios actuales es enorme y genera confusión en torno a los criterios válidos de comunicación.
Quizás, entonces, reproducir lo mismo en cada uno de ellos no es una estrategia efectiva. Lo sería, más bien, proporcionar contenido adecuado en aquellos canales que usa el público objetivo. Además, determinados formatos funcionan mejor en algunos casos que en otros.
Por ejemplo, los videos cortos son excelentes recursos para Facebook, pero no para otras plataformas. Más aún, las redes sociales son bidireccionales. No se trata únicamente de decir o de transmitir mensajes, también de dialogar y de escuchar.
El valor de la autenticidad y la empatía
Los políticos son, por definición, representantes del pueblo. Por eso es importante que sean próximos a los ciudadanos y conozcan a fondo sus inquietudes. Ya sea en línea, en eventos públicos o durante reuniones personales, la autenticidad y la empatía les aportan oportunidades para impresionarlos a su favor.
Estas cinco reflexiones son herramientas para abordar satisfactoriamente un plan de comunicación política. Sin embargo, no conviene olvidar que el éxito de los proyectos políticos depende de muchos otros factores, como la competencia, la preparación previa, la personalidad, etc.
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Cuando estos factores conforman una estrategia política, tendrá muchas mayores probabilidades de influir en el curso de los acontecimientos.
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