El soborno y la corrupción -a menudo definidos como actos de abuso de poder por parte de personas en posiciones de autoridad- distan de ser problemas desconocidos para nosotros. De hecho, han existido desde que los seres humanos comenzaron a organizarse en sociedades reconocibles.
Y ciertamente aún tienen una relevancia significativa: se estima, de acuerdo con la OECD, que cada año se paga más de un billón de dólares estadounidenses en sobornos en todo el mundo y que se pierden 2,6 billones debido a la corrupción. Eso es el 5 % del PIB mundial, y la cifra real probablemente sea todavía mayor.
La altura del desafío
Dado el profundo daño que la corrupción inflige tanto a los ciudadanos como a las sociedades, abordarla será quizás el mayor desafío individual para cada uno de nosotros.
Tratar esta problemática exige acciones que vayan mucho más allá del desarrollo de programas de cumplimiento y la inclusión de un punto adicional en un registro de riesgos.
¿Cómo puede la comunidad internacional estar a la altura de este desafío? Depende de todos nosotros -y, en especial, de quienes tenemos mejores recursos- trabajar juntos para que ello suceda.
Contenido relacionado: ¿Por qué los gobiernos y la ciudadanía global deben preocuparse por el fenómeno de la corrupción?
Aquí hay una lista de cinco factores, como predicciones, que podrían impulsar de forma efectiva la lucha contra la corrupción en un futuro próximo:
1. El cumplimiento seguirá evolucionando y extendiéndose geográficamente
Año tras año, algunas de las economías más grandes del mundo cada vez diseñan más resoluciones e imponen más sanciones contra el soborno, tendencia al alza que se está reflejando en otras jurisdicciones a nivel mundial.
Es muy probable que las iniciativas anticorrupción continuarán expandiéndose y evolucionando alrededor del mundo durante los próximos años, y que esta dirección bien establecida no se verá afectada por el panorama político cambiante, incluido el aumento del populismo.
2. La acción social aventajará a los regímenes cómplices y la regulación no aplicada
El descontento popular ante la desigualdad y la corrupción ha cobrado voz en los últimos años gracias al auge de las redes sociales.
Ha sido alimentado aún más por eventos que van desde el furor mundial por los papeles de Panamá y las emisiones ilegales de dispositivos diesel en automóviles, hasta la acusación de líderes globales de renombre por cargos de corrupción.
3. La tecnología dará lugar al cumplimiento automatizado y preventivo
La mayoría de los CEOs de corporaciones internacionales están bastante conscientes de la necesidad de la tecnología en el entorno financiero y empresarial.
Dos cosas que se preguntan con frecuencia son cómo las tecnologías emergentes pueden ayudarlos a asegurarse de tomar decisiones correctas y cómo podrían identificar y abordar amenazas estratégicas, así como riesgos clave, de una manera más rápida y consistente que antes.
Claramente, las estrategias de cumplimiento antisoborno y anticorrupción se encuentran integradas en esas preguntas, pero sólo como un elemento de riesgo integrado aunado a otros.
4. A medida que las sociedades dependen menos del efectivo, los pagos de facilitación caerán
Varios países ya tienen un progreso notable en la sustitución del efectivo físico por medios electrónicos de intercambio: los billetes y las monedas ahora representan sólo el 2% de la economía de Suecia, en comparación con el 7,7% en los Estados Unidos y el 10% en la zona euro.
A nivel mundial, se estima que el auge de los sistemas de pago electrónico y las criptomonedas conllevará una caída de aproximadamente 30% en la cantidad de transacciones en efectivo físico en esta década.
La naturaleza más rastreable y auditable del dinero electrónico implicará que su creciente uso contribuiría potencialmente a eliminar los sobornos y los pagos de facilitación.
5. Los negocios éticos y transparentes se convertirán en la nueva norma
Les guste o no a las empresas, la información y las actividades corporativas se encaminan irreversiblemente hacia una mayor transparencia y visibilidad pública.
Con el escrutinio de las redes sociales y las ONG, las organizaciones ahora operan en una "pecera global". Las empresas han descubierto que el público exige niveles cada vez más altos de apertura y la regulación las obliga a adecuarse a ellos.
Algunas organizaciones están tratando de frenar la ola de transparencia escondiéndose detrás de la protección y confidencialidad de los datos. Pero aquellos que adoptan la transparencia pueden obtener una ventaja competitiva al usarla para impulsar el cambio cultural y el comportamiento ético.
Es momento de ir más allá del cumplimiento
Es el momento adecuado -y la urgencia es palpable- para que los líderes empresariales aprovechen el poder de su fuerza laboral, aquellos que desean hacer del mundo un lugar mejor, para impulsar una cultura empresarial de tolerancia cero hacia las prácticas corruptas.
Para las organizaciones, tal cultura debe dar forma a las decisiones y el comportamiento cotidianos de los ciudadanos en todos los países: una cultura respaldada y habilitada por las tecnologías adecuadas.
No todas las empresas lograrán esto en los próximos años. Pero las que lo consigan estarán bien situadas para ganar la batalla por los ingresos, los clientes, el talento y la confianza del público, y viceversa para las que no lo logren.
A medida que debatimos cuáles son los programas anticorrupción más apropiados y la necesidad de igualdad de condiciones para que las empresas compitan, no olvidemos las consecuencias de que nos equivoquemos y, de hecho, las implicaciones para miles de millones de personas de dichas consecuencias.
La Maestría en Anticorrupción de la Universidad Panamericana te aportará la formación y las herramientas indispensables para diseñar e implementar proyectos anticorrupción en instancias públicas y privadas.
Te invitamos a conocer más sobre nuestro programa, aquí:
También podría interesarte:
Déjanos saber lo que pensaste acerca de este post
Pon tu comentario abajo.