La corrupción, con su vistoso despliegue en los titulares de noticias, suele captar la atención del público con grandes escándalos.
Sin embargo, no siempre es tan evidente como un soborno descarado o un desvío millonario de fondos públicos. Existe un tipo más sutil pero igualmente pernicioso
En este artículo, exploraremos en detalle qué es la corrupción pasiva, sus formas más comunes y quiénes son susceptibles de incurrir en ella.
¿Qué es?
Se define como la aceptación o tolerancia de actividades ilícitas sin necesidad de una acción directa para promoverlas o efectuarlas.
En lugar de participar activamente en actos de corrupción, aquellos involucrados en su forma pasiva permiten que ocurran tales prácticas a su alrededor sin tomar medidas para detenerlas o denunciarlas.
Sus modalidades
A continuación, te presentamos algunas de las formas más comunes en que tiene cabida este tipo de corrupción:
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Omisión deliberada
Ocurre cuando una persona en una posición de autoridad o responsabilidad con pleno conocimiento de un acto ilícito no interviene ni denuncia el caso señalado. Incurren en ella:
- Funcionarios de gobierno que tienen conocimiento de actos corruptos en sus áreas de responsabilidad y optan por no informarlos a las autoridades pertinentes.
- Directivos corporativos que están al tanto de prácticas ilícitas dentro de su empresa pero deciden no tomar medidas para detenerlas.
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Negligencia
Se lleva a cabo cuando una persona en una posición de autoridad o responsabilidad no cumple con sus deberes o responsabilidades de manera adecuada debido a una falta de cuidado o atención, lo que permite que sucedan actos ilícitos. Algunos ejemplos son:
- Profesionales o servidores públicos en sectores regulados que no cumplen con los estándares éticos y legales requeridos en su ejercicio.
- Supervisores o gerentes que no asumen el debido cuidado para prevenir o detener actividades ilegales en sus departamentos o equipos laborales.
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Cultura organizacional
Es el caso en el que las normas no escritas toleran o incluso promueven comportamientos ilegales. Quienes cometen este modelo de corrupción pasiva son:
- Todos los miembros de una organización que participan en una cultura que de algún modo admite la corrupción, ya sea por temor a represalias, presiones internas o simplemente por conformidad con su legitimación.
- Líderes y directivos que no hacen nada para cambiar una cultura organizacional corrupta y, en cambio, la perpetúan a través de su inacción o complicidad.
Combatir la corrupción pasiva precisa un esfuerzo conjunto de vigilancia, transparencia y rendición de cuentas. Es imperativo promover una cultura de integridad en todas las esferas de la sociedad, donde este tipo de actividades sean rechazadas y denunciadas en lugar de toleradas o ignoradas.
La corrupción pasiva es tan dañina como su contraparte más evidente y requiere una atención del mismo nivel de urgencia. Al entender sus formas y quiénes están en riesgo de incurrir en ella, podemos dar pasos más efectivos hacia su prevención y erradicación en nuestras instituciones y comunidades.
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