En el ámbito educativo, es común utilizar los términos "dificultades de aprendizaje" y "trastornos de aprendizaje" de manera intercambiable. Sin embargo, es importante identificar que cada uno tiene connotaciones y características distintas.
Es fundamental conocer las especificaciones que caracterizan a ambas condiciones para poder abordarlas de manera eficiente y dar una atención precisa a los estudiantes.
La confusión puede surgir debido a las similitudes en los síntomas y los desafíos que enfrentan los individuos que presentan estas condiciones, como bajo rendimiento académico, frustración y baja motivación escolar.
A continuación, te explicamos las diferencias entre las dificultades y los trastornos de aprendizaje:
Dificultades de aprendizaje
Se refieren a las situaciones que un alumno puede experimentar en ciertas áreas de conocimiento o respecto a destrezas académicas que obstaculizan un desarrollo óptimo, ya sea en la lectura, la escritura, las matemáticas u otras habilidades de corte académico.
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Causas
Dichas dificultades pueden ser el resultado de diversos factores que no son de corte neurológico, como la falta de habilidades básicas, de motivación, de práctica o la inadecuada metodología de enseñanza.
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Diagnóstico
Se realiza a través de una evaluación integral del alumno, que incluye la revisión de su historial académico, el análisis de su rendimiento en pruebas y exámenes, y la observación en el aula.
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Riesgos
De no atenderse, generan lagunas de aprendizaje, estancamiento en algunas áreas del conocimiento y limitan su óptimo desarrollo académico.
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Soluciones
Afortunadamente, para estos casos el problema es temporal y superable con el apoyo adecuado o estrategias pedagógicas eficaces.
Trastornos de aprendizaje
Los trastornos son condiciones concretamente neurológicas que afectan la forma en que el cerebro procesa, almacena o recupera la información.
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Causas
Son complejas y pueden involucrar diversos factores, ya sean genéticos, como la predisposición hereditaria, o ambientales, como la exposición a toxinas durante el desarrollo fetal o la falta de estimulación cognitiva temprana.
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Diagnóstico
Se lleva a cabo una evaluación neuropsicológica y se analiza la historia clínica y familiar.
Se realizan pruebas académicas y psicológicas para identificar patrones consistentes y persistentes de dificultades en el aprendizaje, relacionados con diferencias en el funcionamiento cerebral.
Observar el comportamiento del niño o la niña también es importante para detectar posibles obstáculos sociales, emocionales y de comportamiento relacionados con el trastorno de aprendizaje.
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Riesgos
Son de naturaleza persistente y suelen tener un impacto significativo en el rendimiento escolar que se traduce en una alta probabilidad de deserción escolar, lo que, a su vez, puede afectar negativamente el desenvolvimiento socioemocional del estudiante.
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Soluciones
Los profesionales de la educación y la salud deben trabajar en equipo con los padres y cuidadores para desarrollar planes de intervención que incluyan terapias especializadas, tutorías, modificaciones en el aula y adaptaciones curriculares.
Un ambiente de apoyo y comprensión en el hogar y la escuela es fundamental para que los niños con trastornos de aprendizaje desarrollen confianza en sí mismos y alcancen su máximo potencial académico y personal.
Si bien con los trastornos de aprendizaje se requiere un abordaje más avanzado y complejo, en ambos casos es necesario darles su debida importancia y buscar soluciones en favor del mejor desarrollo posible de cada estudiante.
Para hacerlo de manera efectiva, es esencial contar con una preparación cualificada en psicología y pedagogía, y tener en cuenta las necesidades individuales de cada persona.
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