La adolescencia se encuentra llena de desafíos. Parece que existe una cantidad infinita de tareas por hacer y exámenes por estudiar. Adaptarse a grupos de amigas puede resultar complicado. Equilibrar la escuela, los trabajos y las actividades extracurriculares es como caminar sobre una cuerda floja. Y, en ocasiones, la vida personal además del estrés académico conlleva una dificultad ya exasperante.
¡Cualquiera querría tomarse un respiro! Pero el obstáculo número uno que enfrentan las adolescentes durante este momento crucial es aprender a desarrollar una relación saludable con ellas mismas y cuidar su autoestima.
Si no se reconoce la baja autoestima y es adecuadamente abordada, ello puede conducir a problemas de depresión y ansiedad y retener a las adolescentes de cultivar su verdadero potencial. Por lo tanto, como padres, debemos notar las señales de baja autoestima y tomar medidas preventivas para combatirla.
Éstas son las señales y lo que podemos hacer para enfrentarlas:
1. Diálogo interno negativo y autocrítica excesiva.
¿Tu hija adolescente tiende a ser demasiado dura consigo misma? Si es así, aliéntala a sostener un diálogos internos positivos en lugar de negativos. Por ejemplo, si obtuvo una mala calificación en un examen, asegúrale que siempre podrá tomar otros exámenes y hablar con su profesora sobre la calificación con el objetivo de mejorar.
Reprocharse a sí misma por una mala calificación o creer que es incapaz destacar en una materia no hará más que dañarla y hacerle sentir culpa. Las adolescentes deben abordarse a sí con compasión y amabilidad, y centrarse en lo que podrían haber hecho mejor y en las acciones que pueden emprender para cambiar positivamente en lugar de sólo pensar en los aspectos negativos.
2. Falta de motivación o interés en las actividades
La razón principal por la que cualquier adolescente suele carecer de motivación o interés en actividades es que no se siente suficientemente buena como para participar en ellas, por lo que evita intentarlo por completo. Recuérdale a tu hija, si esto le sucede, que uno no lo hace para volverse perfecto, sino para sentirse satisfecho, realizado y emocionado por el simple hecho de participar.
3. Miedo al fracaso, a cometer errores y a sufrir vergüenza
Tu hija adolescente es un ser humano como todas los demás, y siempre deberá recordarlo. Cometer errores, fallar y avergonzarse son partes ineludibles de la vida, no pueden evitarse sin importar cuánto lo intente tu hija adolescente.
Ayúdala a cultivar una perspectiva saludable acerca del fracaso, de los defectos y de los momentos no tan excelentes de la vida, en lugar de provocar o intensificar sus miedos. Lo que más requieren las adolescentes para superar sus miedos es una actitud de aceptación y comprensión de modo que puedan desarrollar resiliencia emocional.
4. Dificultad para hacer amigas y desenvolverse en situaciones sociales
Cualquier adulto puede recordar sus días preparatorianos y la sensación de querer encajar con la multitud o un grupo de amigos: ¡nuestras adolescentes aún lo experimentan hoy! Cada adolescente todavía está explorando y descubriendo su propia identidad.
Alienta a tu hija a ejercitar sus intereses y a no concentrarse en tratar de agradarles a todos o a ciertas personas. En cambio, deben elegir interactuar con personas que compartan sus intereses, se preocupen por su bienestar y quieran ser amigas por las razones correctas.
5. Se aíslan de sus seres queridos
Las adolescentes siempre querrán mantener su propio espacio, pero ello no debería suceder hasta el punto de excluir a todos de su vida. Del modo más sutil posible busca convencer a tu hija para que hable contigo y pueda compartirte por qué ha sentido la necesidad de aislarse de los demás. Bríndale toda tu atención y no te precipites a hacer conclusiones.
La baja autoestima puede prevenirse y mejorar siempre que los padres reconozcan las señales y tomen medidas. Lo que más desean las adolescentes es validación, y como padres, podemos dárselas al motivarlas y elogiarlas, así como al recordarles que siempre serán suficientemente buenas. Pero también debemos hacerles ver que la opinión más importante en sus vidas es la que ellas tengan de sí mismas.