15-ago-2020 / 20:24:00
Cualquier actitud siempre conlleva un objetivo. El objetivo de una mala actitud y del mal comportamiento es satisfacer una necesidad aún no satisfecha. A menudo, no será la mejor manera de satisfacerla, pero el impulso de comportarse de cierta manera se ve motivado por una necesidad real o percibida.
Para lidiar con el mal comportamiento de las adolescentes, es importante comprender lo que necesitan. Esto, si es el caso de tu hija, podría ayudarte a identificar qué le falta y provoca en ella una actitud indeseable.
La lista a continuación no pretende ser exhaustiva, pero cubre las necesidades clave de las adolescentes a medida que van madurando.
Responsabilidad
Las adolescentes prosperan cuando se les dan responsabilidades y tienen la capacidad de contribuir de manera significativa.
Uno de los peores errores de los padres consiste en absolver a las hijas de tener que comprometerse a contribuir así. Nadie puede prosperar en este tipo de entorno.
Las jóvenes necesitan contar con un sentido de pertenencia y saber que son importantes. La forma más sencilla de lograr esto es darles responsabilidades dentro de la familia y en el hogar.
La responsabilidad más básica es para con uno mismo. Por lo que resulta indispensable animarlas a asumir la responsabilidad de su propia higiene personal, así como de la organización y gestión de su propio tiempo y su dinero.
Conviene que estas expectativas y responsabilidades vayan aumentando con la edad. Los padres deberán ayudar a sus hijas a asumir tales responsabilidades y ofrecerles capacitación e indicaciones, pero en última instancia, los padres deben cederles la tarea principal.
A las adolescentes también les va mejor cuando se someten a expectativas de contribuir a la vida familiar. Esto puede implicar algo tan simple como llegar a casa a tiempo o avisar a los padres dónde estarán, hasta administrar y cuidar ciertas áreas de la casa.
Asimismo, las acciones tienen consecuencias y es parte de crecer aprender el asumir responsabilidad en torno a nuestras acciones.
Imponer castigos por incumplimientos podrá promover una actitud de responsabilidad, siempre y cuando sean justos. Pero será indispensable que se conozcan con anticipación y se impartan como consecuencia de burlar lo acordado.
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Motivación
No puede convertirse a una adolescente con derechos en una adulta responsable sólo por medio de castigos y consecuencias.
Las adolescentes prosperan cuando otras las reconocen positivamente. Muchas se preocupan demasiado por lo que los demás piensan de ellas, así que un poco de retroalimentación puede ser de gran ayuda.
Sin embargo, las jóvenes suelen ser muy sensibles a la retroalimentación. Un equilibrio entre crítica y afirmación, les hará desarrollar una visión saludable de quiénes son.
Cuando una adolescente se esfuerza por actuar correctamente y hacer un cambio constructivo, esto a menudo supone un gran esfuerzo y un riesgo para ella. La mejor oportunidad que tienen los padres para que su hija continúe esforzándose en este sentido es que se sienta notada y apreciada.
Comprensión de los límites
Las adolescentes necesitan tener una comprensión clara de lo que está bien y lo que no en lo que respecta a comportamiento y relaciones.
Las jóvenes sin límites claramente definidos batallan por desarrollar confianza y un sentido de responsabilidad. Si bien los límites claros pueden causar conflictos ocasionales, en general reducen la fricción entre padres e hijas y sirven para fortalecer el vínculo entre ellos.
Crecer se trata de expandir límites. Cuando las adolescentes tienen que determinar sin ayuda cómo deben expandirse los límites, aumenta su nivel de ansiedad e incertidumbre.
Cuando los padres intervienen y comienzan a imponer límites, ellas se frustran, lo que suele resultar en conflictos y en que quieran proyectar un sentido de derecho. No obstante, todo esto es natural, pues las jóvenes quizás ya han desarrollado un sentido crítico en torno a sus acciones.
Estar consciente de que la vida representa un desafío
Una parte crucial de la preparación para la edad adulta es aprender que la vida puede ser difícil. Como adultos, todos hemos aprendido que la vida está llena de desafíos y decepciones. Parte de aprovecharla al máximo es aprender a superar desafíos y lidiar con las decepciones y los reveses.
Cuando los padres protegen a sus hijas adolescentes de enfrentar desafíos, fracasos o decepciones, no les están haciendo un favor. Así, ellas desarrollan la expectativa de que la vida es relativamente fácil y de que alguien más será responsable de resolver los momentos difíciles.
Además de que a las hijas se les permita experimentar desafíos y fracasos, también se beneficiarán de que los padres las acompañen a través los momentos difíciles y las ayuden a descubrir nuevas formas de sobrellevar una situación y a superarla.
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Sí, resulta idóneo que las adolescentes aprendan a ser independientes, pero aún está en manos de los padres darles una buena guía para que puedan mantener una actitud positiva hacia la vida y convertirse en personas autosuficientes y responsables.
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