La lectura es una competencia básica que influye determinantemente en el aprendizaje y desempeño escolar de los infantes, niños y adolescentes. Sin embargo, existen diferentes trastornos del neurodesarrollo que con frecuencia afectan dicha habilidad.
El principal de ellos es la dislexia, la cual se manifiesta desde una edad temprana y de no atenderse de manera correcta prevalece en la adultez.
Es difícil medir su incidencia y suele confundirse con otras condiciones que pueden o no tener un alto grado de comorbilidad, como TDAH, disgrafia, discalculia, problemas de visión, bajo coeficiente intelectual, entre otros.
En este artículo, explicamos qué es la dislexia, cuáles son sus tipos y los tratamientos para compartir información que contribuya a superar esta barrera y mejorar el proceso educativo de los jóvenes estudiantes.
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¿Qué es?
Es importante señalar que no existe una definición conceptual universalmente válida de la dislexia, aunque hay puntos en común por parte de los expertos en el campo de las neurociencias. La Asociación Internacional de la Dislexia (IDA) comparte la siguiente definición:
“Es una discapacidad específica del aprendizaje de origen neurobiológico. Se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluido de palabras, así como por habilidades deficientes en la ortografía y la decodificación.”
También menciona que algunas de sus consecuencias son la disminución de la comprensión lectora, por lo tanto, afecta la adquisición de vocabulario y de conocimiento en general.
Signos de atención
A continuación, enlistamos las principales señales que alertan ante un posible caso de dislexia:
- No se reconocen los patrones de rimas.
- Cuesta recordar los nombres de las letras del alfabeto.
- Se pronuncian mal palabras conocidas o se habla persistentemente como bebé.
- Antecedentes familiares con dificultades de lectura y/o ortografía.
- Errores de lectura que no muestran conexión con los sonidos de las letras en la página o en los que no se asocian letras con sonidos, como la letra b con el sonido “be”.
- Se queja de lo difícil que es leer y se evita.
- Al buscar un concepto específico se usa un lenguaje vago, como "cosa", sin nombrar el nombre del objeto referenciado.
- Se hacen pausas, se duda y/o se usan muchas muletillas al hablar.
- Se confunden términos que suenan igual.
- Mala pronunciación de palabras largas, desconocidas o complicadas.
- Dificultad extrema para aprender lenguas extranjeras.
- Mala ortografía y escritura desordenada.
Cabe aclarar que los niños con dislexia, a menudo, poseen inteligencia y competencias lingüísticas normales o superiores. Además, no es necesario que se presenten todas estas características, ya que cada persona tendrá condiciones únicas, por lo que siempre será indispensable el diagnóstico de un profesional.
Tipos de dislexia
Los resultados obtenidos en las pruebas de detección permiten clasificar diversos tipos de dislexia, dependiendo de las áreas del cerebro afectadas y de las facultades lingüísticas comprometidas. Así se revelan en las personas que la padecen:
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Fonológica
Tienen problemas para relacionar sonidos con letras. Les cuesta trabajo descifrar conceptos nuevos o poco familiares porque no logran descomponerlos en sus sonidos constituyentes. Para ejemplificarlo, al encontrarse con la palabra “cana” entienden “cama”.
Se debe a un déficit en las conexiones neuronales que intervienen en el procesamiento fonológico, principalmente en el giro temporal superior.
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Auditiva
Presentan dificultad para distinguir sonidos similares, incluso cuando son hablados, antes de llegar a relacionarlos con letras. Pueden escuchar “pariente” en vez de “patente”. Esta variante recae en las áreas temporales relacionadas con la discriminación auditiva.
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Superficial
Fallan en identificar los vocablos de manera global y automática (como una unidad), lo que los obliga a intentar descifrarlas sílaba por sílaba o letra por letra, sin mucho éxito, en particular con palabras irregulares. En el caso del término “huevo” podrían entender “ue-vo” y confundirse con su significado.
Es una afectación en las zonas occipitotemporales, conocidas como la vía visual o la "caja de letras" del cerebro, que procesan la forma visual de las palabras.
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Profunda
Muestran errores semánticos al leer, ya que sustituyen palabras con otras relacionadas por su significado (por ejemplo, leer "gato" en lugar de "perro").
Además, tienen limitaciones tanto para reconocer vocablos de forma automática (ruta visual) como para descifrar términos nuevos (ruta fonológica).
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Mixta o combinada
Combinan características de los distintos tipos de dislexia mencionados, lo cual se debe a disfunciones en múltiples regiones cerebrales relacionadas con el procesamiento del lenguaje.
Tratamientos
En general, este trastorno es persistente y no desaparece con el tiempo, aunque puede mitigarse hasta cierto punto si se aplica la intervención pertinente. Aquí los tratamientos sugeridos:
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Terapias fonológicas intensivas:
Se enfocan en mejorar la identificación, segmentación y manipulación de los sonidos del lenguaje. A través de ejercicios como separar palabras en sílabas, clasificar fonemas y relacionar sonidos con grafemas, se busca fortalecer las bases del aprendizaje lector.
También se utilizan actividades guiadas para practicar la lectura con énfasis en la precisión y fluidez.
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Método Orton-Gillingham:
Es un entrenamiento que integra los sentidos visual, auditivo, táctil y cinestésico para reforzar el aprendizaje de la lectoescritura. Por ejemplo, los niños trazan letras con los dedos mientras las pronuncian en voz alta.
Este tipo de intervención busca estimular diferentes áreas del cerebro de manera simultánea para facilitar la memorización y comprensión.
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Uso de tecnología:
Los programas de lectura asistida combinan texto y sonido, lo que permite leer y escuchar de forma simultánea.
Asimismo, los juegos educativos ayudan a desarrollar habilidades fonológicas, mientras que aplicaciones diseñadas específicamente para la dislexia proporcionan ejercicios personalizados. En especial, estas herramientas son útiles para complementar las estrategias tradicionales.
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Terapia cognitivo-conductual:
Como suele afectar la autoestima y generar ansiedad, es necesario complementar el tratamiento con terapias que muestran efectividad para la gestión emocional y en la conformación de estrategias de resiliencia, por lo que se recomienda dicho enfoque terapéutico.
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Musicoterapia:
Utiliza el ritmo y los patrones musicales para fortalecer las capacidades auditivas y motoras relacionadas con el lenguaje. Cantar, escuchar música y realizar actividades rítmicas mejora la capacidad para percibir y procesar sonidos.
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Estimulación cerebral no invasiva:
En algunos casos, técnicas como la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS) o la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) pueden usarse para reforzar áreas del cerebro involucradas en la lectura.
No todos los casos de dislexia son iguales, por lo que las evaluaciones individuales permiten diseñar programas adaptados.
La identificación temprana es clave para un manejo eficaz de dichas condiciones y concretar avances progresivos. Esto ayuda a evitar lagunas del aprendizaje y la creencia errónea de que los estudiantes no son aptos para el estudio.
De acuerdo con un estudio publicado por la American Psychological Association (APA), los niños que suelen recibir una detección y tratamiento en los primeros años de la escuela elemental tienen mayores avances que los que obtienen esta ayuda en años posteriores.
Por lo tanto, es crucial que educadores y profesionales de la salud reconozcan estos signos y apliquen intervenciones adecuadas para apoyar a los niños con dislexia rápida y eficientemente.
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Referencias:
- International Dyslexia Association (S.F.). Definition of Dyslexia. Disponible en dyslexiaida.org/definition-of-a-dyslexia/
- Lovett, M. W., Frijters, J. C., Wolf, M., Steinbach, K. A., Sevcik, R. A., & Morris, R. D. (2017). Early intervention for children at risk for reading disabilities: The impact of grade at intervention and individual differences on intervention outcomes. Journal of Educational Psychology, 109(7), 889–914. https://doi.org/10.1037/edu0000181
- Zuppardo, L., Rodríguez F. A., Pirrone, C., Serrano F. (2020). Las repercusiones de la Dislexia en la Autoestima, en el Comportamiento Socioemocional y en la Ansiedad en Escolares. Psicología educativa, 26(2), 175-183. https://doi.org/10.5093/psed2020a4
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