8 técnicas para mejorar la memoria en la adolescencia

Aunque una pueda tomarse el tiempo suficiente para estudiar, a algunos de nosotras nos resulta más difícil recordar material justo antes de un examen. En este artículo presentamos 8 técnicas simples y efectivas para que las adolescentes puedan mejorar su memoria:

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De acuerdo con los expertos, cuanto más profundamente procesemos la información, más fácil nos será recordarla. Por ejemplo, escribir notas a mano en lugar de teclearlas puede llevar más tiempo. Pero esto permite que nuestro cerebro retenga mejor la información.

Al tomar apuntes, no anotes palabra por palabra lo que diga la maestra; en cambio, escríbelo en tus propias palabras. Cuando reescribimos información y la adaptamos a un contexto personal, adquirimos una comprensión más profunda de lo aprendido y podemos recordarlo más eficazmente después.

Si bien muchas de nosotras estamos acostumbradas a rachas intensivas de estudio, abandona ese mal hábito y, en cambio, planifica sesiones a diario que te permitan estudiar y ponerte a prueba.

La rutina de estudiar primero e identificar luego las fallas en tu memoria -con el fin de reforzarla- te servirá para retener información y asegurarte de recordarla cuando ello sea indispensable.

Una forma eficiente de comprender una variedad de temas consiste en elaborar mapas mentales, lo cual te permitirá consolidar activamente tu conocimiento del tema en cuestión e involucrarte con él de una manera creativa.

Los mapas mentales son útiles para observar y comprender la conexión entre cada rama de información de cualquier tema. Cuando hacemos lluvias de ideas, los mapas mentales pueden nos ayudan a ordenar nuestros pensamientos y desarrollar nuevas ideas en el proceso.

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Existen muchas técnicas de asociación que pueden emplearse para retener información. Al hacer asociaciones personales (relacionar nueva información con objetos físicos o mentales que ya conocemos), por ejemplo, no aumentamos la cantidad de aprendizaje a retener, pues lo asociamos con conocimiento existente.

Lo mismo ocurre con los números (puedes relacionar ciertos números con fechas importantes para ti), y otros temas: al establecer asociaciones con nombres o cosas familiares nos cuesta menos trabajo recordar nueva información.

Además de tomar apuntes y hacer notas, también puedes intentar leerlos en voz alta. Los estudios han demostrado que cuanto pronunciamos en voz alta (aunque sólo musitemos) podemos recordarlo mejor después.

La próxima vez que estés con un grupo de estudio, intenta explicar los temas sin consultar tus notas. Explicar y detallar lo que hemos estudiado nos ayuda a cimentar nuestro conocimiento. Del mismo modo, al explicárselo a tus compañeras también reforzarás el suyo.

Para retener información, tu cerebro debe poder procesarla completamente en su memoria. Lo cual es una razón válida por la cual estar distraída (en tu teléfono, por ejemplo) podría afectar tu proceso de retención. Puede que ya lo sepas, pero al estudiar elimina toda distracción y concéntrate por completo en la tarea o el estudio.

Si bien es difícil descansar cuando estamos presionadas, dormir bien te ayudará a desempeñarte mejor. Además, mientras dormimos nuestro cerebro procesa la información que hemos aprendido y la almacena en la memoria a largo plazo. Así, si duermes bien estarás mejor equipada para recordar cuanto hayas revisado.

Al aplicar todas estas técnicas cuando estudies y realices tus tareas podrás ejercitar eficazmente tu memoria. Incluso, más allá de la escuela, te servirán para fortalecerla, pues la memoria a largo plazo no sólo es útil para nuestro rendimiento académico, sino en la mayor parte de áreas en la vida.

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