Tomar la iniciativa, saber cómo prever ciertos aspectos del futuro y hacer planes a corto y largo plazo: todas estas son habilidades de suma importancia para los adolescentes, que año tras año se aproximan más a la vida independiente y adulta.
Las estrategias de planificación personal, que abarcan las habilidades mencionadas, se orientan a establecer objetivos en distintas áreas de la vida y delinear los pasos necesarios para alcanzarlos.
Este tipo de planificación puede ayudar a los jóvenes a avanzar según las metas que se hayan planteado en cuanto les permiten examinar mejor sus objetivos, establecer cronogramas para completarlos y aprender qué los motiva a cumplir con ellos.
¿Qué es la planificación personal?
La planificación personal implica pensar en el futuro, decidir lo que se quiere lograr y considerar los pasos que uno puede seguir para alcanzar sus metas. Establecer metas es una parte determinante de la planificación personal.
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Al comenzar a elaborar un plan personal, es conveniente despejar un momento para la autorreflexión. Examina primero cuáles son tus fortalezas y tus debilidades. Quizás debas anotarlas para poder consultarlas más tarde.
Después de la etapa de autorreflexión, el siguiente paso consiste en empezar a desarrollar metas con el método SMART. El acrónimo en inglés es un marco de cinco partes para fijar objetivos específicos (specific), medibles (measurable), alcanzables (achievable), relevantes (relevant) y con límite de tiempo (time-bound).
Por ejemplo, si deseas obtener calificaciones más altas el próximo semestre, asegúrate de fijar objetivos que te impulsen a prepararte para obtenerlas y eventualmente conseguirlo. También puedes actualizar tu plan personal a medida que pasa el tiempo.
Una vez que hayas completado una meta, puedes actualizar la totalidad de tu plan y establecer una nueva meta (o varias) para ti mismo, lo que te servirá para nutrir tu motivación.
Estas son siete estrategias que te ayudarán a llevar una planificación personal satisfactoria como adolescente:
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Identifica tus objetivos
Al pensar en tus objetivos de planificación personal, haz lo posible por definirlos con la mayor claridad posible. Será favorable que identifiques una meta general más grande y algunas metas más pequeñas que te sirvan para llegar a esa meta más grande.
Dividir el plan en una serie de objetivos más pequeños y manejables puede aumentar tus posibilidades de conseguir cada uno de ellos. Especificar así los objetivos puede delimitar tu enfoque y traducirse en un plan más realista y alcanzable.
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Mantén expectativas realistas
Dado que la mayoría de los planes requieren tiempo y esfuerzo para rendir frutos, es esencial asegurar que los objetivos sean realistas. A su vez, las expectativas realistas contribuyen a preservar el impulso inicial y la motivación.
Para continuar encaminado tal vez debas evaluar periódicamente si los objetivos que te has fijado son realistas. También mantente abierto a recibir comentarios de otros para discernir si tus expectativas sobre lo que eres capaz de lograr son razonables.
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Define un cronograma razonable
Al desarrollar un plan personal, haz uso de un cronograma en un calendario (o app) para completar tu plan. Con esto podrás prevenir la procrastinación y te sentirás alentado a seguir trabajando en tus objetivos. Tener una fecha de finalización específica también te animará a ceñirte a los pasos de tu plan y mantenerte al día.
Al igual que con las metas, es importante contar con una línea de tiempo realista. Por ejemplo, quizás no logres subir tu promedio dentro de un mes, pero sí que puedes subirlo en seis meses.
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Da prioridad a tu plan
Hacer de tu plan de desarrollo personal una prioridad es un componente crucial para el éxito en lo que te propongas. Reserva tiempo cada día para trabajar hacia tu meta o uno de tus objetivos. Esto fomentará tu progreso y te afirmará en tu trayectoria de crecimiento personal.
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Detecta obstáculos y oportunidades
Cuando crees tu plan de desarrollo personal, te será útil observar tanto los posibles obstáculos a enfrentar como las oportunidades que puedes aprovechar y te acerquen a tus objetivos.
Trata de pensar en formas en que podrías superar posibles obstáculos en caso de que surjan. Si conoces oportunidades que pueden ayudarte a completar tus metas, incorpóralas al plan desde el principio.
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Utiliza un sistema de apoyo
Los sistemas de apoyo son recursos excepcionales para poner en marcha un plan personal. Un sistema de apoyo puede incluir uno o varios socios responsables: una o más personas con las que te comuniques para ver si estás progresando; con frecuencia son compañeros con objetivos en común o personas de confianza.
Apoyarnos en alguien que verifique el progreso en nuestro plan suele aumentar nuestra motivación, incrementar nuestras posibilidades de éxito y reducir las de que abandonemos nuestros proyectos.
Un sistema de apoyo también te proporcionará información útil y comentarios sobre tus avances. Acceder a una perspectiva diferente te revelará nuevos desafíos y darte más razones para seguir adelante.
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Mide tu progreso
Al configurar tu programa de planificación personal, tendrás que cerciorarte de que puedas medir tus objetivos y comparar los resultados. Esto es relevante por varios motivos.
Ante todo, te permitirá saber si te conviene realizar algún cambio en el plan. Si no estás progresando tanto como te gustaría, tal vez sea hora de que modifiques tu enfoque.
Ser capaz de medir nuestro progreso también es una excelente manera de mantenernos motivados. Cualquier medida tangible del progreso nos demuestra que nuestro arduo trabajo ha generado, o no, resultados positivos.
Parte clave de la educación en la Preparatoria Panamericana consiste en ayudar a los estudiantes a desarrollar buenos hábitos de estudio y habilidades para la vida como la planificación personal.
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