Cuando pensamos en maestros sabios, inmediatamente nuestra imaginación vuela a los ejemplos de las películas o las series con las que crecimos. Por ejemplo: el profesor Dumbledore en el universo de Harry Potter, el mago Gandalf del Señor de los anillos y el gran maestro Yoda de la orden de los jedi, en el de Star Wars.
Sin duda Yoda es un gran maestro. A pesar de su apariencia y de su pequeña estatura, Yoda nos embelesa con su manera de educar, por su tacto, paciencia, fortaleza y congruencia de vida.
¿Por qué Yoda es un buen maestro? Todos queremos un maestro como él, puesto que Yoda es un pedagogo ejemplar. ¿Podríamos nosotros, eventualmente, convertirnos en un maestro como él? Un acercamiento a la figura de Yoda nos da los puntos clave de su éxito educativo.
Empatía
Yoda sabe ponerse en el lugar de sus alumnos. Es capaz de sentir lo que ellos sienten y de identificar sus emociones. También sabe corresponder a las dudas y los pensamientos de sus discípulos. Sin la empatía, un pedagogo no llegará lejos, pues necesita conocer y experimentar el contexto de su alumno, a fin de hacer óptimo el proceso de aprendizaje.
Podemos recordar el pasaje del Episodio III en el que Yoda escucha con atención las inquietudes del joven Anakin acerca del futuro. En ese momento Yoda se pone en el lugar de su alumno, y eso le ayuda a darle un buen consejo. Así como Yoda, el pedagogo parte del mismo nivel que el alumno para suscitar en él la mejoría.
Apertura al cambio
Por sus 800 años parecería que Yoda es muy tradicional y que es rígido en sus enseñanzas. Sin embargo, Yoda siempre está vigilante de su entorno y de la naturaleza individual de sus alumnos. Sabe que educar es suscitar la mejoría, y si la mejoría es cambio, entonces educar es suscitar el cambio.
El pedagogo que se opone al cambio simplemente se opone al proceso de la excelencia. Así, como Yoda, el pedagogo bueno es un creador del desarrollo personal y cognitivo de sus discípulos.
En el pasaje del pantano de Dagobah en el Episodio V Yoda dice algo interesante a Luke: “Debes de desaprender lo que has aprendido”. Esto se transforma en un: “No seas rígido, no pienses sólo de un modo”. La verdadera educación tiene la fluidez de la vida, y tiene unos fundamentos fuertes que permiten tal flexibilidad.
Es un educador reflexivo
Yoda entiende que si bien es importante la enseñanza misma, lo más importante es que sus padawan aprendan. Ejemplos sobran, frases como “el mejor maestro el fracaso es”, o “no, no es diferente, solo es diferente en tu mente”. Esto nos hace ver que un verdadero pedagogo tiene muy claro que no basta pensar sino enseñar a pensar.
Yoda da una cátedra en ese sentido y nos recuerda que para realmente educar hay que tener claro que, para ser un apasionado de la enseñanza, primero hay que ser un enamorado del aprendizaje.
Forma en la responsabilidad libre
La vida de un jedi implica restricciones, pero ver esto solamente desde un enfoque
prohibitivo reflejaría un reduccionismo que implicaría hacer las cosas solo por obligación y ello sin duda sería insuficiente si pretendemos educar en una responsabilidad libre.
Hay que tener claro que para formar no basta decir no, hay que decir sí a lo que vale la pena. Yoda educa en la certeza del convencimiento de asumir la responsabilidad en cada decisión; por ejemplo cuando le dice a Anakin: “Ser Jedi es enfrentar la verdad, y elegir. Ser de la luz, o la oscuridad, padawan. Sé una vela, o la noche.”
Forma el carácter y la personalidad
El universo de Star Wars es justamente eso, una extensa gama de planetas, de formas de vida y de seres que son “sensibles a la fuerza”. Lo mismo podría decirse sobre las diferentes personalidades que de acuerdo con sus naturales diferencias por el hecho de ser personas son “sensibles a la educación”.
Yoda sabe y conoce a sus padawans, no solo aplica enseñanzas generales, sino se da tiempo y la oportunidad de conocerlos. Los miedos, los errores, los fracasos, los aciertos y las virtudes son una forma de identificar quién es el otro e identificar cómo le puedo ayudar mejor entendiendo qué es lo que realmente necesita el otro.
Yoda fue maestro por más de 800 años; desde el más joven padawan hasta los miembros del consejo respetaban su figura y valoraban sus enseñanzas, Yoda tenía esa autoridad académica y moral al que todo pedagogo debe aspirar porque sabe formar a cada uno de sus alumnos.
A manera de conclusión, en Yoda tenemos un personaje de la ciencia ficción al que podemos asociar con un hecho tan real, necesario y posible como lo es la tarea educativa.
Yoda es un modelo de pedagogo porque integra la dimensión ética, la dimensión afectiva a manera de motivación y la dimensión intelectual a manera de conocimientos en su quehacer educativo: no pierde de vista la trascendencia en cada uno de sus actos.
Tanto para un jedi, como para un genuino pedagogo no solo vale el momento, ni la urgencia; vale más la trascendencia, por tanto siempre que haya alguien que educar y que esté dispuesto a educarse habrá “una nueva esperanza”.
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