Consejos para educar a las adolescentes de la generación Z

Ningún padre lo tiene todo resuelto cuando se trata de navegar la adolescencia de nuestras hijas frente al uso de dispositivos móviles, a noticias académicas desfavorables y al intercambio excesivo de comunicación a través de smartphones y redes sociales.

Es fácil sentirse impotente al momento de ayudarles a hacer frente a sus problemas y altibajos emocionales, a la presión académica y la privación del sueño a que suelen exponerse.

En este artículo aportamos consejos útiles con que los padres pueden guiarse para enfrentar e incluso disfrutar de la adolescencia de sus hijas.

Muchas de sus preocupaciones se relacionan con: lograr que adquieran la autonomía que necesitan para prosperar en el mundo actual, protegerlas de la ansiedad, el aislamiento y la depresión, conseguir que participen en sociedad y se adapten a ella, y enseñarles el arte de equilibrar su tiempo entre el ocio y el trabajo.

Los padres buscan consejos sobre cómo equilibrar el hogar y la vida laboral en un mundo que valora el éxito sobre el cuidado personal. Por lo que es común que se sientan agotados al tratar de ayudar y hacer demasiado por las hijas, que también sufren de los percances de la vida actual.

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Las jóvenes de hoy están realmente agotadas y sobreestimuladas, además de que lidian con mucho más dificultades de las que debían sortear sus padres cuando eran adolescentes. Así, se ha vuelto imperativo en estos días contar con estrategias de crianza y educación para ayudarlas a sobrellevar esta situación.

Éstas, que ofrecemos aquí, son algunas muy útiles:

• Modela el comportamiento y las habilidades que te gustaría que desarrollaran tus hijas adolescentes. (No uses dispositivos móviles mientras comas). Pocas cosas son más irritantes para un adolescente que adultos actuando de manera incongruente con lo que predican.
• Respira hondo y deja que tus hijas tomen sus propias decisiones (algunas importantes al menos) sobre sus vidas. No es que ya no digamos que “no”; ni dejemos de hacer cumplir nuestras reglas familiares. 

Es que debemos involucrar más a las adolescentes en la creación de reglas, y permitirles tomar decisiones personales, lo que harán de cualquier modo. Además, esto será un entrenamiento para algo de lo que tendrán que responsabilizarse más tarde en la vida.

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• Como padres, somos más influyentes cuando logramos trabajar con las motivaciones ya existentes de las adolescentes, y no cuando tratamos de hacer que se sientan motivadas por nuestras metas. 

Sugerencia: Las adolescentes suelen hallarse muy motivados respecto a un deseo de mayor independencia, a su estatus social y a la necesidad de tener un fuerte sentido de pertenencia entre sus compañeras y amigas.

• El contacto táctil y visual es fundamental para fortalecer vínculos humanos a cualquier edad. Incluso un toque extremadamente breve (como un choque de puños o medio abrazo) puede ayudar a calmar sus hiperactivos sistemas nerviosos.
• A las adolescentes les cuesta trabajo resistir la implacable canción de sirena de sus teléfonos. Podemos ayudarlas a configurar sus dispositivos (como reducir el tiempo de pantalla) para que se sientan menos tentados a revisarlos de manera compulsiva.

No podremos resolver todos los problemas de nuestras hijas. De hecho, es recomendable que, como adolescentes, desarrollen habilidades de resolución de problemas. Pero debemos ayudarlas a hallar su camino en este mundo complicado, guiarlas para que puedan prosperar como adultas y amarlas demasiado.

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