La corrupción en América Latina es uno de los mayores obstáculos para la estabilidad y el crecimiento de su economía. Muchos casos de corrupción no llegan a documentarse, lo cual dificulta la existencia de datos para la investigación.
Sin embargo, de acuerdo con los casos que sí se descubren más las estimaciones sugeridas, muchos economistas han investigado sus efectos en la economía. Los hallazgos son claros: la corrupción sistemática impide que una economía en desarrollo alcance los objetivos propuestos de crecimiento.
Cabe decir que existen muchos modos y formas de corrupción. Ocurre a gran escala, en los niveles más altos del gobierno, donde las figuras políticas usan su influencia para abusar del poder en beneficio propio.
También se da, por supuesto, en escalas más pequeñas, como aquella que tiene lugar en el ámbito burocrático. En la mayoría de casos, se recurre al soborno, uno de los tipos más significativos de corrupción.
Según Transparencia Internacional, el 53% de los latinoamericanos cree que sus gobiernos no hacen frente a la problemática de la corrupción. Tal desconfianza constituye una pendiente resbaladiza y conduce a efectos adversos en la economía.
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Efectos sobre la sociedad y la economía
En primer lugar, desalienta a los ciudadanos de postularse para cargos públicos y de generar cambios positivos, pues creen que sus esfuerzos serán inútiles. Con esta falta de confianza en los gobiernos, se intensifican los esfuerzos de evasión fiscal.
Las personas también tienen menos probabilidades de iniciar sus propios negocios; los niveles de corrupción tienden a estar altamente correlacionados con la dificultad para hacerlo, así como para procesar importaciones.
Por último, la corrupción perjudica los flujos de inversión extranjera directa, que desempeña un papel importante en el desarrollo económico. Cuando los inversores sienten que sus iniciativas no tendrán éxito, se vuelve mucho menos probable que inviertan en una nación.
Quizás el efecto más evidente y tangible de la corrupción es la desigualdad adquisitiva. Se ha estudiado la relación entre la corrupción y otras variables. Por ejemplo, las tasas de mortalidad infantil son aproximadamente un tercio más altas en los países latinoamericanos con una corrupción elevada.
La educación también se ve afectada, las tasas de abandono de los estudios secundarios en estos países son cinco veces más altas que en aquellos con bajos niveles de corrupción. Esto probablemente se debe a una asignación de recursos ineficiente y a una financiación limitada.
Perspectivas actuales y a futuro
Muchos problemas de corrupción en América Latina han involucrado a personajes extranjeros. En el caso de los Papeles de Panamá, por ejemplo, se revelaron casi 12 millones de documentos clasificados con información de cuentas y activos ilegales.
Brasil, México, Colombia, Venezuela y Perú también enfrentan serios problemas de corrupción.
Si bien se han documentado muchos casos de corrupción en los últimos años, el hecho de que hayan sido descubiertos y los culpables hayan enfrentado la justicia es una esperanza para los esfuerzos por combatir este fenómeno en la región.
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La corrupción es un problema en todos los países del mundo. Sus efectos pueden ser minúsculos o monumentales. Los medios necesarios para combatir estos problemas son políticas contundentes que permitan denunciarlos sin temor a represalia alguna y una labor expedita del sistema judicial en torno a los mismos.
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