La adolescencia se encuentra llena de desafíos. Parece que existe una cantidad infinita de tareas por hacer y exámenes por estudiar. Adaptarse a grupos de amigas puede resultar complicado. Equilibrar la escuela, los trabajos y las actividades extracurriculares es como caminar sobre una cuerda floja. Y, en ocasiones, la vida personal además del estrés académico conlleva una dificultad ya exasperante.
Es normal que cualquier padre trate de averiguar un tanto sobre la vida privada de sus hijas. Pero esto parece ser molesto para las adolescentes, pues a partir de la adolescencia las personas comienzan a valorar la privacidad. Además, las hijas en esta edad creen que los padres sólo pretenden espiarlas con el fin de corregirlas o reprenderlas. Así que puede ser difícil que una hija adolescente se abra contigo.