Cómo las jóvenes pueden fomentar la amistad verdadera

Las amigas son causa de que nuestra vida sea más significativa. Nos proporcionan apoyo social y emocional, alivian nuestros sentimientos de soledad y nos ayudan a sentirnos más satisfechas en la vida.

Al cultivar conexiones sociales profundas podemos incluso alargar nuestra vida y reducir el riesgo de problemas de salud mental y física, como la depresión y la presión arterial alta. No obstante, algunas amistades podrían perjudicarnos más de lo que nos benefician.

Las malas amistades, en términos generales, nos agotan a nivel mental y emocional y suelen socavarnos en lugar de fortalecernos. Estos consejos pueden ayudarte a reconocer amistades que están actuando en detrimento tuyo más que a tu favor.

¿Cómo reconocer una mala amistad?

En la vida de todos siempre habrá momentos agradables y otros complicados. En los momentos difíciles es común que seamos poco amables con los demás, aunque se trate de seres queridos. Entonces, ¿cómo podemos diferenciar a una mala amistad de una que está pasando por un momento difícil?

• Una buena amiga en un momento complicado podría criticarte o mostrarse distante, pero se disculpará contigo y buscará lo mejor para ti cuando se sienta bien.

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En cambio, una amistad negativa podría incurrir en estos actos (con frecuencia):

• Despreciarte o menospreciarte
• Divulgar chismes sobre ti
• Disculparse sin sinceridad
• Hacerte sentir nerviosa o tensa
• Compararte con otras personas
• Anteponerse a ti en toda ocasión
• Intentar cambiarte porque no acepta tu personalidad (y no porque busca que te superes)

¿Cómo nos afectan las malas amistades?

Las malas amistades pueden tener un impacto considerable en nuestro bienestar general, mas no uno positivo. Pasar tiempo con personas que no se preocupan por nuestras emociones puede afectar nuestra salud tanto emocional como física a largo plazo.

Si notas alguno de los siguientes signos después de convivir con una amiga, quizás debas reevaluar la amistad:

• Te sientes sola y aislada
• Tu estrés o ansiedad aumenta
• No te sientes apoyada
• Tu autoconfianza y tu autoestima se ven afectadas
• Te culpas por su comportamiento
• A menudo te sientes desequilibrada
• Tus demás relaciones significativas se ven perjudicadas

¿Qué puedes hacer a continuación?

Los siguientes consejos pueden ayudarte a tomar una ruta segura y saludable, sin importar el camino por el que hayas decidido optar.

• Considera ponerle fin si los problemas continúan

Si una amistad no te aporta beneficio alguno y las conversaciones con ella no han contribuido a solucionar los problemas principales, puede que sea momento de ponerle fin.

Podemos decirles a otras personas cómo nos afectan sus acciones, pero no siempre podremos estimularlas a mejorar. Tendrán que lograr esto por su cuenta y nuestros esfuerzos serán en balde.

• Tómate un espacio para ti

Si has gastado mucho tiempo deseando que una amiga te trate mejor, puedes tomarte un descanso de ella por un tiempo y ver qué cambia. Este tiempo te ayudará a poner tus sentimientos en orden y a esclarecer tus próximas decisiones. También puedes evaluar cómo te sientes sin esa persona.

• Establece límites

Si quieres mantener una amistad, los límites son clave. Deja en claro que no aceptarás ciertos comportamientos: mentir, chismear, gritar o fallar en planes sin dar explicaciones.

• Ábrete a otras amistades

Probablemente tengas buenas amigas que realmente quieran ofrecerte su apoyo. Comunícate con ellas y explícales la situación para reforzar los vínculos positivos que las mantienen unidas.

• Cuídate

Una vez que le des fin a una amistad, date el tiempo suficiente para concentrarte en ti misma. Es perfectamente razonable que necesites algo de tiempo para curarte.

Procura tu cuidado personal al:

• pasar tiempo con seres queridos
• dormir y descansar bien
• cultivar pasatiempos agradables

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Llena tu vida de aspectos positivos, actividades que te hagan sentir plena y busca apoyo si lo necesitas.

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