El autocuidado es un término amplio que abarca casi cualquier cosa que una pueda hacer para sentirse bien consigo misma.
En pocas palabras, se trata de que seamos tan amables con nosotras mismas como lo seríamos con los demás. En parte, para ello debemos darnos cuenta de cuándo se están agotando nuestros recursos y de cómo podemos reponerlos en lugar de dejar que se agoten.
Esto es más crucial en la adolescencia, pues hasta cierto punto definirá nuestros hábitos posteriores. Aquí hay cinco categorías principales de autocuidado, junto con ejemplos de cómo puedes aplicarlas, los cuales te servirán para considerar qué actividades puedes tomar en cuenta desde tu juventud.
1. Sensorial
El autocuidado sensorial consiste en buscar calmar nuestra mente. Cuando somos capaces de sintonizar con los detalles que nos rodean, nos es más fácil vivir el momento presente. Así, podemos dejar de lado con más efectividad nuestro resentimiento vinculado con el pasado o nuestras ansiedades en torno al futuro.
Este tipo de autocuidado incluye todos los sentidos: tacto, olfato, gusto, oído y vista. La mayoría de las personas responden más a uno que a los demás, así que pregúntate cuál podría ser ese sentido para ti. Los siguientes ejemplos de autocuidado sensorial involucran al menos un sentido:
- Acurrúcate debajo de una manta suave.
- Ve al campo y concéntrate en el olor del aire.
- Observa las llamas de una vela o del fuego.
- Siente el agua en la piel durante un baño o ducha caliente.
- Céntrate en los movimientos de la propia respiración.
- Acuéstate y escucha música con los ojos cerrados.
- Siéntate al calor del sol de la tarde.
- Come un cuadradito del chocolate más delicioso.
- Camina descalza sobre la hierba.
- Date un masaje con aceites esenciales.
- Sostén una mascota en los brazos.
2. Emocional
Si aludimos a la salud emocional, uno de los mejores consejos para el cuidado personal es asegurarnos de conectar plenamente con nuestras emociones. Cuando las encaramos de frente, realmente trabajamos para aliviar nuestro estrés.
Podríamos sentirnos tentadas a reprimir ciertos sentimientos, pero es saludable que los sintamos, los aceptemos, y sigamos adelante.
Recuerda que las emociones no son "buenas" ni "malas" en sí mismas. Una no es culpable de las emociones que siente, sólo de cómo se comporta en relación con las mismas. Considera uno o más de los siguientes consejos si deseas practicar un mejor cuidado emocional:
- Lleva un diario y sé totalmente honesta acerca de tus sentimientos.
- Escribe una lista de "palabras de sentimiento" para ampliar tu vocabulario emocional.
- Tómate un tiempo para estar con una amiga o familiar que realmente te comprenda.
- Permítete llorar cuando lo necesites.
- Anímate deliberadamente a reír con viejos recuerdos o videos divertidos.
- Canta la canción que mejor exprese sus emociones actuales.
- Consulta a una terapeuta, ya sea sólo para 8-10 sesiones de desarrollo personal general.
3. Espiritual
El cuidado espiritual consiste en que nos pongamos en contacto con nuestros valores y con lo que realmente nos importa. Desarrollar un sentido de propósito es vital para que nos sintamos alegres y satisfechas. A continuación, mostramos algunos ejemplos versátiles que pueden ayudarte en este sentido:
- Reza siempre que puedas, además puedes meditar o practicar mindfulness.
- Lee poesía.
- Camina al aire libre y reflexiona sobre la belleza que te rodea.
- Haz una lista diaria de 5 a 10 cosas que te hagan sentir agradecida.
- Ejercita tu creatividad: a través del arte, la música, la escritura o algo completamente diferente.
- Haz una lista de 5 a 10 cosas que te hagan sentir viva, luego pregunta cómo puedes incorporarlas mejor a tu vida.
- Expresa afirmaciones que fundamenten tu sentido de identidad y propósito.
- Realiza un viaje con el único propósito de fotografiar imágenes que te inspiren.
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4. Físico
La importancia del cuidado personal definitivamente se extiende a los aspectos puramente físicos de la salud. La actividad física es vital no sólo para el bienestar corporal, sino también para que nos desahoguemos.
Podríamos pensar que no hay nada divertido o autocompasivo en hacer ejercicio, pero esa es una forma demasiado estrecha de pensar sobre el cuidado personal físico. En cambio, amplía ese concepto al pensar en estas actividades.
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- Baila con tus canciones favoritas
- Haz yoga. Incluso aunque nunca lo hayas intentado, hay poses perfectas para principiantes.
- Únete a una clase y aprende un nuevo deporte.
- ¡Sal a correr con tu perro (o el de una amiga)!
- Pedalea por el campo.
- Simplemente sal a caminar.
Además, recuerda que el autocuidado físico incluye tanto lo que no hacemos como lo que hacemos. Entonces:
- Toma una siesta cuando lo necesites. Sólo 20 minutos pueden hacer que te sientas renovada física y mentalmente.
- Di "no" a cualquier invitación cuando estés demasiado cansada para poder disfrutarla.
- No te esfuerces por cumplir con tu rutina de ejercicios cuando estés agotada o te sientas mal.
- Comprométete a dormir de 7 a 9 horas por noche, salvo en circunstancias excepcionales.
5. Social
Finalmente, el autocuidado social es otra categoría importante para todos nosotros. Puede ser distinto dependiendo de si eres introvertida o extrovertida. Sin embargo, conectar con otras personas es crucial para la satisfacción de una gran diversidad de personas.
Puede darnos la sensación de ser “vistas” por otros. Esto, en particular, puede ayudarnos a combatir la soledad y el aislamiento. El autocuidado social no se enfoca en hacer cosas con los demás por el simple hecho de hacerlo, sino de elegir hacerlas con quienes nos hacen sentir bien.
(Toma cualquier medida precautoria ante la propagación del COVID-19, quizá debas permanecer en el hogar)
- Haz una cita para almorzar con una amiga.
- Escríbele un correo electrónico a alguien que viva lejos, pero a quien extrañes.
- Comunícate con alguien que quieras y no hayas visto en mucho tiempo.
- Considera unirte a un grupo de personas que compartan tus intereses.
- Deja de socializar con quienes te socaven o actúen en detrimento de tu bienestar.
- Inicia una conversación con alguien interesante.
- Regístrate en una clase para aprender algo y conocer gente nueva al mismo tiempo.
Todos los tipos de autocuidado que hemos mencionado son indispensables para procurar nuestro bienestar en lo que concierne a la totalidad de nuestra persona. Al empezar a integrarlos en tu rutina desde la adolescencia, te será fácil atenderlos regularmente durante tu vida adulta.
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