<img height="1" width="1" src="https://www.facebook.com/tr?id=236649609280760&amp;ev=PageView &amp;noscript=1">
banner-new-one
close

Popular Posts
Los 14 principios de la administración
8 de los pedagogos más importantes de la historia
¿Qué es la teoría científica de la administración?
30 frases de política que como joven sí o sí te inspirarán
Las 13 empresas mexicanas con mayor impacto global
Escrito por Posgrados Pedagogía UP
en noviembre 19, 2025

Un neuropsicólogo infantil es un especialista en el campo de la psicología que se encarga de atender a las infancias que presentan alguna condición nata o adquirida que compromete el funcionamiento típico del sistema nervioso central y la conducta

Las intervenciones que se aplican buscan lograr la funcionalización cognoscitiva, es decir, que los infantes desarrollen habilidades que respondan a las demandas del contexto sociocultural en el que se desenvuelven. 

Maestría en Neuropsicología y Educación  

Para hacerlo generalmente se recurre a 3 alternativas:

  1. Restitución de una pérdida funcional cerebral

Parte de que hay funciones cognitivas que pueden recuperarse mediante ejercicios sistemáticos y repetitivos que estimulen directamente la zona cerebral afectada y, en la medida de lo posible, restauren el funcionamiento previo.

En la práctica, se diseñan tareas específicas para el proceso que se perdió o se dañó (atención, memoria, funciones ejecutivas, lenguaje, etc.). La repetición y la intensidad favorecen la reorganización neuronal debido a la neuroplasticidad. 

Es más útil cuando el daño es reciente o la función está parcialmente preservada.

  1. Compensación funcional

Cuando la restitución completa no es posible, la intervención busca que otras redes neuronales asuman la función comprometida. Para ello, se entrenan habilidades distintas que cumplen el mismo propósito funcional y se aprovechan las áreas cerebrales que sí están íntegras.

Por ejemplo: Un niño con dificultades de memoria verbal puede aprender estrategias visuales (imágenes, colores, mapas mentales) para recordar información al utilizar otras rutas cognitivas.

  1. Acondicionar el entorno

Cuando la restitución y la compensación no son suficientes o viables, la alternativa es adaptar el entorno para reducir las barreras y facilitar la participación funcional del niño.

Funciona con adaptaciones escolares (ajustes de ritmos, instrucciones más claras, descansos y reorganización del espacio), apoyos físicos o tecnológicos (pictogramas, agendas visuales, dispositivos de apoyo) o con la intervención de la familia y de los docentes para generar un entorno predecible y accesible.

 

¿Qué estudia el neuropsicólogo infantil?

El objeto de estudio de esta especialización de la psicología es la conducta de los niños y cómo esa conducta está influida por:

  • Variables organísmicas: es decir, características propias del cerebro (cómo está estructurado, cómo funciona y cómo procesa información).
  • Lesiones o condiciones cerebrales: daños o alteraciones que pueden ser congénitas o adquiridas (traumatismos, epilepsia, infecciones, trastornos del neurodesarrollo, etc.).

A veces, los niños simplemente llegan a nacer con una manera distinta de procesar la información, lo que puede dificultar su adaptación a las demandas sociales, escolares o familiares.

La idea no es “curar” o “rehabilitar” como si siempre hubiera un daño. Más bien, es entender cómo funciona su sistema nervioso y apoyarlos para que puedan vivir y participar plenamente, según las necesidades reales que exija el entorno en el que crecen.

Puede interesarte: Cómo se usa la neuropsicología para educar mejor a los niños

 

Neuropsicóloga ayuda y evalúa a niña pequeña

Diferencia entre neurología, psicología y neuropsicología

El parentesco entre estas áreas profesionales puede suscitar confusiones, pero es importante distinguirlas con claridad para conocer sus alcances y límites.

  • Neurología: 

Es una especialización médica que estudia e interviene en los trastornos del sistema nervioso central y periférico. 

Su función es diagnosticar y tratar enfermedades de origen neurológico, tales como tumores cerebrales, epilepsia, esclerosis múltiple, accidentes cerebrovasculares, infecciones o inflamaciones del sistema nervioso central (SNC), entre otras.

  • Psicología general

Busca comprender, evaluar e intervenir en los procesos que regulan la conducta humana. Analiza cómo se comporta una persona y por qué, pero no necesariamente profundiza en la relación entre el cerebro y el comportamiento. 

Su perspectiva se centra en emociones, pensamientos, aprendizaje y relaciones interpersonales.

  • Neuropsicología

Especialización de la psicología que profundiza en la relación entre el sistema nervioso y la conducta. 

Su campo de estudio incluye cómo las funciones cerebrales explican habilidades como la atención, la memoria, el lenguaje y las funciones ejecutivas, y cómo una lesión, alteración o condición neurobiológica se manifiesta en la conducta, el aprendizaje y la regulación emocional.

Si un niño tiene un tumor, una crisis epiléptica o un evento vascular cerebral, quien debe intervenir es el neurólogo

Si después presenta problemas de atención, memoria, lenguaje o regulación conductual, quien debe evaluar, explicar y atender estas dificultades es el neuropsicólogo

¿Qué debes estudiar para ser un neuropsicólogo?

En caso de requerir apoyo emocional, desarrollo de habilidades sociales o procesos psicológicos más amplios, el psicólogo complementa idóneamente el trabajo.

 

¿Qué trastornos atiende el neuropsicólogo? 

“Trastorno” no significa enfermedad, ni implica que algo esté “mal” con la persona.

Según la Organización Mundial de la Salud los trastornos mentales:

“se caracterizan por una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo”.

Bajo este marco conceptual, el neuropsicólogo infantil trabaja con todas aquellas condiciones congénitas o adquiridas que afectan el funcionamiento del sistema nervioso central y tienen un impacto en la conducta, el aprendizaje, las emociones o la adaptación del niño a su entorno. 

Estas condiciones pueden agruparse en dos grandes categorías:

  1. Condiciones del neurodesarrollo (congénitas o genéticas): 

Son alteraciones que surgen desde etapas tempranas del desarrollo, muchas veces relacionadas con variaciones genéticas, alteraciones cromosómicas o factores que afectaron la formación del sistema nervioso antes, durante o poco después del nacimiento. Incluyen:

  •  TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)
  • Trastornos del espectro autista (TEA)
  • Trastornos específicos del aprendizaje y del lenguaje (dislexia, discalculia y disgrafía)
  • Trastorno del desarrollo de la coordinación
  • Discapacidad intelectual (síndrome de Down, deleciones, duplicaciones, etc.)
  1. Condiciones adquiridas: 

Son alteraciones que aparecen después de que el sistema nervioso se forma o madura, causadas por eventos externos. Algunas de estas son:

  • Traumatismos craneoencefálicos
  • Eventos vasculares cerebrales (EVC)
  • Infecciones del sistema nervioso (meningitis, encefalitis)
  • Tumores cerebrales o cáncer con repercusión neurológica
  • Hipoxia o anoxia (falta de oxígeno en el cerebro)
  • Epilepsia y sus efectos en la cognición
  • Accidentes o caídas que comprometen la integridad del SNC
  • Malformaciones adquiridas o consecuencias de cirugías

Maestría en Neuropsicología y Educación  

 

¿Cuándo debo llevar a mi hijo o a un infante al neuropsicólogo?  

Muchas personas acuden a evaluación neuropsicológica después de haber pasado por psicología clínica, neurología o psiquiatría, pero hay señales claras que permiten identificar cuándo es conveniente acudir directamente. Estas señales pueden agruparse en dos grandes categorías:

  1. Signos de desarrollo atípico

El principal indicador es que el niño no se desempeñe acorde a las etapas típicas del desarrollo. Los ejemplos más comunes incluyen:

  1. Retrasos motores, como un niño de un año que aún no camina o que a los dos años siga sin caminar
  2. Retrasos en el lenguaje. Por ejemplo, un niño de tres años que no puede hablar o formar frases simples.
  3. Dificultades en habilidades esperadas para su edad, como un niño de cinco años que presenta problemas persistentes en coordinación, socialización o habilidades intelectuales.

Estas son las señales más directas de que una habilidad que “debería estar ahí a cierta edad” no se ha desarrollado.

Los padres no tienen que saber todas las etapas del desarrollo, pero hoy existen herramientas tecnológicas que indican qué se espera a cada edad, y eso puede orientarlos.

¿Es necesario llevar siempre al niño a una evaluación en estos casos? 

Aunque se aconseja hacerlo, no es obligatorio en todos los casos. Lo recomendable es acudir cuando realmente hay señales de alerta, no como un proceso rutinario.

¿Primero psicólogo general o directo al neuropsicólogo?

Si se llega primero con un psicólogo infantil, este debe canalizar al neuropsicólogo si observa indicios de afectación del sistema nervioso. Pero si los padres ya notan retrasos claros (no camina, no habla o no socializa), pueden acudir directamente al neuropsicólogo sin pasar por un proceso previo.

 

  1. Señales de alerta relacionadas con daños adquiridos

Además del desarrollo típico, el neuropsicólogo atiende a niños cuyo sistema nervioso haya sido comprometido por eventos externos tales como caídas fuertes o accidentes, enfermedades con fiebre alta (38–39°C) seguidas de cambios notables en el comportamiento o infecciones que comprometen el sistema nervioso.

Estas situaciones pueden generar alteraciones cognitivas o conductuales que requieren evaluación. 

Cambios bruscos en la conducta (con o sin daño físico)

Los niños no siempre expresan verbalmente lo que les ocurre, pero su comportamiento sí refleja que algo pasa. Por ejemplo, un niño muy sociable que de pronto se haya vuelto retraído, o viceversa, un niño retraído que de pronto se haya vuelto muy sociable. Aunque este último parezca favorable, cualquier cambio drástico es una señal.

Traumas y su impacto en el sistema nervioso

Muchas experiencias traumáticas moldean el sistema nervioso, especialmente en las etapas tempranas. Es indispensable llevar a los niños a diagnóstico de neuropsicología si han sufrido:

  • Abuso físico sostenido
  • Abuso sexual crónico
  • Invalidación emocional constante
  • Ambientes altamente estresantes

¿En qué consiste una evaluación neuropsicológica? 

La evaluación sigue una serie de pasos bien definidos. Se describen a continuación:

  1. Primer contacto con los cuidadores y personas cercanas. Lo que ellos reportan (lo que observan como problemático en el niño) permite formular un primer esquema de evaluación y determinar si puede existir una alteración en el desarrollo o en el funcionamiento del sistema nervioso.

  2. Primer contacto directo con el infante. Aunque no es una entrevista formal como la que se hace con adultos, la interacción en sí misma arroja información clínica relevante sobre aspectos de lenguaje, movimiento, razonamiento, atención o socialización que parezcan atípicos. A partir de estas observaciones se identifican qué pruebas formales serán necesarias.

  3. Se diseña una batería de pruebas que explore diferentes dominios cognitivos (atención, memoria, razonamiento, habilidades visoespaciales o perceptuales) a través de instrumentos validados, estandarizados y normados para la población infantil que se evaluará. 

  4. Se integra toda la información y se procede a construir una impresión diagnóstica, que debe considerar la historia del desarrollo, los factores que pudieron comprometer el sistema nervioso y el funcionamiento actual del niño en sus diversos entornos.

El diagnóstico neuropsicológico no es principalmente nosológico; no se centra en asignar una etiqueta, como TDAH o TEA, aunque puede hacerse cuando existen suficientes datos. 

Su función principal es identificar qué áreas cognitivas funcionan adecuadamente, cuáles requieren fortalecimiento y qué sustratos neuroanatómicos o funcionales podrían explicar las dificultades observadas. 

 

¿Qué hace un neuropsicólogo después del diagnóstico?

Una vez integrada la evaluación e identificadas las áreas que necesitan trabajarse, el neuropsicólogo diseña un plan de intervención, el cual siempre debe adaptarse al contexto real del niño. 

Cuando la escuela solicita la evaluación o se considera necesario, el informe incluye recomendaciones específicas para docentes y personal escolar. La intervención también puede orientarse a la familia o núcleo de convivencia

El trabajo directo con el niño consiste en elaborar un protocolo de ejercicios y tareas dirigidas a fortalecer las áreas comprometidas

Sin embargo, la intervención neuropsicológica tiene límites. Cuando las dificultades incluyen problemas emocionales significativos o una desregulación severa, el neuropsicólogo se apoya con otros profesionales especializados en terapia emocional

Parte de su responsabilidad es explicarle a la familia cuáles son las variables que están manteniendo la problemática, por qué ciertos cambios en el entorno pueden favorecer el desarrollo del niño y qué alternativas podrían implementarse. 

 

Neuropsicóloga sostiene pieza de rompecabezas

¿Cuáles son los beneficios de la intervención?

Recibir atención neuropsicológica brinda, tanto al niño como a sus cuidadores, una explicación clara del origen de los problemas, lo cual suele ser reconfortante, aunque ese entendimiento por sí solo no resuelve la situación. La intervención se orienta a promover cambios reales en su vida cotidiana.

Los beneficios principales incluyen:

  • Mayor comprensión de la situación, lo que favorece decisiones informadas y orienta mejor las acciones futuras.

  • Mejor calidad de vida en los distintos ámbitos del desarrollo (social, emocional, académico e interpersonal).

  • Aprovechamiento de la plasticidad neuronal, lo que significa que el pronóstico es mejor cuando las dificultades se atienden de manera temprana, hay entonces mayor posibilidad de restituir, reorganizar o compensar funciones y los cambios suelen ser más rápidos, profundos y estables.

  • Construcción de habilidades básicas que serán la base de las más complejas. Igual que no se pueden resolver ecuaciones diferenciales sin saber sumar o multiplicar, un niño no puede desarrollar procesos cognitivos complejos si no se consolidan primero las capacidades elementales.

  • Detección oportuna y prevención de dificultades futuras. Identificar las problemáticas a tiempo evita que se acumulen lagunas de aprendizaje o brechas de desarrollo.

El trabajo en neuropsicología orienta y acompaña procesos que impactan directamente la vida real de los niños y de quienes los cuidan. Su intervención ofrece claridad y abre posibilidades de desarrollo que permiten a cada infante desplegar su potencial en los entornos en los que crece. 

Comprender esta labor es reconocer el valor profesional, ético y humano de quienes se dedican a tender puentes entre la neurociencia, la educación y el bienestar infantil. Es también entender por qué la formación especializada en este campo se vuelve imprescindible para responder adecuadamente a los desafíos actuales del desarrollo y del aprendizaje.



¿Por qué especializarte con la Maestría en Neuropsicología y Educación?

La Maestría en Neuropsicología y Educación de la Universidad Panamericana ofrece una preparación sólida para quienes buscan intervenir con fundamento científico y una visión profundamente humana. 

El programa integra conocimientos actualizados sobre los procesos neuropsicológicos del aprendizaje y enseña a diseñar estrategias pedagógicas pertinentes, inclusivas y eficaces. 

Descarga el plan de estudios en el siguiente enlace y descubre cómo generar cambios significativos en las infancias y cómo esta formación puede ampliar tu impacto profesional. 

Maestría en Neuropsicología y Educación  

 

Puede interesarte también:

 

Referencias: 

Déjanos saber lo que pensaste acerca de este post

Pon tu comentario abajo.

También te puede interesar:
Posgrados Pedagogía UP Maestría en Neuropsicología y Educación
Rol y perfil del neuroeducador

La neuroeducación promete un cambio significativo en la enseñanza y el aprendizaje. En cuanto nos ofrece una visión más ...

Posgrados Pedagogía UP Maestria en Dirección de Instituciones Educativas Escuela de Pedagogía y Psicología
La importancia de la administración de instituciones educativas

Las instituciones educativas son complejos sistemas vivos en los que actores (directivos, docentes, alumnos, padres de f...

Posgrados Pedagogía UP Maest. en Gestión de Competencias Socioemocionales
¿Qué son las competencias socioemocionales?: los 20 ejemplos más destacados

Con el avance de las ciencias psicopedagógicas, las competencias socioemocionales han sido objeto de estudio por su radi...