Se exhorta cada vez más a los investigadores -que se han especializado en áreas relacionadas- a asegurar que su trabajo tenga un impacto en las políticas públicas. Sin embargo, muchos supuestos incluidos en los marcos que se les pide considerar a menudo no reflejan la evidencia y las teorías disponibles.
Nociones como "impacto", "participación" e "intercambio de conocimientos" se basan típicamente en modelos lineales y simplistas del proceso de políticas, de acuerdo con los cuales los responsables de formular políticas están dispuestos a "utilizar" la experiencia para producir políticas más "eficaces".
Tales relatos pasan por alto el cuerpo de literatura en ciencia política, estudios de políticas y sociología del conocimiento, que ofrece relatos más complejos y matizados.
Contenido relacionado: El impacto de las ciencias sociales en las políticas públicas
En este artículo presentamos cuatro enfoques distintos que teorizan la relación entre el conocimiento y las políticas públicas, e incentivan y cuantifican el impacto de la investigación en diferentes sentidos.
- El conocimiento da forma a las políticas
El primer enfoque se centra en cómo la investigación puede utilizarse de forma "instrumental" para ajustar las políticas. En este sentido, los responsables de la formulación de políticas se conducen con base en la investigación y la “evidencia” para diseñar políticas más efectivas.
Este modelo se basa en uno bastante simplista del proceso de políticas, según el cual los responsables de la formulación de políticas buscan la evidencia más plausible para ajustar las políticas de un modo que mejore sus resultados.
Pero versiones más sofisticadas en torno a la formulación de políticas han cuestionado durante mucho tiempo esta explicación lineal y racionalista.
Una versión más matizada de la explicación instrumentalista se puede encontrar en la noción de la función conceptual o de "ilustración" del conocimiento.
El argumento propuesto es que la investigación puede influir en la política, pero más típicamente en forma de ajustes de ideas, a través de procesos incrementales, que tienen su origen en un cuerpo difuso de investigación más que en hallazgos individuales.
¿Qué implicaciones tendría esta explicación en los esfuerzos por incentivar, medir y recompensar el impacto de la investigación? La noción de la investigación como "ilustración" desafía la noción de que los investigadores o las instituciones deben ser recompensados por sus atribuciones sobre el impacto de hallazgos particulares.
En cambio, los marcos de impacto deben estar orientados a fomentar la colaboración y las agendas compartidas de investigación. Y deben contemplar que la investigación generalmente tiene un impacto incremental a más largo plazo, a menudo al definir el encuadre de la problemática en las políticas.
- La política da forma al conocimiento
El segundo conjunto de teorías se centra en cómo la política y las políticas dan forma a la producción y el uso del conocimiento. Estos relatos implican la necesidad de asumir una posición mucho más escéptica respecto a la agenda de impacto: de hecho, sería ingenuo suponer que los investigadores pueden influir en el poder.
El resultado apuntaría a que los investigadores no deben ser recompensados por su supuesto impacto, dado que se sugiere que los actores políticos emplean la investigación de acuerdo con intereses políticos, más que para mejorar la calidad o efectividad de las políticas.
Por lo tanto, desde esta perspectiva, la idea fundamental de promover el “impacto” de la investigación debe ser soslayada, pues la aprobación de proyectos de investigación dependería de las agendas políticas, más que de la utilidad social de la investigación.
Esta postura también recalca el riesgo de que incentivar el impacto puede conllevar la politización de la investigación, ya que los investigadores podrían reorientar su investigación de una manera que se acomodara a las agendas políticas existentes.
- Coproducción
El tercer conjunto de teorías se basa en la noción de coproducción. De modo similar al segundo enfoque, estos relatos consideran que el conocimiento es significativamente moldeado por la política.
Pero la noción de coproducción describe no sólo la constitución social y política de la ciencia, también atiende la otra dirección de influencia: cómo es que la gobernanza se constituye por el conocimiento científico en sí.
Entonces, en lugar de limitar su atención al papel de la política en el conocimiento, esta noción postula que el conocimiento producido por expertos tiene peso sobre la construcción de la realidad política.
Los relatos de coproducción implican la necesidad de una metodología etnográfica mucho más sofisticada para examinar cómo la investigación y la gobernanza son recíprocas. También trasluce que las ciencias sociales no deben entenderse como única "solución" a los problemas sociales.
Debido a sus diversas innovaciones científicas y técnicas, la ciencia no sólo resuelve los problemas de gobernanza, sino que también origina nuevos. Esto dejaría ver que los efectos de la investigación en las políticas no siempre son benignos o útiles.
Dichos relatos proponen una forma radicalmente diferente de pensar acerca del impacto de la investigación y sugieren que los enfoques para incentivar y recompensar el impacto deberían enfatizar más la conveniencia de tal impacto, si fuera indispensable caso por caso.
- Esferas autónomas
El cuarto enfoque, por el contrario, postula que la ciencia y la política son sistemas autónomos, cada uno guiado por una lógica distinta. La ciencia se preocupa por cuestiones de verdad y verificabilidad, mientras que la política por el poder y las decisiones que vinculan a la colectividad.
Cada sistema depende del otro de manera importante; por ejemplo, la ciencia depende de los recursos del sistema político. Pero no existe una causalidad global entre ambos: la ciencia no puede "provocar" cambios en la política. En cambio, la política necesita observar y dar significado a la ciencia desde su propio ámbito.
Desde esta óptica, la agenda de impacto debe ser manejada con cautela por parte de los investigadores. Al igual que con la segunda propuesta, los teóricos de sistemas argumentarían que la política sólo aprovecha de forma selectiva los resultados, en la medida en que son útiles para el sistema político.
Quizás existe todavía un mayor peligro en que la agenda de impacto tendría la capacidad de desviar a la ciencia de su tarea central: exponer afirmaciones de verdad.
Contenido relacionado: La importancia de la investigación en temas políticos
Los modelos que fomentan el compromiso con los beneficiarios del conocimiento deben enfocarse no únicamente en las complejas vías del impacto de la investigación, sino también en las implicaciones éticas -y muy reales- de su influencia.
La agenda de impacto no sólo puede afectar las prácticas de las ciencias sociales, como se reconoce ampliamente en la literatura relacionada, sino que éstas también pueden instigar nuevos problemas de política.
En la Maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la UP obtendrás el conocimiento necesario para desempeñarte con excelencia ya sea como un agente político responsable de diseñar políticas o como investigador en esta área. Descarga nuestro plan de estudio, aquí:
También podría interesarte:
Déjanos saber lo que pensaste acerca de este post
Pon tu comentario abajo.