Toda estrategia corporativa está diseñada para impulsar a las empresas a alcanzar el éxito. Sin embargo, aun la estrategia más eficaz se verá condenada al fracaso si los empleados no logran entender de qué manera su esfuerzo contribuye a conseguir los objetivos previstos.
Para canalizar efectivamente el enfoque de un equipo de trabajo, una estrategia debe traducirse en métricas comprensibles y medibles. La BI o business intelligence es una herramienta de inmensa ayuda para desarrollar cualquier estrategia corporativa, definir las métricas correctas y revisar su estado de forma periódica.
Estos son los elementos clave que deben formar parte de una buena estrategia corporativa de Business Intelligence:
Identificar las ventajas competitivas a través de BI
Si deseas potenciar tus ventajas competitivas por medio de tu estrategia, debes identificarlas en primer lugar. Si bien muchas empresas se guían por intuición, los datos también son cruciales para identificar puntos fuertes.
Así, por ejemplo, al combinar los resultados de la investigación de mercados con datos históricos uno puede descubrir tendencias y oportunidades, lo cual sirve para generar ideas sobre nuevos productos o reconocer el valor de un mercado específico. Toda la estrategia puede ajustarse mejor en consecuencia.
Traducir la estrategia en objetivos cuantificables
Una vez que cuentes con una estrategia, el próximo desafío es seleccionar las métricas correctas para medir el progreso y desglosarlas en departamentos o empleados individuales.
Identificar las métricas adecuadas te ayudará a establecer qué es lo que se centrará en analizar tu sistema de Business Intelligence.
Es importante que cada empleado pueda ver cómo contribuirá al logro de las metas en cuestión, para lo cual deben definirse los valores objetivo de los KPIs, o indicadores clave de rendimiento.
Dichos valores objetivo deben ser desafiantes, pero también alcanzables, de modo que los empleados no se sientan desmotivados ante objetivos poco realistas o, por el contrario, poco exigentes. Para fijar valores óptimos pueden utilizarse el análisis de datos históricos y las previsiones de datos de las herramientas de BI.
Encontrar los indicadores adecuados
Existen cifras clave absolutas, como las ganancias, la facturación o las pérdidas. O cifras clave relativas que relacionan dos valores entre sí, tal y como la productividad, donde se contrasta el resultado de un proceso con el esfuerzo realizado.
Además, también hay indicadores cualitativos que a menudo se utilizan en relación con objetivos de sostenibilidad. Sin embargo, no todos los indicadores tienen sentido y son útiles dentro de cualquier estrategia.
El término KPI (Key Performance Indicator, en inglés) o indicador clave de rendimiento es usado para describir las principales cifras clave a rastrear: pueden considerarse como cifras clave todas las cifras relevantes en relación con el rendimiento de una empresa.
Idealmente, sin embargo, unos pocos KPI son suficientes para visualizar todos los procesos empresariales significativos.
Estos KPI se eligen según la estrategia corporativa vigente. Para elegirlos, los siguientes puntos son importantes:
- ¿Puede evaluarse el indicador como positivo o negativo para cierto objetivo?
- ¿Corresponde a la estrategia corporativa? Para saberlo pueden responderse estas preguntas: ¿qué resultado se espera?, ¿por qué es relevante en el contexto de la estrategia corporativa?, ¿cómo se mide el progreso?, ¿cómo puede influir en los resultados?, ¿cómo se determina si se ha alcanzado la meta?
- ¿Qué tan objetivos son los datos? Si un KPI se calcula a partir de datos incompletos o incorrectos, el resultado también será incorrecto.
- ¿El KPI es claro y comprensible? Todos los que usan los KPI deben entender exactamente cómo se han calculado y qué significan. Esto evitará cualquier tipo de ambigüedad.
- ¿Cómo puede mejorarse? Para que todos los empleados sepan cómo contribuir al éxito de la empresa, no sólo deben conocer las cifras clave, sino también qué pueden hacer para influir en ellas de manera positiva.
- ¿Qué se hará si los valores no se obtienen como se ha planeado?
Supervisar el progreso de los indicadores clave
En cuanto hayas establecido las métricas y los objetivos ideales, distribúyelos en departamentos o empleados individuales. Piensa detenidamente cómo cada uno de ellos puede contribuir a cumplir los objetivos.
Por ejemplo, si un objetivo es maximizar las ganancias, el área de producción puede ayudar aumentando la productividad o rediseñando los procesos de producción con el fin de reducir los costos de fabricación.
El departamento de compras, por otro lado, puede cooperar encontrando proveedores más baratos para las materias primas y así aumentar las ganancias, mientras que el de ventas puede aumentar la tasa de cierre.
Aquí, también, la Business Intelligence suele proporcionar pistas importantes respecto de las cifras clave más adecuadas, ya que evidencia rápidamente dónde queda por incrementar los márgenes de mejora.
Para monitorear de forma constante el progreso de los logros y verificar cuánto ha avanzado tu empresa en la implementación de la estrategia, los informes y tableros adaptados a las respectivas metas te servirán de guía para revisar periódicamente el progreso individual de cada departamento.
Conclusión
Para garantizar que todos los empleados de tu empresa trabajen alineados, es elemental que tengas una buena estrategia corporativa. Por medio de los KPI apropiados y distribuidos de manera individual, respaldarás el logro de los objetivos y podrás verificar el progreso en paneles personalizados siempre que necesites hacerlo.
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